Vacío en el Pompidou

Fantástico catálogo de Voids. A retrospective. Documentación, teoría y reflexión sobre la práctica de dejar las salas de exposiciones vacías.

La exposición en sí ya es más discutible. Buena parte del Pompidou se «construye» para dejar vacío. White cube tras white cube con nombres en las entradas: Yves Klein, Art & Language, Robert Barry, Maria Eichhorn, Stanley Brown… Por un lado se agradece cierta tranquilidad visual, pero por el otro todo respira a divertimento curatorial. Sí, ya sabemos de la importancia de algunos gestos, de lo fuertes que pueden llegar a ser. Ahora, todo gesto representado pierde por lo que significa la representación: no es en directo, es algo que nos lleva a otro supuesto momento. Miramos el vacío con un ojo historicista. De algun modo, se rompen los vacíos que se presentan.

Para aquellos que visitamos las exposiciones observando -también- qué tipo de luces tienen, cómo está la señalética, si hay zócalos o no y otros detalles de freaky la verdad es que está muy bien dar una vuelta por tanto vacío… pero uno no puede dejar de pensar que también esta mirada destruye la voluntad original. Un «original» que aquí tampoco está (las luces, paredes, tipografía y lo demás son del Pompidou, y tampoco se presenta documentación alguna).

A veces las exposiciones deberían quedarse en ideas y no hacerse. Serían mucho mejor.