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Hace algo más de una década, en una librería de Amsterdam, me encontré con un libro titulado “Feelings are always local” – a partir de la exposición de lo que entonces se llamaba “new media art”, dedicada a operaciones en varias redes, sistemas de transporte y transformación de contenido. Red en un sentido de sistema operacional expandido, en el que la información fluye, es capturada y agrupada. El libro, que desde entonces se mantiene en mi cabeza como una obsesión, parece negociar con lo que se reconoce como “vernáculo local” o “idioma del arte”.
Releyendo en este contexto el texto de Lars Bang Larsen and Søren Andreasen “Remarks on mediation”, publicado en A*DESK en el año 2006, encontramos la figura del mediador –comisario como editor del material y reconocido como autor – enviando su texto en la red que aprueba o rechaza el material. El texto fue publicado en un momento en el que el papel del comisario estaba siendo discutido en libros y ensayos. Gran parte de esa tarea era describir la función del comisario y al comisario como sujeto hablante/actuante.
Desde que el texto fue publicado, casi todo parece haberse convertido en una práctica “curatorial”, cubriendo grandes áreas de la cultura popular y en los ámbitos del consumo, por ejemplo. Es importante volver al asunto de la agencia y el trabajo de la bien engrasada maquinaria de la producción cultural, definiéndonos en el centro del problema. Quien es un comisario de arte hoy y qué tipo de nuevas propuestas institucionales son necesarias hoy son cuestiones esenciales que deben ser replanteadas una y otra vez.
Para alejarnos de las presiones mainstream debemos crear nuestros propios formatos, estructuras y plataformas, formas de presentación, discurso y marco institucional.
La reinvención de formas institucionales puede diferir de formas calcificadas que podemos entender como una transformación de “qué” o “cómo”. Hacer una institución es similar a hacer una exposición, es un acto de autoría y una herramienta para la mediación de los sentimientos para expander el impacto en lo que está fuera de una institución artística.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)