Festival She Makes Noise- un viaje por las disidencias- she/they/them-

El gran anuncio del actual ministro de cultura Ernest Urtasun sobre la necesidad de descolonizar el museo ha pillado por sorpresa a muchos señores que ya están criticando la decisión mientras que a otres nos ha parecido estupendo y que es lo mínimo que hay que hacer en las grandes colecciones del Prado o el Reina Sofia. Desde lo pequeño, algunas trabajamos en este sentido sin estar legitimadas por la administración. Uno de los días más importantes del festival She Makes Noise ^[1]El Festival multidisciplinar She Makes Noise trabaja por la difusión de la música electrónica experimental y el audiovisual contemporáneo, visibilizando a las mujeres creadoras y las identidades … Continue reading, fue el 20 de octubre del 2017, ese día y esa noche en La Casa Encendida, fue la de mirar más allá de las escenas de club europeas y de los ritmos electrónicos decimonónicos (entiéndase house y techno). Llevar a cabo un ejercicio de autocrítica importa y en un festival con contenidos tan específicos y atravesado por el feminismo no dejar fuera a todes quienes no se leen dentro del binarismo de género. Un deseo, caminar hacia una sociedad cyborg y no-gender, pero mientras llegamos ahí, seguimos trabajando con perspectiva de género ampliándola, diversificando y aglutinando bajo ese género-nogénero a las identidades trans. Ellas, ellos, elles siempre han estado allí/aquí pero su visibilidad no. Me han preguntado muchas veces porqué hay tantas personas del colectivo LGTBQ+ dedicándose a la música electrónica, obviamente no lo tengo claro pero mi teoría responde a la propia marginalidad que ha tenido la escena electrónica, entendida como una rara-avis a pesar de que estas propuestas musicales son las coetáneas a nuestro tiempo. De la misma forma que la contemporaneidad son las identidades trans y fluidas. La participación de artistas trans arrancó en 2016 y ha sido constante desde entonces pese a las críticas y falta de sororidad por algunas mujeres y asociaciones, pero esa es otra historia, un poco más triste. Intentamos trabajar con un lenguaje visible e inclusivo junto con la institución, si no se nombra no existe y esta es la mejor manera de introducir de manera orgánica no solo músicas diversas sino también a quienes las crean. La compensación está en las caras nuevas, les jóvenes interesades en cada actividad. En 2016 estábamos a años luz de la Ley Trans y había una falta total de referentes, ese año contamos con la participación del artista local LaNoche, pionera que nunca se vio como tal. La intención con ella fue la de trasladar los ambientes más elegantes del club al patio de La Casa Encendida generando una experiencia diferente a las horas intempestivas de madrugada en las que habitualmente se mueven, este punto resulta interesante para abrir la música electrónica a nuevos públicos y sumar experiencias. 2017 abrió con la propuesta de Elysia Crampton, con origen en Bolivia, en la región de Cochabamba, en la que fue su primera actuación en Madrid. Una identidad fluida que entonces se leía como mujer trans y reivindicó en el disco que vino a presentar a la heroína indígena-aymara Bartolina Sisa quien, por oponerse a la opresión de los conquistadores españoles allá por el año 1782, fue asesinada, convirtiéndose en un referente y en un símbolo para las mujeres indígenas. Porosa y permeable en sonidos tradicionales y darks, unos años después, la artista antes conocida como Elysia Crampton se presenta con su nombre e identidad aymara; Chuquimamani-Condori con un proyecto artístico multidisciplinar donde también tienen cabida las instalaciones y el vídeo junto a su hermano, el músico Joshua Chuquimia Crampton. Saltamos a 2019 con Juliana Huxtable, otro punto de inflexión en el festival. Era el quinto aniversario y una tropa de jóvenes asaltaron a la DJ al finalizar su actuación porque ella era la estrella y nunca antes la habíamos visto por aquí. Es bonito también como las artistas han ido encontrando su espacio en una ciudad donde anteriormente no se las programaba. Ya desde aquel año, la práctica de Juliana Huxtable abarcaba diversos temas y ámbitos más allá de la producción electrónica, investigando sobre internet, el cuerpo y el texto. Autora de varios libros y colaboradora de numerosas publicaciones desde su activismo queer. En el set que compartió, exploró la complejidad de la sociedad actual, utilizando el baile como pensamiento crítico ante la realidad sociopolítica. Originaria del estado de Texas (Estados Unidos) no es la única artista trans que hemos tenido huida de allí, tiene su base en Nueva York donde organiza las famosas fiestas Shock Value en el barrio de Brooklyn. En sus sesiones desafía las estructuras convencionales de la música de club mezclando todo tipo de géneros, desde el bass más excéntrico al pop más fracturado con melodías R&B y ritmos construidos a través de samples y voces propias. Actualmente Huxtable ha puesto en marcha el grupo experimento Tongue In The Mind, con un primer lanzamiento a través del sello discográfico PAN y en la ciudad de Berlín, donde como casi todes, pasa la mayor parte del año. Allí inauguró a finales del 2023, la exposición USSYPHILIA en el Centro de Fotografía Internacional Fotografiska.

