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En Barcelona tocan cambios. Todo indica que Josep Ramoneda, director del CCCB, tendrá que dejar su puesto próximamente después de diecisiete años en el lugar. Meses de rumores y globos sonda insinuando la fusión entre MACBA y CCCB, dos instituciones físicamente pared por pared pero muy distantes en cuanto a funcionamiento y objetivos. De momento, no se habla de posibles concursos ni nada. Virreina Centre de la Imatge sigue sin director, después de que Carles Guerra pasara a ser Chief Curator en el MACBA dejando un centro con programa cerrado hasta 2013. Moritz Küng sigue siendo director de Canòdrom, un centro de arte de titularidad pública en Barcelona que nunca ha existido aunque se realizara un concurso internacional para su dirección. Canòdrom, sí – Canòdrom, no. En el más puro estilo hamletiano por parte de los organismos públicos que lo rigen, ahora parece ser que Canòdrom, sí. De momento. A pocos kilómetros, Rosa Pera dirige Bòlit, otro centro de arte sin ubicación física pero que fue definido como centro «de verdad», con proyecto arquitectónico y varias plantas a rellenar.
Espacios sin dirección, directores sin espacio. La situación podría ser interesante si fuera algo buscado, si sirviera para proponer nuevas ideas de lo que es la institución. Como mínimo Bòlit programa, Canòdrom tenía -supuestamente- otro espacio como La Capella dentro de su organigrama pero no se sabe qué va a pasar con este proyecto. ¿Y si le damos la vuelta a todo? ¿Y si pensamos que es fantástico vivir entre tanta anomalía institucional? ¿Y si creemos que todo son experimentos interesantes para trabajar en los límites de la institucionalización artística? aunque, la verdad, todo apunta que estas no son las líneas, que lo que rige es directamente un caos involuntario.
En este número de A*Magazine presentamos tres nuevos escritos críticos. Xavier Acarín se acerca al proyecto de arte útil de Tania Bruguera en Queens, Verónica Escobar Monsalve analiza una exposición en el CCCB y Imma Prieto otra en el MACBA. Dos de instituciones y una de alejarse de ellas.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)