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Isidoro Valcárcel Medina: Nosotros mismos

Magazine

26 febrero 2013
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Isidoro Valcárcel Medina: Nosotros mismos

Isidoro Valcárcel Medina invita al público de la exposición «Vostè mateix» (Usted mismo), en ProjecteSD, a revelar su identidad, a hacerla relativamente pública escribiendo su nombre en un papel que él mismo ha preparado usando una plantilla con el abecedario en una tipografía concreta. Se trata de una instalación que modifica el espacio expositivo, de forma que, si bien en un principio todas las paredes de la sala estaban vacías, a lo largo de los días que dura la exposición en teoría se irán llenando de las cartulinas con los nombres de los visitantes que hayan querido participar en su propuesta. Claro que este hecho está sometido a diferentes factores que lo afectan directamente, como son: la actitud más o menos participativa del público de la exposición y el número de personas que la visiten. Entonces, se trata de una exposición que propone un enunciado al visitante para convertirlo en el protagonista de la obra, y que traslada a Isidoro Valcárcel Medina al rol de público verdadero, aunque su nombre también se encuentra en la pared.

Todos los nombres se escriben sobre el mismo tipo de papel, utilizando los mismos rotuladores y siguiendo la misma tipografía, poniendo de este modo a todos los participantes al mismo nivel y dejando que las únicas diferencias entre unos y otros se encuentren tan solo en el nombre. Cada cartulina podría recordar a la ampliación de una solicitud o de alguna clase de papel burocrático, de aquellos en los que se nos piden nuestras señas personales. Como esta clase de documentos, esta obra requiere literalmente la acción del público para llevarse a cabo. Y no sólo la acción, podríamos decir «correcta» de hacer aquello que se nos pide, sino que también afecta a la instalación la acción de aquellos visitantes que no participan.

En la hoja de sala se explica que esta obra es «simple» únicamente en su apariencia, y que comporta una cierta dificultad, debido a que pide al espectador que no sólo contemple, sino que además, participe y literalmente haga o complete la pieza con su aportación. Dice también que este requerimiento puede suponer una incomodidad para ciertos espectadores y yo lo dudo. Lo dudo porque no creo que el visitante de ProjecteSD se sienta intimidado porque la obra consista en que él o ella escriba su nombre en un papel que después se colgará en la pared. El espectador podrá seguir el enunciado o no hacerlo, pero en ningún caso creo que si no lo hace, sea porque se sienta incómodo. Y así lo pienso porqué para empezar, para entrar al espacio de ProjecteSD todo son puertas: antes que nada el visitante debe tocar un timbre porque la galería se encuentra en la planta baja de una vivienda y para acceder se debe entrar por el portal que da a la escalera de vecinos. Una vez dentro de la escalera, el visitante debe abrir la puerta principal de la galería; a continuación la puerta que da a un patio interior a través del cual se accede al espacio expositivo, al que para entrar también se ha de abrir una puerta. Si este ritual no consigue intimidar el visitante, no lo hace tampoco «Vostè mateix».

Además, entre todos los nombres escritos, por lo menos hasta el momento en que yo fui visitarla, se reconocen los de personas habituales del sector artístico barcelonés y justo es decir que, de hecho, eran la gran mayoría. Me parece pertinente prestar atención a este detalle, porque puede significar dos cosas: o bien (1) que realmente ha habido una clase de espectador que se ha sentido incómodo con la propuesta y que por esto no ha puesto el nombre, y que éste es -¡generalizando totalmente!- aquél que no está familiarizado con el arte contemporáneo (puesto que los nombres que hay, se sabe que sí que lo están); o bien (2) que los únicos que visitan las galerías de arte contemporáneo son los propios del sector. No me aventuraré a decidir cuál de estas dos opciones es la más probable, porque ignoro muchos aspectos que seguramente serían significativos. Por otro lado, tampoco creo que el objetivo de la instalación sea el de funcionar como una herramienta de análisis del panorama artístico barcelonés y sus espectadores.

Probablemente esta no sea la instalación más destacable del artista, por mucho que en ella se localizen puntos de reflexión interesantes y que se encuentren de manera coherente en la forma de trabajar de Valcárcel Medina, como por ejemplo el hecho de tener un resultado efímero, y para nada comercial; que su evolución durante el tiempo de exposición dependa de unas terceras personas; o que el artista intente desprenderse de la autoría de la obra, puesto que la obra en sí la están completando otros y él sólo ha juntado los factores necesarios para que ésta suceda.

En «Vostè mateix» este último detalle es más que evidente, y es que sólo de entrada el título ya se dirige directamente al receptor, denominándolo, como una vez dentro de la sala de exposiciones se denomina el espectador a sí mismo. Hay que decir que complementará y cerrará la exposición la presentación de Isidoro Valcárcel Medina de su texto «Dobleces de autor».

Simultáneamente, en el Espacio Trapezio de Madrid, se puede ver en la exposición «Manifiestos. Voces individuales desde el imaginario colectivo«, una cita de Isidoro Valcárcel Medina impresa sobre un gran papel, colgado en la pared y obra del mismo artista. En ella dice: «No hay arte que no sea político (…), un gesto artístico es un gesto político por consecuencia». Y aunque en la instalación «Vostè mateix» el gesto político no es ni la mitad de literal que en el simple hecho de presentar esta cita como pieza, la intención política se encuentra en la calidad efímera y no comercial de la obra, y en el hecho insólito de dejar el futuro y evolución de ésta en manos de los visitantes; de nosotros mismos, en definitiva.

Anna Dot nació un domingo de abril. Es de Torelló y trabaja entre dos mundos que no percibe separados de ninguna manera: el de la producción artística y el de la reflexión sobre los contextos artísticos a través de la escritura.

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