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Spotlight

28 diciembre 2017

Pioneras y olvidadas por la crítica

El fértil debate actual sobre arte y género crece y continúa y parece llegar el turno de las exposiciones colectivas de mujeres artistas, tema que ha centrado el coloquio internacional “WAS (Women Artists Shows·Salons·Societies): expositions collectives d’artistes femmes 1876-1976», celebrado el 8 y 9 de diciembre en el Jeu de Paume de París.

El laboratorio de investigación Artl@s (Ecole normale supérieure de París) y la asociación AWARE (Archives of Women Artists, Research and Exhibitions), se han encargado de la primera sesión pública de un programa de investigación dedicado a estudiar las iniciativas de organización artística estrictamente femeninas. Promovidas desde finales del siglo XIX y coincidiendo con los primeros movimientos por la emancipación de las mujeres, estas iniciativas surgieron con el fin de combatir la discriminación, afirmar el estatus de la mujer artista, dar visibilidad a su trabajo y construir su propia historia al margen de los círculos masculinos.

La infrarrepresentación de estas exposiciones, asociaciones y colectivos en la historiografía artística tradicional ha llevado al proyecto a comenzar, en un primer momento, por un catálogo descriptivo de estas exposiciones. Este permitirá en una segunda etapa hacer una reflexión crítica sobre la historia específica del fenómeno, abordando cuestiones como las condiciones sociales, culturales e institucionales en que se desarrolló, para poder sacar conclusiones sobre su recepción crítica y su repercusión simbólica en el proceso de emancipación de las mujeres artistas.

Se trata de los primeros resultados de la investigación, fruto de un trabajo de archivo y de reconstrucción, puesto que la mayoría de la documentación se halla perdida; una puesta en común de la información fáctica (artistas, exposiciones, corpus de obras, financiación, apoyo institucional y cobertura mediática) para situar estos casos desconocidos en la trama de la Historia del Arte.

El coloquio, que contó con especialistas reconocidos como los españoles Juan Vicente Aliaga y Patricia Mayayo, incluyó comunicaciones sobre casos tan dispares como el Salón Femenino de Arte Actual de Barcelona de los años 60 y 70, el de Mujeres Artistas de Chicago de 1930 a 1950 o la exposición de pintoras rusas en el Moscú de 1914.

Más allá de la especificidad de cada contexto, la mayoría de los ponentes coincidieron en varios puntos: en primer lugar, en la diversidad de estrategias de emancipación y de construcción de la subjetividad de las artistas modernas, que no estaban todas interesadas en abrazar el feminismo, pero sí en la creación de estos espacios de reunión e intercambio, desde los que luchar contra la etiqueta de “feminidad” y sus connotaciones ideológicas. En segundo lugar, el hecho de que el intervalo entre los dos momentos más estudiados -el período de entreguerras y los años 70, aunque vacío en la historiografía, es muy fértil e intenso en actividad femenina. Y, en último, en la necesidad de seguir trabajando por la visibilidad de las mujeres artistas, puesto que el problema de marginalización y de baja representación persiste y, por tanto, el debate continúa (y continuará) centrando coloquios como éste.

Beatriz Sánchez Santidrián siempre había querido ser bióloga, pero se crió entre libros, discos, películas y exposiciones; días antes de matricularse en la universidad decidió que lo suyo era más bien la Historia del Arte. Soñando con los intelectuales bohemios del París de posguerra, allí se instaló. No ha encontrado ni a Beauvoir ni a Cocteau, pero ahí sigue. Continúa buscando.

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