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Pero al medio millón de euros que el conseller Tresserras guardó a principios de año, restados los 300.000 € de “Canòdrom 00:00:00”, le faltan 200.000 €. La explicación que nos ha llegado es que esa partida estaba destinada para cubrir los gastos de las actividades para la puesta en marcha del Canòdrom: las jornadas de discusión sobre el futuro centro de arte, incluidas su transcripción y comunicación pública (publicidad, folleto…); más la preparación de una publicación sobre sus resultados; más la elaboración del concurso (jurado). Los miembros de jurado cobraron 1.200 € por su participación, sólo tres de ellos requerían desplazamientos largos y estancias en Barcelona (Dirk Snauwaert desde Bruselas, Teresa Velázquez desde Madrid y Jordi Colomer desde París). Los participantes en las mesas redondas de las jornadas de discusión cobraron 300 €, seis de los conferenciantes requerían gastos de desplazamiento y alojamiento en Barcelona. A ello hay que sumar la campaña publicitaria y la edición de un libro resumen de las jornadas. Aun así, no nos salen los números.
Y más allá quedan algunas preguntas pendientes: ¿Para qué sirvieron las jornadas del Macba? ¿Abrieron una verdadera discusión sobre qué debía cubrir el Canòdrom? o ¿fueron simplemente informativas? Al fin y al cabo, en ellas supimos (incluido Oriol Gual, todavía director de La Capella) que el Canòdrom incluiría La Capella y conocimos el proyecto arquitectónico. ¿Cómo se vieron reflejadas en las bases? Y ¿quién decide que es necesaria una publicación sobre los resultados? ¿qué utilidad tendrá una vez el centro esté en marcha?
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)