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La residencia de Carlos Monleón en el espacio de Homesession de Barcelona dió lugar a la instalación sonora Respiración Fluvial que actualmente se puede ver en La Panera de Lleida hasta el 26 de mayo. La experiencia se despliega a distintas escalas: como puesta escénica, como historia musical o como la voz cantante de una escultura que busca la forma de transmitir su vida. Mediante su narración, nos adentramos en un paisaje que parte del registro objetivo de un ecosistema, para destacar su poética respiratoria, su tono, su ritmo, su constante fluidez. A través de los hallazgos, enigmas y pérdidas de un naturalista cibernético, nos encontramos con la traducción de dicho registro a un lenguaje sensorial humano.
El río Ebro serpentea por distintos paisajes de España ofreciendo una reserva de vida silvestre. Tras el rastro de un molusco, que es esencial para el ciclo vital del río, el naturalista cibernético captura sonidos y muestras de su expresión en ese sistema. Las náyades, son almejas de río que heredaron su nombre de las ninfas de aguas dulces de la mitología griega (acaso lo son virtualmente, en la dimensión simbólica).
El naturalista cibernético quiere saber y, si es posible, constatar si estos seres que median la turbidez del río se manifiestan, si hablan, si cantan, o si los datos de su metabolismo se pueden traducir en canto, es decir, si se comunican. Quiere averiguar cómo es ver sin ojos esa turbidez que el canto convierte en perla. Si es canto a la muerte, seco y doloroso. Si el río agoniza.
Utiliza el mito y el dato, porque son formas de encriptar y desencriptar las relaciones subrepticias que forman —entre las cosas, cuerpos y pensamientos— al mundo. Porque son intentos por almacenar y procesar su funcionamiento, aunque en el fondo el objeto de la memoria es la poesía. Cuando todo funciona es de una poesía liviana, cuando algo se rompe, la desolación no es menos poética: cercana a su fin, se intensifica en espumas rabiosas, es cuestión de supervivencia.
La perla hace visible al molusco (la perla es un dato), y la ninfa expresa su canto (la ninfa es un mito). Es difícil saber si el canto surge de la ninfa o si todos los componentes vivos y no vivos del río producen una sinfonía tal, que suena a canto para el oído humano. Depende de la máquina semántica, de la lectura que ofrece sobre el fenómeno.
El canto de las náyades dramatiza la existencia de estos seres, cuya respiración discreta se expresa en canto coral, y su vibración, en perlas que atesoramos como objeto precioso, por su alquimia inexplicable y por su capacidad de evocar a la memoria.
La idea de que estas náyades nunca se presentan aisladas, sino que sus formas y voces son únicas en coro, en manada, en racimos, configura el lugar de encuentro entre el dato y el mito: si el coro es la clave, ¿qué historias se producen entre sus cantos?
El naturalista cibernético quería reencontrar el factor incalculable del mundo, o el respeto a lo indescifrable. Sabía que las náyades no se presentarían como ninfas, pero se comportarían de esa forma, devotas al sistema del río del que forman parte, al que le corresponden igual que vísceras. Quería saber qué eco producen sus voces (amplificadas, interpretadas) ante la transformación del río y en particular, ante su pronta extinción como agente clave.
En el proceso, las náyades crecieron en su canto artificiado, cambiaron de escala ante el aumento de la turbidez. Se reunieron en una habitación como almejas mutantes, son producto de la imaginación, son monumentos a su laborioso metabolismo.
Almeja-ninfa
(El mito)
En la mitología la almeja se proyecta como ninfa, una criatura que encarna la divinidad del río, capaz de entrar en contacto con los mortales. Las ninfas mueren si las aguas están enfermas, se casan con héroes para ser el nexo entre el hombre y el manantial, y asociadas a lugares específicos, representan localidad: se comportan como sujetos políticos.
Son ninfas, y a la vez son mitos capaces de describir la existencia de una almeja y su situación inseparable con el río. En la perspectiva de un naturalista cibernético, la almeja produce comportamiento, dentro de un ecosistema que depende de su existencia para autorregularse. Son fundamentales para la emergencia de un concepto como río Ebro, cuyo nombre —acuñado por poblaciones griegas que frecuentaban sus costas en el pasado histórico— significa caudaloso, y a su vez desprende de sí, en muchos traspiés del lenguaje, el nombre Íbero que denominó antiguamente a la región.
La medida de la turbidez
(Los datos)
La verdad se expande como una espuma rábica: casi no se encuentran estas almejas en el río.
Las náyades hoy se conservan mayoritariamente en laboratorios con el fin de estudiar y proteger a esta especie en peligro de extinción. Los sonidos y registros fueron captados en lugares artificiales y en su interpretación también se manifiesta la respiración asistida de organismos que lograron prosperar durante más 300 millones de años sin mayores modificaciones genéticas.
Los moluscos bivalvos que depuran las aguas y mantienen la calidad de ecosistemas acuíferos son unos de los grupos animales con mayor tasa de extinción a nivel mundial.
El coro
(Sistema relacional)
Así como el compositor ornitólogo Olivier Messiaen aseguraba que los pájaros hacen música, solo que es demasiado rápida para el oído humano, es posible que las náyades, en su respiración y sus sutiles movimientos, produzcan algo que podamos llamar música.
Hay que pensar que sus cuerpos blandos se disponen en concavidades auriculares cuya morfología conduce con eficiencia acústica las vibraciones sonoras.
Con sus aductores abren y cierran las valvas con un ritmo desconocido. Las chocan, mueven el agua, la degustan, respiran, se arrastran en el lodo arenoso, se entierran, se encuentran, secretan nacar, expulsan huevos.
En la pieza sonora de Respiración Fluvial, estas acciones moduladas por la densidad del medio, se expresan mediante un acordeón con una respiración repleta de armónicos, y la percusión sentida de unas castañuelas de corazón. El vaivén cíclico de los instrumentos funciona como traducción expresiva de las náyades. Su respiración dota de calidez y folclore a la experiencia sonora, mientras que dispone a las almejas como entidades líricas, unidas al río por su canto.
La perla
(La lírica)
En esta proyección de las náyades —que en vez de ninfas son esculturas, que en vez de almejas son monumentos a su laborioso metabolismo— cada perla contiene en su centro parte de un relato. Hay misterio, hay lirismo, hay muchas referencias culturales humanas. La memoria, la poesía, son el elemento que aísla y transforma la traición en perla, que se forma mediante la digestión emocional y física.
Un naturalista cibernético busca formas de representar el objeto de estudio con la intención de incorporarlo a su conocimiento. Y en la representación hay un ejercicio de dramaturgia, porque la fantasía opera como una herramienta descriptiva, capaz de contar lo imperceptible.
Respiración Fluvial de Carlos Monleón, en Centro de arte La Panera (Lleida) hasta el 26 de mayo.
Respiración Fluvial se presentó por primera vez en Homesession entre el 18/o1 y el 3/02 de 2024.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)