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All the World’s Futures es una bienal mastodóntica y abigarrada, que no deja un momento de respiro y que, por supuesto, no deja indiferente. Una forma de lidiar con esta situación de acumulación y con la asunción de que no es posible verlo todo, es dejarse llevar y definir un recorrido en el que intentar descubrir más que reconocer. Esta es la voluntad de este mini-diccionario que, huelga decir, no pretende ser enciclopédico.
ANGELUS NOVUS
O el principio de todo. El cuadro de Paul Klee del mismo título, el ángel de la historia que mira al pasado, a la cadena de acontecimientos que da lugar a la historia, pero que se ve impulsado por el futuro, por una tormenta que Walter Benjamin denominó progreso (en Tesis de filosofía de la historia) es el punto de partida de esta bienal, comisariada por Okwui Enwezor. Esta necesidad de mirar la historia para intentar entender el presente y el futuro (un futuro bastante descorazonador, por cierto) está en la esencia de esta 56ª edición de la bienal.
ÁRBOLES
… quemados, desplazados, partidos, abatidos… son una constante tanto en algunos pabellones nacionales como en la exposición central. Del land art de Robert Smithson a los árboles “móviles” de Céleste Boursier-Mougenot en el Pabellón Francés, entre muchos otros, hay un número importante de propuestas que recuperan y actualizan las preocupaciones del land art o el arte povera.
ARENA
Es una de las grandes apuestas de Enwezor, para subrayar la incidencia tanto espacial como temporal de la exposición. Performances, cine, teatro, discusiones, lecturas, presentaciones y conferencias son planteados como elementos de activación de la exposición en su despliegue temporal.
AUSENCIAS
Una escueta nota añadida a la guía de la bienal da fe de un par de ausencias debido a conflictos político-económicos: el 16 y el 23 de abril de 2015, la República Federal de Nigeria y la República de Kenya, respectivamente renuncian a su participación debido a la situación de excepción creada por Boko Haram, en el primer caso y la casi compra del pabellón por parte de una galería de arte china con la intención de exponer únicamente artistas de dicha nacionalidad, en el segundo caso.
CONTUNDENCIA
El arte como tratamiento de choque que no pretende ser amable sino agitar conciencias, sin recurrir necesariamente a la violencia ni al grito, puesto que a veces un susurro puede tener el mismo efecto. En ese sentido, la intervención en los Giardini de Raqs Media Collective o de Raimond Chaves/Gilda Mantilla en el Pabellón de Perú, por ejemplo, pueden resultar tan potentes como los cuchillos clavados en el suelo de Abdel Abdeseemed.
DAS KAPITAL
O la madre de todos los corderos. Welcome to Marx Reloaded, leído, interpretado, analizado, deconstruido o referenciado se convierte en uno de los ejes principales de toda la bienal. En definitiva, economía y trabajo como claves para entender el presente y, quizás, el futuro.
FUTURO HOSTIL
La 56ª edición de la Bienal de Venecia evidenciaba (especialmente durante los días de visitas previas de profesionales) las contradicciones entre el crudo discurso del acontecimiento y el glamour de la jet-set del arte contemporáneo.
No deja de ser curioso también como un gran número de propuestas artísticas giran en torno a la reivindicación de unos derechos fundamentales, conseguidos a principios de siglo o ya en los años 70, y ahora puestos de nuevo en peligro.
LO REAL
La realidad se impone y los conflictos sociales y políticos no aparecen sólo representados. Así, un grupo de ucranianos ocupa durante unas horas el pabellón de Rusia, mientras la Fundación Guggenheim es bloqueada por miembros de sindicatos en protesta por las condiciones laborales en el Guggenheim de Abu Dhabi. Y las autoridades deciden cerrar la mezquita creada por Christoph Büchel en el Pabellón Islandés (en la Iglesia Católica de Santa Maria de la Misericordia) por «convertirse en un lugar de culto y no una obra de arte» (que, de alguna manera queda completada con esta intervención).
MUNDO GLOBAL
Ya en la Documenta 12 de Kassel, Enwezor se propuso abrirse a una gran diversidad cultural, una tendencia que ha seguido e incluso incrementado en Venecia. Y se agradece.
PABELLONES NACIONALES
Cuestionada a principios de los 2000, la idea de los pabellones nacionales vuelve a ser un tema relevante no tanto por su vigencia sino porque su cuestionamiento se convierte en un tema en sí mismo. Es el caso del Pabellón de Bélgica en el que el artista Vincent Meessen lo abre a múltiples voces, invitando a otros artistas internacionales que ponen en primer plano el pasado colonial del país y conectando directamente con los momentos fundacionales de la bienal.
POSICIONES HISTÓRICAS
Presentaciones extensas de artistas clave o de referencia, como Harun Farocki, Bruce Nauman, Marcel Broodthaers, Fabio Mauri, Chris Marker, Alexander Kluge, Hans Haacke, Robert Smithson o Adrian Piper, entre otros contribuyen a trazar genealogías temáticas o de artistas.
VENEZIA
Irreal, incómoda, excesiva, decadente y parque temático, Venecia no es sólo un telón de fondo sino que por momentos contribuye a acentuar los contrastes y las contradicciones entre la realidad y su representación.
EXTRA BONUS
Sólo por ellos ya merece la pena la visita a la bienal: el emocionado recuerdo de Ashes por parte de Steve McQueen en el Arsenale; el sutil diálogo con la arquitectura de Heimo Zobering en el pabellón austríaco; la valentía y el relevo generacional del Pabellón Español con Martí Manen como comisario y Francesc Ruiz, Cabello/Carceller y Pepo Salazar como artistas bajo la sombra del Dalí más mediático; las ricas referencias históricas, musicales y literarias de Graham Fagen en el pabellón escocés (como parte de los Eventos Colaterales) y, last but not least, Hito Steyerl, una de las artistas presentes en el pabellón alemán, explorando un mundo en el que las imágenes transfieren la realidad a la esfera virtual.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)