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De Maartje Fliervoet
Estimada Constanza,
Muchas gracias por toda esta información. Estoy deseando hablar con usted.
Pensé que podría enviarle la introducción de nuestra próxima publicación. Creo que dice algo sobre nuestra manera de leer y escribir colectivamente, pero también se conecta con nociones de Cosmologías.
Cordialmente,
Maartje
Una introducción
El aspecto de esta publicación es flexible, así como su multidireccionalidad. Está pensada para ser leída por varios lectores simultáneamente. Este trabajo se puede plegar en una multiplicidad de formas, convirtiéndolo en un documento performativo que se centra en una lectura encarnada y colectiva. Parte de nuestros escritos para esta publicación provienen de textos escritos entre la primavera de 1399 y la primavera de 1400 para Remote Archivist, por invitación de de Appel, Ámsterdam. Otros fragmentos se extrajeron de lecturas performativas que tuvieron lugar a Stroom, La Haya (1400, de Appel (1398) y PrintRoom, Róterdam (1401, basado en una contribución a una antología de partituras de performance de Notes On Hapticity Collective). La escritura colaborativa de estos textos, naturalmente, exigían a los tres que gradualmente nos fusionáramos en una sola voz, un yo transformador.
Esto cambió a finales del 1400. Habíamos empezado a planificar un viaje en Irán, que tendría lugar a Mehr 1401. La intención era trabajar en este libro a través de la lente de la arquitectura tradicional iraní. Sin embargo, a medida que se desarrollaban los acontecimientos, cada uno de nosotros se enfrentaba de una manera muy individual a las posibles implicaciones de este viaje. Durante nuestros preparativos, nos dimos cuenta que nos implicaríamos personalmente con las fronteras sobre las cuales habíamos escrito previamente, aunque con más distancia. En nuestra mente, encarnábamos cada vez más estos límites y la violencia que nos otorgaron. Al final, solo uno de nosotros fue. Estando separados físicamente y sin poder estar siempre en contacto, empezamos a escribir cartas secretas testimoniando nuestras respectivas posiciones, compartiendo nuestros miedos, traumas y sueños. Esto nos llevó a una comprensión más profunda de nuestras experiencias más privadas, y finalmente, nuestra escritura colectiva llegó a abrazarlas todas.
Entendemos esta publicación como un objeto a través del cual queremos cuestionar la práctica del archivo. Nos centramos en archivar como e/Estado de ánimo, más que en aquellos espacios generalmente llamados «archivos» y sus objetos en cautividad. Este estado es una manera de pensar que nos desafía diariamente, la manera de aferrarnos a «el que es familiar”, oponerse al cambio y «al desconocido». Creemos que es crucial interrumpir este modo momentáneamente. Para hacerlo, no nos apartamos de los archivos físicos, sino de las historias (ficticias) que rodean ciertos edificios tradicionales iraníes, el jardín persa y, en particular, una sala de entrada llamada hashti. Comparamos esta arquitectura histórica con espacios públicos y privados de nuestro tiempo como museos y archivos, aeropuertos, metros y apartamentos urbanos, centrándonos en las relaciones de poder entre los cuerpos que se desplazan en estos lugares. A través de esta comparación, se encuentra y se despliega la tensión y la jerarquía entre género, clase y orientación sexual. En definitiva, la práctica de archivar acontece para nosotros una herramienta para analizar las relaciones sociales.
Como consecuencia, la naturaleza de los objetos coleccionables o la arquitectura que los contiene, tienen menos importancia para nosotros aquí que la dinámica de poder que los mantiene en su lugar. Porque de alguna manera «archivar» es ejercer poder, tomar control, conservar lo recogido tal como era antes, en un deseo de congelar el tiempo, imponiendo un proceso de inercia. Lo archivado es “cuidado” hasta tal punto que se podría hablar de una forma violenta de atención, acomodando el anhelo de un aislamiento impuesto. Lo mismo pasa en las formas arquitectónicas como los jardines amurallados, donde se supone que la naturaleza se mantiene en su lugar. Una tendencia que se encuentra en clara contradicción con el universo, que está en transformación constante, lejos de estar estancado.
La práctica de archivar se puede dirigir a cualquier pila de material en cualquier lugar: desde la biblioteca de vuestra casa, vuestro armario, una papelera, hasta la base de datos de imágenes de vuestro teléfono. El acto de archivar no está reservado a aquellos profesionalmente denominados «archivistas», y la práctica del archivo ni siquiera requiere el montón de cosas que normalmente se conocen como «colección», puesto que los mismos mecanismos de inclusión, exclusión y conservación se pueden poner a trabajar en el nivel de muchas actividades humanas y (inter) relaciones humanas. Archivar como lucha por el estancamiento y la dominación también se puede observar en como las estructuras autorizadas reprimen ciertos grupos de personas. Los regímenes tienden a luchar por la congelación del tiempo, un statu quo antinatural.
