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Hace unas horas aplaudíamos a Santiago Sierra por haberle sido concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas. Y reproducíamos el texto sin concesiones que había escrito como respuesta a cancelación de su proyecto en la Sinagoga de Stommeln de Alemania en 2006, «Aplaude o calla». Nos habíamos quedado cortos.
Santiago Sierra ha dicho NO al premio. Pocos pueden estar en la situación de hacerlo y pocos tendrían el valor.
Reproducimos ahora su carta de rechazo dirigida a la ministra y publicada en Contraindicaciones.
Estimada señora González-Sinde,
Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.
Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.
El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.
¡Salud y libertad!
Santiago Sierra
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)