Algo pasa.

Hace unos días Ferran Adrià fue entrevistado en la radio, en un programa de tarde de máxima audiencia en la cadena SER. La primera pregunta tuvo que ver con Documenta, con su participación y con qué era Documenta. La presencia del cocinero catalán en el evento alemán tiene muchas aristas, puede provocar bastantes discusiones y argumentos. Pero uno de ellos, sin duda, tiene que ver con esa entrevista en la radio. Documenta es uno de los tres o cuatro eventos de arte contemporáneo más importantes del mundo, pero nadie sabe qué es. Un medio de gran difusión como la cadena SER sólo ha hablado de Documenta porque entrevistaba a Ferran Adrià. Algo falla en arte. Algo nos falla en términos de comunicación. Algo pasa para que, y a pesar de esgrimir constantemente argumentos sobre la incidencia social del arte, cada vez quedemos más aislados, más encerrados en una urna de cristal. Es una tarea de todos, que no tiene que ver ni con el populismo ni con bajar el nivel y a lo mejor sí con quitarnos algunas máscaras y empezar a pisar el suelo.

Este nuevo número de la revista de A-Desk lo dedicamos exclusivamente (con la salvedad de la sección B-DESK a cargo de Roberto Enríquez) a publicar críticas de exposiciones: la 52 edición de la Bienal de Venecia por David G. Torres, «un teatro sin teatro» n el Macba por Nizaia Cassián, David Shrigley en CAB. Centro de Arte Caja de Burgos por Montse Badia, “La Société Anonyme” en Le Plateau de París por Beatriz Herráez, a propósito de Markus Dagerman por Martí Manen, sobre la presentación de la colección Suñol en Barcelona por Milena Pi y “Había una vez un niño muerto” en el Centre Cívic Can Felipa de Barcelona por David Armengol