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Falta de veracidad, obsolescencia, hegemonía. Sustantivos encontrados en textos y discusiones sobre los países latinoamericanos. Subalternidad y subdesarrollo. Palabras que nos han acompañado por mucho tiempo. La mayor parte de las veces me quedo con la sensación de que cuando se trata de hablar del otro, cuesta interpretarlo distinto de las maneras en las que uno mismo se ha pensado y representado. Así, el otro deja de estar representado en aquello que se piensa y pasa a ser un medio, desapareciendo como sujeto. El resultado son conceptos empaquetados y puestos en circulación en el mercado, que se asumen como propios a la manera de lo que describe Étienne de la Boétie en su texto ‘Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno’ (1548).
Puede que en Guatemala tengamos idiosincrasias sin pies ni cabeza o que parezcan ser tierra de nadie. Pero ese es el reflejo que proyectan quienes toman la palabra desde el lugar, porque es en los países latinos donde aún se encuentran sistemas heterogéneos que fisuran las ideologías promovidas por esa lógica del ‘para-todos’ que arrasa con las diferencias individuales. Yo, así lo creo, y me alienta pensar que esa lógica homogeneizante siempre deja un resto, un resto que se resiste. He aquí tres ejemplos, entre muchos.
El Chiringuito El Buki nace de un DJ aficionado y un ex-estudiante de derecho apodado El Buki hastiados del trabajo de oficina, deciden montar juntos un chiringuito en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, que fuera pionero en la distribución de cine de autor y cuya forma de proveerse se saltaría las vías tradicionales de gestión. Películas bajadas de internet y subtituladas por ellos mismos, conservando el idioma original en el que habían sido producidas, tal como su público lo solicitaba, ha sido su modus operandi durante diez años. Este chiringuito no sólo da acceso al ciudadano de a pie a una producción cinematográfica mundial, sino que ha logrado ser el lugar donde comprar películas originales de cineastas guatemaltecos. Tener este medio de distribución ha permitido que el cine en Guatemala pase de producir 3 películas al año –la media aún para el resto de Centro América-, a realizar entre 17-20 películas anuales.
El proyecto A Q40 El Metro Cuadrado se gesta a partir de la Revista Capiusa, de diseñadores gráficos poco identificados con las revistas existentes. En el marco del VII Festival de Diseño Gráfico de Guatemala y cansados de la polución visual de la ciudad, deciden hacer una valla de una manera que sentara precedente (“¿si no existe, por qué no lo hacemos?”): ilustrada a mano colectivamente y colocada en uno de los espacios publicitarios más grandes y vistos de la ciudad. Para lograrlo, negociaron –entre otros- con Fox Channel, propietaria de la valla, el precio por metro cuadrado (de Q133 a Q40), trato que consiguieron no por un día, sino por dos meses consecutivos.
El NuMu –Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Guatemala- fue una idea de dos artistas jóvenes, que deciden crear un Museo de Arte Contemporáneo para la ciudad de Guatemala. Este museo, que lleva funcionando poco más de un año, se financia a través de donaciones de personas individuales que creen en el proyecto y se aloja en una construcción con forma de huevo al pie de una calzada muy transitada. En dicha construcción sólo cabe una persona a la vez que no necesita moverse para visitar la muestra completa. Su programa anual incluye actividades gastronómicas y lúdicas para adultos y niños, en los que todos colaboran, y que son llevadas a cabo en los cuatro espacios de parque al pie de esa calzada (por la que en otras circunstancias, o pasas a prisa o terminas sin nada).
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)