Con las restricciones propias de la COVID, pero seguimos celebrando festival en los años 2020 y 2021. Este último fue para Ziùr y Slim Soledad. El anuncio de su doble sesión para la noche del 22 de octubre del 2021 fue así “la música electrónica está sirviendo como canal para la difusión de las obras de un buen grupo de artistas trans que se sienten cercanas a estas prácticas al margen de la normatividad vigente”. La propuesta de Ziùr estuvo cargada de sensibilidad y dureza noise presentando por primera vez en España su disco Antifate, todo un imaginario de ficciones especulativas con el que le artiste alemán roza el fantástico y la ciencia ficción al proponer un viaje a la tierra de la tierra de Cockaigne (País de Cucaña), una utopía medieval donde no era necesario trabajar, el alimento era abundante y el vino fluía libremente; una fantasía escapista para los campesinos de la Edad Media. De ahí, nos fuimos sin irnos, del patio de La Casa Encendida a Slim Soledad. «Soy travesti, soy negra y soy brasileña», así se identifica este artiste multidisciplinar de São Paulo, Brasil, con base en Berlín conocide como miembro del colectivo queer Chernobyl. Comenzó como DJ hace unos años pinchando funk, pero desde entonces sus sets y puesta en escena han evolucionado y se ha ido radicalizando hacia performances que resultan desafiantes y salvajes en torno a conceptos como el martirio en conexión con los cuerpos que mutan y se transforman. Desde el underground europeo esta fue también su primera actuación en Madrid. She Makes Noise 2022 estuvo atravesada por el directo de Lotic, de nuevo un artiste no binarie de Texas erradicade en Berlín por las políticas culturales y sociales antiraciales y misóginas que está tomando ese estado americano. El compromiso con la investigación, la evolución de los sonidos electrónicos y la comunidad afrodescendiente y queer son las temáticas en las que se basa el trabajo de J’Kerian Morgan alias Lotic desde sus inicios. Con un nombre que significa de, relativo o que vive en el agua, presentó su nuevo y liberador disco, Water, sumando a la experimentación electrónica su propia intensidad vocal, reflexionando acerca de la construcción de género, la realidad racial y migrante y la globalización. Su propio proceso, la hormonación y la precariedad del sector, incluso en una ciudad como Berlín han hecho que, ahora, Lotic se encuentre en una situación delicada así que le apoyamos con mucha fuerza desde estas páginas. Las disidencias desde otras latitudes también encuentran su sitio, ejemplo de ello es x/o con origen vietnamita y seudónimo de Veron Xio, su práctica se basa en la disrupción de todo lo establecido en torno al género y la construcción del binarismo, explorando a nivel audiovisual la diversidad más allá de la dualidad y las emociones. Construir algo nuevo a veces cuenta con el componente de la destrucción. Ese viaje x/o lo identifica con su propio proceso de tránsito, como veis todo está conectado y resulta imposible desligar a le persone de su obra. Su álbum Chaos Butterfly juega con voces profundas e inquietantes a las que suma percusiones propias del jungle, baterías trip hop, ritmos rotos y distorsionados y bandas de metal. En el plano visual cuenta con referencias de la ciencia ficción como Dune, del anime y de videojuegos como el clásico Final Fantasy. Las ficciones especulativas toman la delantera en estas propuestas audiovisuales porque ¡otros mundos son posibles! y la electrónica da esas posibilidades. En la última edición celebrada hasta la fecha, octubre del 2023, nos arrebató la performance de Sarahsson un artiste de Bristol, compositore, productore de electrónica, performer, inventore musical y DJ. Su LP de debut The Horgenaith está repleto de experimentación vocal desdibujando las fronteras entre géneros. La armonía y distintas texturas de su voz hacen que sus espectáculos adquieran un tono teatral e inusual. En su directos utiliza el daxophone, un instrumento musical de arco de fabricación propia, que fusiona con grabaciones de campo, susurros y distintas texturas vocales y sonoras que inducen a un viaje propio por las narrativas de ficción. Fue su debut en España.

El riesgo en la programación, la responsabilidad a la hora de compartir contenidos y que ese SHE se abra, siendo cada vez más fluido y plural. Así seguiremos con toda la ilusión trabajando para vosotres.

Lista de reproducción- un viaje por las disidencias

[Imagen destacada: Sarahsson. Festival She Makes Noise Foto @LaCasaEncendida ©Estudio Perplejo]