El Barcelona Gallery Weekend 2024, en su décimo aniversario, del 19 al 22 de septiembre, presenta una oportunidad crucial para repensar su papel en la escena del arte contemporáneo, ganando notoriedad como un espacio de convergencia para galeristas, artistas y coleccionistas, junto a un público cada vez más ávido de experiencias culturales. Sin embargo, esta décima edición invita también a reflexionar sobre los logros y desafíos que el evento enfrenta en un contexto artístico y económico en constante transformación.

En un panorama donde las dinámicas del mercado del arte tienden a privilegiar nombres consolidados, es crucial que eventos como este sigan apostando por la diversidad y la innovación: No podemos ignorar el aporte de BGW en relación a las políticas culturales en España. Un país donde el apoyo institucional al arte contemporáneo ha sido errático y en muchos casos insuficiente es de destacar el Programa de Adquisiciones, que parece ser un paso hacia la democratización del acceso al arte, y  permite que obras presentadas en el evento ingresen a colecciones de prestigio, como las de la Fundació Vila Casas o la Fundació Sorigué.

La pregunta que surge aquí es si el BGW está realmente dispuesto a asumir un rol crítico en la reconfiguración del panorama cultural español, o si, en última instancia, se conformará con ser un evento más en el calendario cultural mundial ¿Está impulsando un diálogo significativo, o se está convirtiendo en un escaparate para obras que contribuyen a una versión estereotipada y estática de la escena artística?

Louis Porter, “Search engine”, 2022

En este sentido, el BGW enfrenta el reto de mantener su relevancia y atractivo en un momento en que las políticas culturales en España no siempre facilitan el acceso y la participación en las prácticas artísticas. La supervivencia de espacios comerciales y de exhibición es vital, pero igualmente importante es la implementación de políticas públicas que fomenten el acceso a la cultura desde distintas perspectivas.

Un aspecto que no debe pasarse por alto es el papel del BGW en la construcción de una identidad cultural tanto regional como nacional. La participación de nuevas entidades como la Fundació Úniques y la MIA Art Collection en esta edición refleja un compromiso continuo con la promoción del arte contemporáneo.

Uno de los principales interrogantes es si este evento ha logrado trascender su función como simple vitrina de arte o si, por el contrario, ha caído en una dinámica puramente comercial. El problema es el mismo desde hace varias décadas ¿Quiénes y cómo buscarán huir del cubo blanco?

Varios son los eventos de sumo interés que gravitan alrededor del BGW y requieren inscripción. Aunque el recorrido por las galerías puede seguirse a través del mapa interactivo, que facilita la navegación por la ciudad.

Lara Fluxa, «Gria», 2023

En resumen, el Barcelona Gallery Weekend llega en un momento crítico en el que demuestra que es más que una simple celebración del arte contemporáneo. La verdadera prueba para los próximos años será la capacidad para desafiar las estructuras existentes, manteniendo su relevancia en un entorno que presenta sus propias exigencias en cuanto a dinámicas artísticas y económicas y se encuentran en constante fluctuación.

Por lo pronto la programación es ecléctica e interesante, y considero que al menos las siguientes exposiciones son obligatorias para espectadores con altas exigencias y que estoy seguro no se decepcionarán:

En ADN galería se presentan Julio Anaya Cabanding y Eugenio Merino. Ambos artistas son convocados por la puesta en tela de juicio la autenticidad y el valor simbólico en el arte, utilizando medios neorrealistas y narrativas cargadas de ironía y crítica social.

Masao Yamamoto, Dance E de “Microcosm Macrocosm”, 2018, cortesía Swiss Re Group

El primero, en su serie «After Tàpies», explora la intersección entre el arte callejero y la tradición artística. Su obra cuestiona el status quo de la conservación y la transmisión en el arte. Con trabajos que recuerdan la crítica posmoderna de Sherrie Levine, especialmente en su cuestionamiento de la originalidad y el aura en el arte. Por su parte Merino presenta «Banco Público», una instalación escultórica y sonora que investiga la manipulación de la ideología política de Federico García Lorca a lo largo de la historia.

«Gladiators of the future» de Claudio Goulart, se presenta en Zielinsky Art Gallery. La exposición aborda el cuerpo, la política y el tiempo, a través de una práctica que transita entre la performance, el vídeo y el arte postal. Influenciado por figuras como Félix González-Torres y Marina Abramović, explora las identidades postcoloniales y la fragilidad del cuerpo en sus entornos políticos.

Claudio Goulart, «Portrait intérieur», 1995, cortesía: Zilensky Art Gallery

Lara Fluxà, en Bombon Projects, trabaja con materiales frágiles como el agua, el vidrio y la luz en «Firefly», reflexionando sobre la crisis ecológica. Su enfoque crítico del extractivismo y su preocupación por el equilibrio de los ecosistemas la posicionan como una voz importante en el arte contemporáneo preocupado por el medio ambiente.

Galería Alegría presenta “MORRALLA», donde Jorge Diezma profundiza en la naturaleza muerta a través de un enfoque casi surrealista que revela la extrañeza inherente en las cosas más comunes. Este enfoque develador recuerda al Giorgio Morandi de las últimas etapas, en las que las formas más simples adquirían un aura de misterio a través de una contemplación prolongada.

Yeonsu Lim, presenta Wrapped en Galería Uxval Gochez, «Proyectos Barcelona»: la artista surcoreana investiga el legado de intervenciones urbanas y propone nuevas envolturas para esculturas públicas. Trabajos que recuerdan a las intervenciones críticas de artistas como Francis Alÿs y Anselm Kiefer, cuestionan la memoria y el espacio público.

Lionel Sabatté, en RocioSantaCruz. Con una exposición que presenta esculturas, pinturas y fotografías inspiradas en la arqueología y el paisaje. Utilizando materiales desechados como polvo y piel, Sabatté, influenciado por el informalismo y el surrealismo, crea obras que evocan la huella del tiempo y el diálogo entre la prehistoria y el mundo contemporáneo.

En Valid Photo BCN, el artista Japonés Yamamoto Masao presenta «Tomosu» donde utiliza técnicas antiguas como el ambrotipo para explorar la memoria y la fragilidad. Borrando las fronteras entre la pintura y la fotografía, evoca una nostalgia poética y una conexión íntima con el pasado.

En Chiquita Room la exposición de Louis Porter examina la paradoja de la distancia en la era de la conectividad. Con una práctica que mezcla fotografía y material encontrado, Porter investiga la circulación de imágenes y la desconexión en el mundo contemporáneo, recordando la obra crítica de Walter Benjamin sobre el aura y el dilema planteado por la reproducibilidad técnica.

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