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Una partida amistosa

Magazine

28 mayo 2012

Una partida amistosa

Buscar la euforia es un sistema para intentar olvidar un contexto precario y dar un salto hacia algún lugar desconocido. Jugada a Tres Bandas es una estrategia para unir, para celebrar, para disfrutar… olvidando que a lo mejor no hay mucho ni a unir, ni celebrar o disfrutar.


Hay eventos que se repiten en el calendario dando la sensación de que todo marcha, de que la cultura y el arte se mueven, de que estamos todos juntos -en una misma cosa-, en un gesto, entre eufórico y desesperado, por aparentar que todo está bien. Sin embargo, vivimos en un mundo de acontecimientos sin consecuencias, donde las estrategias, cuando las hay, resultan nada o poco eficaces a pesar de la suma de esfuerzos.

A mediados de abril se presentó la segunda edición de Jugada a Tres Bandas, una propuesta de la comisaria Virginia Torrente: un recorrido por 16 galerías madrileñas que presentaron sus exposiciones a un mismo tiempo, y que este año tenía a Portugal como país invitado. Ja3b pretende llenar el “vacío” expositivo entre ARCO y Photoespaña, en una ciudad, Madrid, que siempre ha sentido predilección por los grandes eventos –mediáticos-, aún en crisis, dando la sensación de que el resto del tiempo no pasa nada.

Pero, ¿es que acaso no se hacen exposiciones el resto del año en las galerías? Exposiciones hay siempre, pero quizá aquí la novedad, que no lo es tanto, es que las muestras han sido ideadas por comisarios independientes invitados por las galerías. No es de extrañar que los agentes artísticos busquen nuevas posibilidades y nuevos frentes, ante el suspense institucional en el que estamos inmersos. Tampoco que las galerías españolas se afanen por encontrar nuevas vías, lógico si tenemos en cuenta el escaso y nada relevante papel que ocupan en el mercado internacional, por lo que estrechar relaciones con ese país vecino que parece que nos mira, y al que nosotros nunca miramos, Portugal, parece, en principio, una buena estrategia. ¿Las instituciones mirando hacía las empresas, y las galerías oteando hacía fuera en busca de oxígeno (o liquidez) para reactivar el mercado y la producción artística patria? De cualquier forma, es una buena y obligada oportunidad para pensar las relaciones que se establecen en el circuito galerístico, el tipo de convocatorias que abren estas iniciativas, cómo se eligen los itinerarios y se abren hacía la ciudad y cuáles son las estrategias que se utilizan para que lleguen a la ciudadanía, así como estudiar las colaboraciones que surgen y la continuidad que tienen todas ellas. El objetivo ha de ser la creación de redes que vayan más allá del acuerdo económico y el simple intercambio de objetos y no el de marcar calendario, en una ciudad, en la que por otra parte, no faltan eventos.

Las exposiciones son de lo más variadas, aunque los formatos, en general, convencionales. Ana Santos y Joâo Ferro Martins, portugueses ambos, en la propuesta de la galería The Goma, comisariada por José Castañal: dos artistas que reflexionan sobre el concepto de pintura a través de objetos ya creados y al darles un nuevo uso. «Narraçoes fragmentadas» es la muestra comisariada por Tania Pardo y Cristina Anglada en la galería Liebre. Pintura, dibujo y collage de la mano de Jaime Abad, Marthino Costa, Santiago Lara y Luis Nobre, éste último un artista de 70 años considerado emergente, lo que pone de manifiesto que lo emergente no es una cuestión que ataña al artista y a su edad, sino que tiene que ver con una forma de entender el arte. En el caso de la galería Elba Benítez el comisario es el portugués, Ricardo Nicolau, subdirector del Museo Serralves, en Oporto. Aquí presenta la exposición Prince, del artista lituano Gintaras Didziapetris, con una reducida selección de piezas, fotografías y un vídeo, de un artista que gusta de la ambigüedad y la carga poética. Luján Marcos y Roberto Vidal como comisarios en el espacio Mad is Mad, reflexionan sobre el dandismo actual, un concepto que se perfila hoy entre la desgana y la ambigüedad, lejos del refinado y atento dandi de Baudelaire. «Esperando a Houdini», en la galería Raquel Ponce, es una muestra fotográfica de Noé Sendas y Miguel Ángel Tornero, dos artistas que utilizan “la magia” en sus trabajos y en cuyas piezas el lenguaje se convierte en una metáfora visual. Curiosamente, ésta es la única exposición, comisariada por la organizadora, Virginia Torrente, en la que no “se ha colado” ningún artista portugués. «Una tirada de dados», en Moriarty, de la mano de David Barro y María de Fátima Lambert, es la apuesta por la ejecución de un proyecto radiofónico, que continuará en el tiempo, entre España y Portugal, junto con la edición de una revista colectiva El Estado Mental Radio.

Una de las novedades de esta edición es que se han unido dos espacios independientes, Felipa Manuela y noestudio. El primero, un antiguo domicilio convertido en residencia para artistas, y el segundo, una antigua piscifactoría gestionado por los artistas Miki Leal, Abraham Lacalle, Jaime de la Jara y Jacobo Castellano en el que realizan exposiciones de otros creadores. Dos espacios, dos contextos distintos, que han nacido de forma independiente como una necesidad del tejido artístico de la ciudad, y que pese a la dificultad intrínseca de los formatos, parece que funcionan.

Exposiciones como formas de crear nuevas relaciones y contactos, galerías que invitan a comisarios y comisarios que invitan a su vez a artistas, una jugada, a tres bandas, en la que el público no especializado pinta más bien poco. Nos dirigimos quizá hacía una dinámica de autogestión que busca el encuentro de todos los agentes artísticos, un hagámoslo nosotros mismos, para ofrecer una imagen de unidad frente al posible comprador o visitante. El reto sería ahora incluir a ese público para que no tenga la sensación de quedarse fuera de una partida entre amigos.

Rosa Naharro intenta pensar el presente, así como sus distintos contextos, a través de la cultura y el arte contemporáneo. Ver exposiciones, escribir, leer, el cine, la música y hasta las conversaciones con amigos pasan a ser herramientas. Entender e interpretar “ algo” de esto que llamamos mundo se convierte en una autoimposición, así como tomar cierto posicionamiento, que no distancia, ante él. Compagina escribir en A*Desk con su tesis doctoral en la UCM, y trabaja en proyectos desde la gestión cultural

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"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)