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Magazine

08 octubre 2007
La imposibilidad de un futuro completo.

Cansados de la historia en mayúsculas, los artistas buscan entre retazos nuevos sistemas para, más que explicar, insinuar lo que ha pasado. Mediante los detalles, mediante las pistas, podemos observar nuestro alrededor y descubrir que los temas que conforman las obras en la exposición son los que dirigen nuestro día a día.


“Arqueologías del futuro”, exposición comisariada por Peio Aguirre en la Sala Rekalde, presenta el trabajo de Martin Beck, Carol Bove, Dora García, Mathias Poledna y Pia Rönicke. Todos ellos comparten el uso de material encontrado, así como la voluntad de presentar historias personales para ser extrapoladas. La exposición es una buena selección de piezas. Las obras funcionan de un modo individual, y casi se acepta –desde el formato expositivo- la imposibilidad del diálogo como elemento constructivo, así como lo fragmentario de nuestra actualidad. Las obras inician recorridos que terminan en el espectador, son propuestas individuales, pequeñas islas que posibilitan el conocimiento concreto.

Nos movemos en el campo de lo personal, que no lo personalista, y será desde este posicionamiento que las obras abrirán lecturas hacia las estructuras de pensamiento, hacia la construcción de la historia o hacia el peso del sistema económico. Mathias Poledna, con un excelente trabajo, presenta cubiertas de discos de la Ethnic Folkways Records así como un film donde vemos a distintos jóvenes que bailan. Las cubiertas de discos nos llevan directamente hacia esta necesidad moderna de categorizar el mundo; la música del “otro” (aquí este “otro” es Vietnam, Chad, Etiopia o Iran) se recopila toda bajo la mirada etnográfica, casi para ser estudiada y catalogada, mientras que la música “de verdad” no necesitará de tal justificación. En la exposición no escuchamos la música de los discos ni de la película, y será entonces cuando aquellos que bailan se convertirán en elementos de estudio, igual que la música que se quiere salvaguardar en bibliotecas occidentales frente a su posible pérdida provocada. Uno no puede dejar de pensar en Adrian Piper y su excelente vídeo sobre las lecciones de funk, activando reflexiones sobre la identidad y la base cultural mediante el baile y la música.

De Dora García destaca la aproximación que nos ofrece a la revista “Vibraciones”, un referente musical del paso desde los setenta a los ochenta en la península ibérica. Vemos unos cuantos ejemplares de la revista, con frases seleccionadas y supuestamente leídas por una Dora García adolescente. Pasados los años, podemos ver los discursos que se escondían en esta revista, los modelos de vida que se proponían, la sexualidad que marcaba y cómo todo esto podía afectar a una joven ávida por descubrir el mundo. Será ahora en la exposición cuando podremos leer en clave de lenguaje estos documentos y lo que suponen en el momento de la construcción del individuo. Un individuo formado por fragmentos, por referencias, por libros leídos e imágenes consumidas; algo que también propone Carol Bove con sus piezas que terminan convirtiéndose en retratos de nadie, en miradas a una generación y a un contexto cultural: Kant, Bachelard, Celant, una estantería o el Kama Sutra pueden tener el mismo valor como elementos de definición. Los libros, las fotos u otros documentos se convierten, en la obra de Bove, en un material de trabajo ya connotado.

Y si Carol Bove crea retratos a partir de fragmentos culturales, Pia Rönicke presenta una historia a partir de la imposibilidad. Se trata del caso de Le Klint, una mujer a la cual la empresa familiar no le permite utilizar su nombre. Le Klint se convierte en un icono del diseño danés con sus lámparas de papel, pero la propia Le Klint en persona verá su vida limitada por el poder de la economía. La empresa está por encima de los individuos, las vidas pequeñas subsistirán como puedan el día a día, aceptando todas las limitaciones impuestas, también las que afectan a la identidad.

En “Arqueologías del futuro” respiran todas estas pequeñas imposibilidades, estas aproximaciones al detalle que permiten, a posteriori, un reconocimiento de lugar. Nos hemos refugiado mucho tiempo en un pasado grandilocuente o en un futuro de ciencia ficción. A lo mejor ya va siendo hora de tener tiempo para que el analisis se haga en tiempo presente. Una posible mirada crítica a realizar a partir de elementos como los que ofrece esta exposición.

Director d’Index Foundation a Estocolm, comissari d’exposicions i crític d’art. Sí, després de Judith Butler es pot ser diverses coses al mateix temps. Pensa que les preguntes són importants i que, de vegades, preguntar vol dir assenyalar.

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