close

En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.

En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.

Perder el Norte: Maldivas y Angola en Venecia

Magazine

01 agosto 2013

Perder el Norte: Maldivas y Angola en Venecia


Según las previsiones, la República de las Maldivas, el país más bajo del planeta, desaparecerá completamente bajo las aguas en el año 2050. Si la Venezia hundida de Alfredo Jaar, promete un cambio esperanzador para la cultura occidental, la desaparición de las Maldivas nos lanza irremediablemente hacia un futuro global distópico. ¿Se puede imaginar otra utopía que no sea la de un futuro post-occidental? (Deep Weather, Ursula Biemann). Desde que en 1989, con la caída de las últimas trincheras comunistas en Europa, las culturas occidentales se integraran en una cultura neoliberal global, parece imposible imaginar otro futuro que aquel que ha sido pactado con el consenso del capital. Las únicas alternativas parecen situarse dentro de una cierta ‘cosmocracia insurgente’: una suerte de movimientos de insurrección global apegados a los principios del capitalismo democrático. De acuerdo a Jean-François Lyotard, si únicamente el disenso es capaz de evitar la subordinación, el antagonismo es la única vía posible para poder imaginar un futuro post-capitalista, y en esta coyuntura, tropezaremos posiblemente con el surgimiento de nuevas formas de fascismo, pero podremos también advertir la presencia de una fuerza alentadora, decidida a permanecer en este ejercicio de disenso: esa fuerza es el Sur.

Las propuestas de la Republica de Las Maldivas (Disappearance as work in progress – Approaches to Ecological Romanticism) y la República de Angola (Encyclopedic City) para la presente edición de la Biennale di Venezia, aunque desde enfoques diversos, coinciden en algunos aspectos. Ambas participan por primera vez desde el beneficio de la periferia, fuera de los espacios institucionales. Conceptualizadas por curadorías colectivas (Chambers of Public Secrets y Beyond Entropy), utilizan metodologías desarrolladas en el circuito global pero aplicadas a la experiencia local.

Más de una veintena de artistas participan en el proyecto Disappearance as work in progress – Approaches to Ecological Romanticism, donde Maldivas se cuestiona por un nuevo paradigma moral, basado, ya no en los códigos culturales, sino en los de la propia naturaleza. Una propuesta eco-estética que supera la tradicional dicotomía occidental entre cultura y naturaleza desde una pensamiento decolonial y no antropocéntrico. La naturaleza ha dejado de ser un mero artefacto cultural, para convertirse en una guía del espíritu y el intelecto (Maldives To Be or Not, Khaled Ramadan).

Encyclopedic City, proyecto premiado con el León de Oro a la mejor participación internacional, se presenta como una provocación del propio statement de la Biennale: “cuando un edificio tiende a ser enciclopédico se convierte en una ciudad”. Esta investigación, iniciada por Beyond Entropy en la última Mostra Internazionale di Architecttura, propone la transformación de un palacio renacentista en un espacio de conflicto donde la capitalización de los objetos artísticos y las fantasías occidentales se enfrentan a las complejidades de la experiencia urbana en la ciudad poscolonial (Found Not Taken, Edson Chagas). Los objetos urbanos de la ciudad de Luanda, retratados como ciudadanos del lugar, forman un catálogo de las condiciones espaciales múltiples a las que se encuentran sometidos en la nueva Ciudad Global. Esta enciclopedia urbana funciona como taxonomía -otra- que posibilita nuevas relaciones dialécticas entre los diferentes agentes urbanos para entender el espacio público, y quizás, habitarlo.

La cultura contemporánea busca nuevas estrategias frente al futuro de una globalización que amenaza con ahogarse. Para encontrarlas, se hace estrictamente necesario resituarnos en el mapa. Levantarnos una mañana habiendo perdido completamente el norte, pudiendo por primera vez, imaginar un futuro que no haya sido pactado.

Diana Padrón: Trabajo porque me dijeron que era un juego, un debate, un baile y sí, muchas veces me lo paso pipa. Porque tengo un compromiso con la ciudad donde vivo, con el arte, con la crítica, con la esfera pública. Evidentemente trabajo porque es imperativo ser autosuficiente, pero sobre todo lo es acumular capital simbólico. Me parecería obsceno equipararme al trabajador asalariado, nuestro modelo es más bien el del empresario. Trabajo para reproducir el capital, para innovar en flexibilidad laboral, para experimentar lo último en autoexplotación y para que me inviten a fiestas divertidas. Paradójicamente, también trabajo para imaginarme alguna clase de colectivo. Porque al final, no vayamos a ser nihilistas, algo debe haber en el arte que apunte a alguna suerte de afuera. Trabajo por si algún día, entre todos, nos inventamos otro mundo / dianapadronalonso.com

Media Partners:

close
close
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)