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ARCO está salvado. Al menos, por el momento. La empresa de cazatalentos contratada por IFEMA encontró por fin al talentoso: Carlos Urroz será el nuevo director de ARCO. Re-pensar ahora la feria es el reto. Esta crisis y cambio de dirección puede ser una buena oportunidad para reflexionar sobre su futuro y posición respecto a otras ferias de arte, así como sobre el eterno conflicto, siempre latente, institución-mercado-arte.
Resulta sorprendente la cantidad de artículos y noticias que han aparecido en prensa en los últimos meses acerca de la feria de arte ARCO, o para ser más precisos, sobre la crisis que atraviesa -o viene atravesando desde tiempo atrás-, y el peligro inminente que tiene de evaporarse. Lo que evidencia de algún modo que más que un asunto cultural, se trata, sobre todo, de un problema político y económico, pues la cuestión artística ha sido obviada por completo. Desde que Lourdes Fernández, directora de la feria durante los últimos cuatro años, presentara su dimisión hace apenas un mes, tras continuas desavenencias con el Presidente Ejecutivo de IFEMA, Luís Eduardo Cortés, las especulaciones sobre el futuro de la feria no han cesado. Y es que los intereses económicos no siempre -o casi nunca- coinciden con los artísticos…
A partir de que el Director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel declarara, al término de la última y más controvertida edición, que el modelo ARCO estaba agotado, se ha repetido la misma cantinela por doquier. Pero, ¿de qué modelo estamos hablando? De una feria apoyada por las instituciones públicas, claro está. Porque si por algo se ha distinguido ARCO durante años ha sido por la presencia de instituciones públicas y la asistencia de un público masivo así como por la repercusión mediática que generaba. El público hace tiempo que se retiró viendo que el asunto no iba con él y ante un progresivo y elevado precio de la entrada. Las instituciones, no es que hayan desparecido, es que sus arcas están vacías, y por tanto, los galeristas se han quedado sin sus más potenciales compradores…
Llegados a este punto, es necesario reflexionar sobre que modelo sería el idóneo para ARCO. ¿Una feria comercial? ¿Una feria comercial con un alto contenido cultural, y por tanto, educativo? Queda mucho por pensar y escasea el tiempo. El patrón al que tiende ARCO será el de una feria más pequeña y “selecta”, al menos eso es lo que se desprende de las últimas y aún escasas declaraciones del nuevo director Carlos Urroz. Algo que por otra parte no nos sorprende cuando hacia ello apuntaban ya los galeristas. La selección se creará a partir de un comité formado sólo por éstas, dejando a un lado a otros profesionales implicados, como comisarios, directores de museo o críticos… Lo que parece claro, es que aquellos felices años en los que ARCO representaba más que una feria comercial y se elevaba, ilusoriamente, como un gran evento cultural, han llegado a su fin…
Ahora bien ¿qué va a pasar con las actividades que giraban en torno a ARCO? Preocupante es que pasará con el foro de expertos. Si bien es cierto que en las últimas ediciones estaban prácticamente vacíos, y hasta apartados, los foros suponían el único punto de encuentro para el debate, y al menos, un intento por generar cierto conocimiento y reflexión sobre las prácticas culturales y artísticas actuales. Recordemos la inclusión de los Estudios Visuales por parte de José Luis Brea en las mesas de debate. Sin olvidar tampoco que se ofrecían numerosas becas para que muchos estudiantes pudieran asistir y participar desde las universidades. En este sentido, también la introducción de editoriales y revistas especializadas de arte contemporáneo fue otro acierto. Si damos por sentado que una feria de arte es distinta, por ejemplo, a FITUR, tendrá que tener un sentido más que sobrepase el comercial y el de intercambio de mercancías. De no mediar esas estructuras de interpretación, tal vez sería mejor abstenerse de contemplar tratos comerciales que sin duda se desarrollan con mayor comodidad en petit comité….
Que prosiga ARCO es buena noticia, que duda cabe. Por otra parte, a la sombra de ARCO han surgido de forma paralela ferias como Art Madrid, DeArte, Just Madrid, y el certamen de arte público Madrid Abierto. Iniciativas más o menos independientes, pero que por su misma naturaleza son complementarias de ARCO, pues nacieron a partir de las deficiencias de ésta. Madrid sin ARCO hubiese perdido mucho, desde luego.
ARCO tendrá que re-definirse de alguna manera si no quiere esfumarse del mapa o convertirse en una feria local más y competir con todas las ferias que como champiñones se han ido reproduciendo en diversas ciudades españolas, como Santander, Vigo, Salamanca o Barcelona. Para estar a la altura, al menos, de otras ferias como Miami Art Basel, Frieze o FIAC será necesario ofrecer algo más que una feria más pequeña y selecta…
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)