Eran amigos. Aunque con marcadas diferencias. Se conocieron en el año 1924 y durante 10 años se reencontraron, jugaron al ajedrez y compartieron proyectos, vacaciones y exilios. No podían ser más distintos y, al mismo tiempo, copartícipes de múltiples afinidades. Benjamin und Brecht. Denken in Extremen es una exposición fruto de un buceo exhaustivo en los archivos de Brecht y Benjamin, depositados en la Akademie der Künste, que incluye comentarios de coetáneos, como Teodor W. Adorno, Ernst Bloch, Ruth Berlau o Hannah Arendt.

Con una documentación rigurosísima y una puesta en escena impecable, la exposición en Akademie der Künste nos acerca al lado más humano de ambos y a la esencia de su pensamiento.

Articulada a partir de 16 apartados que funcionan a la manera de tags, con declaraciones de B&B sobre distintos temas: ajedrez, radio, crisis y crítica, fascismo, Kafka y Marx, entre otros, que permiten establecer paralelismos con nuestro presente.

Juntos planearon escribir una novela de detectives, aunque a Benjamin le gustaba sumergirse en el siglo XIX, mientras que Brecht prefería el enfoque analítico de las novelas de Arthur Conan Doyle. La novela nunca se completó, pero las reflexiones que acompañaron su proceso merecen ser recuperadas aquí y ahora:

“En los momentos de terror, en los que todos comparten algo del conspirador, todos debemos ponernos en la posición del detective” (Benjamin)

“Esta elaboración de observaciones, el trazado de conclusiones y las consiguientes resoluciones nos dan toda clase de satisfacciones porque la vida cotidiana rara vez permite un flujo tan efectivo del proceso de pensamiento, y generalmente pone muchos obstáculos entre la observación y la conclusión y entre la conclusión y la resolución. En la mayoría de los casos no estamos remotamente en condiciones de evaluar nuestras observaciones, y si lo hacemos, no tiene ninguna influencia en el curso de nuestras relaciones. No somos dueños de nuestras conclusiones ni de nuestras resoluciones” (Brecht)