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Parece que al iniciarse el otoño la cosa se ralentice; se alarguen los tiempos, y que con la oscuridad de los días, más cortos, se ensanchen las semanas. Queríamos dedicar este mes de octubre a la longevidad, a los periodos largos, al fuego lento, a las propuestas de viejos que siguen en órbita, a discursos de antaño que parecen seguir siendo actuales.
Aun así, nos vimos estallados por un proceso disruptivo en Catalunya, nuestra casa, de dimensiones todavía por medir, aunque, todo sea dicho, de entre todo el meollo lo que queda más claro es que irá para largo.
Larga y constante, si no directamente reiterativa, ha sido la carrera y obra de Yoyoi Kusama, artista a la que el Hirshhorn de Washington ha dedicado una retrospectiva que itineró al Seattle Art Museum (SAM), versión de la que Jeffrey Schwarz ha escrito una reseña. Por cierto, que esta exposición ha sido un blockbuster en todo su recorrido, que ha culminado con la apertura de un museo monográfico en Tokio.
En otro orden de longevidades, Carolina Jiménez charló con Martín Llavaneras sobre cosas que llevan su tiempo, más a tenor de la durabilidad, o senescencia de la materia, en términos del artista, que además ganó el premi Art Nou con la exposición Fruit Belt en la Fundació Miró (Espai Tretze), razones que motivaron esta entrevista
Montse Badia firmó un texto sobre proyectos artísticos que se desarrollan a lo largo de más de diez años, como la propuesta de Jeremy Deller en Skultpur Projekte Münster, sin ir más lejos, o las de las performers Eva & Adele, o Andreas M. Kaufmann. Todos ellos ejemplos de propuestas que desarrollan una agenda y plazos propios, más allá de las necesidades institucionales o la urgencia de la velocidad actual.
Por último, Xavi Acarín se encargó de un texto de fondo que volvía a poner sobre la mesa la actual tendencia de recuperación de clásicos; acaso a partir de las dudas existenciales de los tiempos presentes (no solo del mercado del arte), en los que el cambio es constante, la renovación permanente, y el poso de lo duradero, aparentemente ausente.
Terminamos y la ansiedad no se ha visto reducida. Porque si bien es necesario recalcar la vigencia y relevancia de propuestas que parecen mantener su espacio a pesar de sus años, también lo es que en algunos casos este espacio no ha sido rebasado todavía, con todo lo que esto implica.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)