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Se acaba de estrenar «Control», un film dirigido por Anton Corbijn que pretende hacer un retrato de Ian Curtis, el mítico líder de la banda Joy Division, fallecido en 1980 a la edad de 23 años. El film parece dar a entender que las dos causas principales de la compleja personalidad de Curtis fueron básicamente su epilepsia y sus problemas sentimentales. En este entramado, Joy Division se convierte en un mero telón de fondo de las dudas sentimentales de su cantante. No es extraño, pues el film se basa en el libro «Touching from a distance: Ian Curtis and Joy Division», publicado en 1995 por Deborah Curtis, la viuda del cantante y compositor y es ella misma la que ejerce como productora de «Control».
Para contrarestar, vale la pena recuperar ahora «24 Hour Party People» (2002) dirigida por Michael Winterbottom, en la que se recrea, en forma de falso documental, la energía creativa de Manchester entre finales de los 70 y principios de los 90, donde fueron surgiendo grupos como Joy Division, Happy Mondays o New Order, entre otros. Tony Wilson, el presentador de programas musicales de Granada TV y fundador del sello Factory Records se convierte en este film en el hilo conductor cargado de ironía, ácida sátira y mucha inteligencia, de una historia en la que quizás no todo es cierto pero que sin duda sabe transmitir el espíritu, la atmósfera y la energía de ese momento y ese lugar que hoy se nos parecen tan especiales.
Recordemos una de las primeras escenas (memorable) en la que uno de los primeros conciertos de los Sex Pistols contó sólo con un público de 40 personas… de las cuales 40 (o por lo menos 39) luego serían figuras claves en la escena musical británica.
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