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Postfotografía y paracoleccionismo

Magazine

06 abril 2013
a) Willem Popelier - captura de video

Postfotografía y paracoleccionismo

O se hizo adrede o la carambola salió bien. Arts Santa Mònica y Foto Colectania se asocian para presentar dos exposiciones sobre post-fotografía, las dos comisariadas por Joan Fontcuberta (la primera, junto con Clément Chéroux, Erik Kessels, Martin Parr i Joachim Schmid). Pre-diseñado o no, Barcelona rinde homenaje al laureado fotógrafo, pues además le encontramos en Àngels Barcelona, como nos contó Avelino Sala hace unos días.

El interés en From Here On (De ahora en adelante), en Arts Santa Mònica hasta el 13 de abril, recae en lo que el equipo curatorial enfoca -con luz casi cegadora-: una transformación incuestionable y altamente entrópica, ejercida por la aparición y la evolución de internet y la telefonía móvil en los campos de registro de imagen y sonido. En el caso de Obra-Col·lecció (El artista como coleccionista), en Foto Colectania hasta el 25 de mayo, el quid se encuentra en cómo Fontcuberta señala las intersecciones que están viviendo los oficios y roles, otrora separados, del mundo del arte. Defiende Fontcuberta que son tipos de coleccionismos distintos: el clásico, atesora; el artista que colecciona «reubica», propone nuevas semánticas, genera nuevas narrativas a partir de la puesta en común de imágenes pre-existentes. La post-fotografía se acerca a las imágenes desde un sitio distinto: en primer lugar, el origen de las fotos (quien o qué captura la imagen) puede ser tan pronto desconocido como directamente innecesario. En segundo lugar, los medios desde los que se toman las imágenes y/o se reproducen las mismas son meros soportes y no gozan del halo de devoción que tenían las cámaras o las impresiones en la fotografía… llamémosle clásica.

La de Foto Colectania es una muestra pequeña y coherente. Recoge a diez artistas coleccionistas de imágenes que generan narraciones de distinta índole. Las piezas de Joachim Schmidt, Penelope Umbrico, Hans Eijkelboom y Eric Tabuchi, en la planta principal, son un perfecto resumen de la exhibición. En la planta superior, sorprende ‘Painted Photos’ de Martin Parr y divierte Erik Kessels con su hilarante ‘Almost Every Picture #9’. También encontramos un reflexivo (y premiado) video de Jean-Gabriel Périot titulado ‘Dies Irae’ (2005) y piezas de Ève Cadieux, Emilio Chapela o Richard Simpkin.

Lo que hallamos en Arts Santa Mónica es en cambio una exposición que puede resultar inicialmente inconexa (no sé si se trata de una cuestión personal con el espacio), pero que desde luego guarda su sentido. El argumento se aclara en un gran manifiesto en la planta baja y se repite incluso entre escalones: Internet y la era móvil han sido los detonantes mediales, tecnológicos, que han permitido la propagación exponencial de registros fotográficos. Las ideas despegan: si acaso la verdad alguna vez fue una, capturada por lo múltiple, deviene indefectiblemente fragmentaria.

Corinne Viennet superpone millares de fotos de monumentos turísticos encontradas en internet. Éstas, casi siempre tomadas desde el mismo ángulo, se imbrican y generan una imagen que es una y son todas, producto quizá de esas pulsiones compartidas, esos comunes denominadores de la raza humana haciendo el “guiri”. Google Maps es la fuente de trabajo de Jon Rafman (y su Street View, aplicación que permite al usuario ver la imagen real de las calles que busca). También lo es para Aram Bartholl y sus “A” gigantes. Herman Zschiegner juega con la idea de la copia infinita a raíz del triángulo Google- Walker Evans- Sherrie Levine, presentando múltiples versiones de Allie Mae Burroughs, sólo distinguibles por origen de URL y por su ratio de píxeles. Jens Sudheim hace un álbum de fotos junto con su colaborador, Reuss, a través de diferentes cámaras públicas y webcams ante las cuales el viajero posa para registrar su viaje por cinco continentes. También Tony Churnside y “The get out clause” realizan un videoclip entero gracias a las tomas hechas por las cámaras de seguridad de distintos lugares de Reino Unido. El colectivo belga Leo Gabin propone un vídeo que muestra cómo varias chicas (habrá más) instalan su webcam y mueven su trasero ante ella, para el mundo, desde su contexto doméstico. Willem Popelier se hace con las fotos registradas por los propios clientes –y accesibles por quien llegue después- en los discos duros de ordenadores en una tienda de informática. Laia Abril re-fotografía fotos de blogs y webs de una comunidad de anoréxicas. Nancy Bean expone una serie de imágenes con ángulos novedosos (en su gato y colaborador, Christian Allen, está el origen de la curiosa perspectiva). Penélope Umbrico colecciona coincidencias, y cuestiona, en definitiva, la sobre-abundancia existente de ciertas imágenes (aquí, espejos con reflejos y flashes; en Foto Colectania, puestas de sol). De abundancia –y color- hablan también las obras de Andreas Schmidt (RGB), y de Adrian Sauer. Aarsman y Bohr exploran la relación con el objeto y la reiteración; y puede que también lo haga, aunque con otra finalidad, la colección de penes de Frank Schallmaier. El humor despunta en las obras de Thomas Mailaender y James Howard y todo esto sonando a cacareo de unas gallinas –reales-. Roc Herms aborda el mundo online/offline que nos ha tocado vivir; y en la retahíla de destacados (no ordenados por importancia) no pueden faltar las 3.000 frases que empiezan por “La fotografía es…” de Misha Hemmer.

En ambas muestras hay “piezas” donde la coincidencia espacio-temporal del “fotógrafo” (o selector) y el objeto fotografiado no se da. Aparte de la búsqueda en Internet, también se modifican colecciones privadas adquiridas en mercadillos -o directamente se trabaja sin modificarlas-, ¿para cuándo el debate post-autor?

b) Instalación 'Chicken Museum' de Thoma Mailaender

Marina se pasó los primeros dos años de su vida sin hablar: les dijeron a sus padres que estaba interiorizando. Y aunque hace ya un tiempo que habla, sigue necesitando interiorizar. Y luego sacudir, dudar, ordenar y desordenar, celebrar. Encuentra política en muchos lugares y tiene un especial interés en lo subalterno, el «commons» y en los puntos donde todo impacta con la expresión creativa.

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"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)