Siete reflexiones breves, casi exabruptos, sobre la idea de frontera

1.- Cuando en 2012 los curadores estadounidenses Elizabeth Sussman y Joe Sanders invitaron al inclasificable realizador Werner Herzog a ser parte de la prestigiosa Whitney Biennial, éste les dijo que no.

“Pero ¿por qué?”, señalaron confusos, “acaso no asiste usted. a museos y exposiciones?” “No”, dijo. “No asisto a museos ni exposiciones, no soy parte del mundo del arte”. “Pero, acaso no es usted un artista?”. “No.” Dijo. “Yo soy un soldado.”
Herzog quería ser un “buen soldado del cine”.

El creador de Fitzcarraldo y El Hombre oso plantea que en el tiempo paralelo a Rembrandt, hay en Holanda un artista a quien llama el padre de la modernidad. Se trata de Hercules Segers (1590-1638). A partir del cuerpo de obra de este pintor del siglo del oro, realiza no un film, no una pintura en movimiento, sino una instalación que fue parte icónica de la bienal.  Al respecto, piensa que sus pinturas y sus películas no se hablan una a otra pero más bien bailan una con otra, desplazando o más bien atravesando las categorías de clasificación de las disciplinas artísticas. No eran trascendentales. O más bien todo en y para él era cine.

2.- Pensar la idea de frontera me lleva rápido a conectarla con la idea de obscenidad. ¿Por qué obscenidad? puede una pensar, qué tiene que ver.
Y es que la existencia en sí de la frontera es dependiente de una imposición. En el caso físico, socio-político, geográfico, siempre es así.
No hay frontera no impuesta. Porque no vienen de origen, porque no estaban estructuradas, ni en este continente ni en ninguno a partir de acuerdos de los pueblos en relación a su debido contexto.
Porque son categorías de separación, exclusión, imposición, que han sido consignadas arbitrariamente para el beneficio de unos por sobre otros, y esos unos han sido generalmente los hombres-blancos-ricos-heterosexuales-ganadores-de-las-batallas.

3.- Y aquí se impone en mi pensar la frontera, la imagen que grabé para siempre en mí, en julio de 2024, al estar indignada, desconcertada, desolada frente al muro de 650 km que separa la tierra ocupada de Palestina. Porque eso es hoy Israel: una voraz tecnopatria de imposición fronteriza, ideológica, psicopatológica automatizada y solventada por la economía del grande estadounidense. Que de unido, nada.

Duele tener que escribir este texto bajo un falso cese al fuego que debiera estar aliviando a la zona avasallada, rodeada hoy por la frontera más cruda del mundo: Gaza. Y sin embargo por medios no cooptados nos enteramos que desde el supuesto cese ya van más de 100 muertos y que los bombardeos no se detienen.

4.-La idea de frontera algo más cerca, me lleva a pensar en la injusticia de Cúcuta. En 2018, el ex-presidente de Chile, Sebastian Piñera, acude al icónico puente que une Venezuela con Colombia, e invita entonces a los refugiados políticos del -cito- “autoritario régimen de Maduro” a buscar oportunidad en nuestra fértil tierra. Seis años más tarde, Chile está sumergido en la más grande crisis de migración de su historia reciente, y la sola idea de frontera lleva en sí el caudal de conflictos sobre el penoso manejo de este tema que enfurece a políticos y estudiosos de todos los colores ideológicos.

En ese mismo lugar de la frontera colombiana, la artista mexicana Teresa Margolles, encuentra la frase “el capital te culea” escrita en un muro. Margolles la utiliza luego para realizar una serie de trabajos en torno a la violencia normalizada de la desigualdad en el neoliberalismo chileno, el país promesa al sur de toda frontera, que tiene como lema la “libertad para escoger” de Milton Friedman, que no es otra cosa que una falsedad tan grande como una catedral o como la cordillera que une a gran parte del continente sudamericano como una columna huesuda.

La libertad, frontera abajo, es la de escoger de qué manera te culea el capital. Así de fuerte, así de real. Y esa frase, que parece una suerte de advertencia o premonición de un(a) migrante que por ahí pasó, sirve para la producción de una serie de trabajos que desbordan las categorías y son a la vez acciones, telas, poemas vividos, instalaciones, fotografías y carteles de Margolles.

Días después de inaugurar su exposición en Chile, comisariada por Andrea Pacheco Gonzalez, Chile arde de sed de justicia e igualdad social, y la frontera se vuelve interior.

La frontera -que siempre fue frontera- es Plaza Italia devenida plaza Dignidad y pone la periferia al centro, lo que a la élite no le gusta porque se ve feo. No es la forma, han de decir.

