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A principios de diciembre quedó resuelto el concurso para la dirección de Canòdrom y La Capella como sedes del nuevo centro de arte de Barcelona. La inclusión de La Capella como parte del centro fue descubierta casi por sorpresa durante la jornadas dedicadas a la discusión sobre el futuro centro de arte. Las jornadas que debían servir para debatir y discutir sobre el papel del centro se abrían con una cuestión no puesta a debate ni consultada: La Capella quedaba incorporada. Ante ello se abren algunos interrogantes: ¿qué pasará con el actual equipo que ha gestionado hasta ahora La Capella? Y ¿qué pasará con algunos de los programas que se llevaban a cabo desde allí (BCN Producció o Roundabout)? Aunque la cuestión de fondo sigue siendo si era necesario que el nuevo centro de arte asumiese a La Capella. Se podían poner en cuestión la programación de los últimos años o que su dirección estuviese periclitada y no respondiese a la práctica, que está pasando a ser habitual, del concurso y la limitación temporal de la gestión. De momento la decisión salomónica de añadirla al Canòdrom sigue sin encontrar una justificación o explicación pública.
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