Manifesta y Documenta están al caer. Y Art-Basel.

El tiempo va muy rápido y, otra vez, estamos ya frente a los grandes eventos. Parece que fue ayer que se abrió Frieze New York, la Bienal de Berlín, la Trienal de París… espera, pues sí, fue ayer. El calendario internacional es un continuo de importantes festividades y puntos de encuentro. Pero los grandes clásicos (si nos «olvidamos» de Venecia, Hong Kong, Miami…) están a la vuelta de la esquina. Manifesta sigue siendo esa propuesta que era la opción «diferente». Documenta es el faro, si todo va bien, durante un buen periodo de tiempo. Y Art-Basel también, con sus collectors y sus jets privados y las decisiones que se toman.

Pero tanto Berlín como París están complicando las cosas. París, con un ex-Documenta de la talla de Okwui Enwezor, ofreciendo un contexto para las ideas en una sociedad global. Berlín, con un Artur Żmijewski que ha pasado directamente a la acción. O sea, que ya de antemano tenemos las ideas, con la reflexión y la distancia-proximidad, y la acción, con el manotazo encima de la mesa y la proximidad-distancia. La presión para los siguientes es fuerte.

Y con tanto gran evento nos lo ponen difícil para acercarnos correctamente a las propuestas y destinar el tiempo necesario a repensar los contenidos, a analizar críticamente lo que hay y, en definitiva, a crecer juntos. También con tanto gran evento que nos rodea nos preguntamos si no renacerá el deseo frente a lo cercano, lo asumible, frente al trabajo en arte de tú a tú, cuando es posible establecer un diálogo y que una persona esté al otro lado.

En este número de A*Magazine nos acercamos a la Triennale de París de la mano de Manuel Segade, Saioa Olmo entrevista al comisario de la Bienal de Berlín, Rosa Naharro se pregunta sobre la eventualización galerística en Madrid a partir de Jugada a Tres Bandas y David G. Torres recuerda la relación entre el teatro y el arte a partir de una obra de Roger Bernat.