5.-El teórico crítico indio Homi Bhabha desarrolla en su escritura el concepto de “tercer espacio”, que resuena en su posibilidad de entender los espacios intersticiales donde se agencian y articulan formas nuevas de identidad cultural, configurándose potencialmente como una forma útil para mirar hacia los cruces, desplazamientos y las diásporas que no calzan, o más bien directamente rechazan las narrativas tradicionales sobre la ya tantas veces problematizada idea de nacionalidad.

6.-En múltiples ocasiones se ha relacionado este último concepto de Bhabha con la idea planteada en Borderlands, la nueva mestiza, de la escritora chicana feminista Gloria Anzaldúa, al entender la idea y el sitio de frontera no ya como una rígida línea divisoria que anula, si no como un espacio fértil de producción cultural en sí mismo. Es en esa línea que en la antropología de fronteras se convierte en un campo disciplinar útil para estudiar los fenómenos culturales que precisamente se producen en las zonas limítrofes. A nivel simbólico –y no tanto- la frontera es así un lugar de paso y de relaciones entre culturas, por tanto un territorio social, poroso. Ya no una barrera rígida, sino una oportunidad.

7.-Curiosamente este texto termina un poco como empieza. Reflexionando sobre la producción de otro realizador prolífico, inabarcable: Raúl Ruiz, y el cine-más-allá-del-cine de una producción que permanentemente está “contrastando el automatismo de la narración.” (Espósito, en Valenzuela, 2011) ^[1] Cáceres, Y. (2023). Raúl Ruiz. Potencias de lo múltiple, laFuga, 27. [Fecha de consulta: 2025-01-21] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/raul-ruiz-potencias-de-lo-multiple/1133

Cito parte de un texto que tuvimos la oportunidad de escribir a cuatro manos con la académica e investigadora chilena Francisca García al respecto:

“Cineasta, archivero, fantasma. Ruiz fue a lo largo de su vida un pensador de la imagen y las tecnologías de la visión, que articuló un pensamiento teórico y situado a través de su obra: más de cien películas filmadas, además de textos teóricos, poesía, talleres con estudiantes, puestas en escena de teatro y ópera, e instalaciones artísticas. Fue consciente, desde muy temprano, de cómo la industria del cine funcionaba homogeneizando los modos de ver y de filmar, relegando al espectador a un lugar pasivo de consumidor. Sus referencias artísticas, teóricas y literarias son heterogéneas y provenientes de distintas épocas, de la cultura popular y la academia, de oriente y occidente. Con ello, se propuso reformular los esquemas narrativos de la industria de Hollywood y reparar la separación histórica de la teoría y la ficción. La mayoría de sus películas son presentadas como “adaptaciones” de piezas del teatro, la literatura, la pintura: de Palomita blanca a La isla del tesoro, pasando por ejercicios más abiertamente híbridos como La lechuza ciega o Memoria de apariencias, y por adaptaciones apenas nominales como Tres tristes tigres, La colonia penal o incluso Diálogo de exiliados.

También, la instalación titulada La expulsión de los moros, que consiste en un tipo de reconstrucción abierta y especulativa sobre una pintura de Velázquez. En este sentido, –así como nuestra propuesta curatorial recientemente exhibida en Raúl Ruiz, fantasmas arabescos en el Centro Cultural Matta, de la Embajada de Chile en Buenos Aires– Ruiz conoció y exploró en vida la potencia de los archivos artísticos como punto de partida de su pensamiento creativo y sus imágenes, y su legado es asimismo un espacio de memoria o una Historia del Arte expandida, en donde conviven referencias heterogéneas, tiempos históricos, lenguas, disciplinas artísticas y tradiciones como el barroco español, el teatro veneciano, la pintura china o la poesía popular del Valle Central de Chile.” ^[2]García , F., & Berger Prado, D. (2024). Curadurías (audio)visuales: archivos y afectos en la exposición Raúl Ruiz: fantasmas arabescos. Estudios Curatoriales, (19). Recuperado a partir de … Continue reading

Siempre tensionando las categorías, tratando rigurosamente el sinsentido y administrando su desborde, la mirada a Ruiz, como creador en el exilio, (o quizá portando una frontera perpetua en sí), cierra esta breve reflexión, entendiendo que en el campo de la producción cultural quizá hoy toda idea de frontera consignada puede ser entendida como una rica ampliación de toda condición de posibilidad.

[Imagen destacada: Instalacion Cementerio Parlante. Exposicion Raul Ruiz. Fantasmas arabescos. Curaduria Francisca Garcia y Daniela Berger. Centro Cultural Matta Buenos Aires. Julio 2024]