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Partir de Ácephale de Bataille para terminar tratando el tema de los paraísos fiscales. La lógica de la investigación literaria, mediante la mezcla entre ficción y realidad, sirve de eje de trabajo para la última propuesta del duo artístico Goldin + Senneby
Son listos, inteligentes y saben lo que hacen. Controlan la situación, saben cuándo toca aparecer y cuándo desaparecer. Están a la espera y juegan con lo ambiguo. Se mueven entre varios entramados sociales sin problema alguno y al mismo tiempo guardan las distancias ”correctas”. Saben crear expectación y viven de cierto secretismo. Hasta aquí, la que podría ser la definición de cualquier personaje protagonista en una película de espías a la Bourne Identity o Mission Impossible. Pero estamos hablando de dos artistas: Simon Goldin y Jakob Senneby. También como Tom Cruise o Matt Damon se mueven de un día para otro por todo el planeta. De la bienal de Sao Paulo a Gasworks en Londres, de San Francisco a Riga. Y en España ya han pasado por Montehermoso, Laboral y están presentes en la exposición ”El mal de escritura” comisariada por Chus Martínez en el Macba. Para cubrir todo el planeta, y al mismo tiempo mantener este halo de misterio que tanto les favorece, Goldin + Senneby acostumbran a mandar a ”emisarios” a sus exposiciones, alejándose del ”ruido mediático” y demostrando con su no-presencia un gran saber estar. No hay táctica mejor que el que te impidan algo para que lo necesites ahora mismo.
Goldin + Senneby han investigado en los límites, en los lugares que no existen, en aquello que está por definir permanentemente. Si la red les llevó inevitablemente hacia Second Life para tratar el tema de cómo se generan valores económicos en un mundo inmaterial, el siguiente paso conforma su trabajo artístico llevado a cabo durante los dos últimos años: Un acercamiento al mundo de los paraísos fiscales.
Los paraísos fiscales, los enclaves en aguas internacionales, los lugares que el sistema económico necesita que estén a su margen para permitir que las jugadas oscuras sigan manteniendo la estabilidad del propio sistema. No es ya Second Life, no es una construcción ”fictícia” sino que es algo tangible, real, existente pero que siempre está lejos, permanentemente indefinido, sin una voluntad de presencia más allá de la necesaria, con cierto aire de glamour que no tiene que estar ligado con la realidad. A partir de la idiosincrasia de estos lugares Goldin + Senneby tejen un trabajo literario, donde la verdad y la mentira se mezclan sin tapujos, donde la narración y la investigación tienden a confundirse.
El trabajo toma la forma de una novela. Una novela troceada, de la que se han publicado en papel ya un par de entregas y en la que se sigue a un escritor, contratado por los artistas, en sus devaneos literarios y su capacidad como investigador privado para preguntarse si una compañía en Nassau, Bahamas, llamada Headless, tiene alguna conexión con la sociedad secreta que Bataille creó bajo el nombre de Ácephale.
Se trata de unir a Bataille con los límites de la economía capitalista, partir de unos referentes intelectuales complejos para llegar a una economía de alto copete. Digamos que ninguno de los extremos planteados son sencillos. Tampoco el hilo que se teje entre uno y otro. El punto de partida es por lo menos apetitoso, la presentación en exposición también (ahora mismo en Index Foundation), ya que Goldin + Senneby siguen jugando con la no-presencia y ofrecen en exposición el espacio y el sonido de una conferencia donde un especialista trata, conjuntamente con una comisaria, lo que es un paraíso fiscal, Bataille y el propio trabajo de Goldin + Senneby. Resultará que tanto la comisaria como el especialista aparecen también dentro de la novela y las dudas sobre lo real y lo ficcionado siguen. Lástima que la calidad literaria de la novela no sea la deseable, que el ritmo en la escritura no resulte lo trepidante que quiere ser ni la construcción de los personajes sea lo suficientemente emocionante para atrapar al lector. Es uno de los inconvenientes de un trabajo procesual que difícilmente puede ser revisado desde una distancia por parte de sus propios autores en el momento de ejecución.
El trabajo de Goldin + Senneby sigue abriendo opciones a lo que significa la investigación en arte. Su obra no es documental, aunque investige en lo real, no es política aunque ataque directamente un sistema, no es fácilmente comerciable aunque participa plenamente de las estructuras del arte. Elementos necesarios para propiciar el buen saber no estar de este duo de artistas.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)