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Íbamos tan tranquilas celebrando nuestro sexo y sexualidad, nuestros sueños húmedos liberados, nuestras pasiones enfrentadas… y casi nos atropella un autobús.
Resulta que en el mismo mes que desde A*DESK nos apetece hablar de sexo desde un punto de vista celebratorio nos encontramos que quizás aun no es hora de celebrar. Pensamos que era importante llevarlo a la primera línea de los ejes articuladores del pensamiento que nos rodea para situarlo como tema, pero también, para escapar de la polaridad habitual a la que se ve sometido: o fruto de una comunión íntima y secreta, o motivo de lucha y abanderamientos contemporáneos. ¿Dónde quedó el contacto, con sentimiento o sin él, después del miedo?
Consideramos que las potencialidades son muchas, algunas estándares o previsibles, otras sorpresivas, las menos, patológicas, pero nos parecía relevante situar el tono en un punto de partida emancipado de los límites que ya conocemos y que desgraciadamente debemos seguir contemplando. Siguen existiendo enfermedades putas que, pese a las recientes buenas noticias, continúan contagiándose a día de hoy; siguen existiendo abusos en relaciones desequilibradas y acercamiento denigratorios e irrespetuosos a la sexualidad.
Y lo que (por falta de condición) es más triste: siguen existiendo maneras de entender el mundo invasivas; incapaces de comprender una circunstancia alterna, no guiada esta por las pautas de unas creencias discriminatorias, dictadas, a tenor de quienes las sostienen, por unos dioses por otro lado son a menudo malinterpretados. Todavía no es momento de recuperar el sentimiento alegre del orgasmo y ondear esa bandera, más allá de quien y como te lo provoque, y como tu te lo curres para provocar.
Por eso: Que no te engañen. Tanto si naces hombre como si naces mujer, sé lo que te de la gana ser.
Este mes hemos contado con Eloy Fernández Porta escribiendo sobre la locura de dejar de ser gay; Irina Mutt charlando con Frau Diamanda; Virginia Lázaro, que se estrenaba con nosotros, firmaba un texto sobre los cuartos oscuros, génesis y evoluciones y por último – que fue al principio-, Montse Badia sobre 1000 m2 de deseo. Arquitectura y sexualidad en el CCCB.
Y la imagen que ilustra este editorial es de Cabello Carceller, actualmente en el CA2M, exposición de imprescindible visita.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)