En términos de duración, en nuestra escritura hemos optado para vincular el deseo de inercia a la circulación del agua, y conceptos o categorizaciones ‘deslizantes’, transformándose con el tiempo. Por lo tanto, los textos tocan la resistencia, el movimiento, los secretos y la porosidad. Estos temas están aparejados con límites sociales, políticos y materiales, y con la esfera de las prácticas de archivo tradicionales.
El levantamiento en Irán, que empezó en Shahrivar 1401 (mediados de septiembre de 2022), ha tenido un papel importante en la aparición de esta publicación. Queremos dedicarlo a todas las personas que resisten, de la manera que les sea posible.
De Constanza Mendoza
Estimados Arefeh, Maartje y Martin,
Ayer fue un verdadero placer hablar con vosotros. Desgraciadamente, y por mi grande pesar, cometí un error con la grabación utilizando los auriculares para evitar el ruido de la renovación de la fachada de mi edificio y solo se grabó mi voz. Pido disculpas por este error. También creo que, en muchos sentidos, la conversación de ayer y vuestra práctica abordaron este tipo de cuestiones.
Creo que ahora no se trata de intentar reproducir de nuevo la conversación, pero podría ser más interesante que incluyéramos explícitamente este error como ejemplo de estas cuestiones en las cuales trabajáis con tanta cura.
Cordialmente,
Constanza
De Arefeh Riahi
Estimada Constanza,
También creo que no tendríamos que preocuparnos por el problema de la grabación. De hecho, lo considero una coincidencia anarchiva. Quizás una entrevista con To See The Inability to See no podría ser más precisa que esto.
Me recuerda otro incidente similar que nos ocurrió en nuestra primera colaboración. Durante mi residencia a de Appel, reuní el material descartado del archivo durante unos dos meses, después invité a Martín y Maartje a trabajar conmigo. A través de este material que consideramos “el extranjero» queríamos releer lo que quedaba dentro del archivo. Más a menudo, nuestras reuniones al archivo empezarían con una historia personal. Fue entonces, el comienzo del Estallido Social, las protestas chilenas, y las historias de Martín me recordaron mucho al Movimiento Verde de 2009 en Irán. Nuestras historias emocionales conducirían a narraciones / hilos políticos, filosóficos, artísticos y anarquistas que nos llevarían a diferentes rincones del archivo. Y reveló lo que estaba escondido, lo que no podíamos ver.
En este proceso, una de las tareas que nos dimos fue que cada uno de nosotros llevara a casa un puñado de material descartado, y estudiara, seleccionara y trabajara en él y lo devolviera en dos semanas. Trabajé en mi parte del material, pero la noche antes de nuestra siguiente reunión, mientras los llevaba a casa de mi estudio, para poder llevarlos al archivo el día siguiente, los perdí al tranvía! El día siguiente, nuestra conversación empezó con esta historia personal de pérdida. Aquí hay un fragmento de la publicación 16/10/20 Un proyecto con notas sobre Hapticity Collective, en el cual escribimos más sobre el incidente:
«Cuando llegué a casa al atardecer, intenté reconstruir una nueva versión del material perdido hasta donde pude recordar. A pesar de que podía reconocer en mí el deseo de recuperar el material real: este extraño sentimiento doble cuando valoras algo más sabiendo que se ha perdido. Después de perder mis «deberes», me sentí como un mal estudiante. Para distraerme de la sensación de culpa, cogí el Libro del Anarchivaje y encontré a este pasaje: «El Anarchivo resiste el objeto, el que es, el entregable. […] esto… esculpe el espacio y el tiempo, hace cortes en el campo/función de ola, y momentáneamente articula algo del caos. No se pierde nada. Todo es allá y en ninguna parte al mismo tiempo.» [1] The go-to, How To Book of Anarchiving. Edited by Andrew Murphie. Montreal, Diciembre 2016. Librado por Thea Patterson.
Ves, esta es nuestra entrevista perfecta.
Vemos el archivo como un estado de ánimo, como una manera de pensar, y queremos romper este modo e interrumpirlo, aunque sea momentáneamente. Para que podamos encontrar nuevas relaciones entre las cosas. Por lo tanto, lo que está pasando aquí es básicamente hacia nuestra misión.
Recordándolo, hemos hablado de nuestras diferentes perspectivas y posiciones en relación con la idea de un viaje en Irán. La idea que llevó nuestra colaboración a un momento emocional y crítico (en el buen sentido). En realidad nos enfrentamos en las fronteras en las cuales escribimos y pensamos desde hace algún tiempo. Nosotros mismos nos convertimos en las fronteras. De hecho, no poder ir a este viaje, fue en realidad lo que empujó los límites del pensamiento y nos introdujo a otras realidades. Empezamos a utilizar nuestra imaginación para resistir las fronteras impuestas. Nuestra imaginación colectiva atravesó las fronteras e hicimos un viaje «ficcional» en Irán, para empezar una conversación que ya ha empezado, pero esta vez alrededor de una piscina en un «hashti» abierto en medio de un jardín amurallado. Cómo escribí en nuestra publicación multidireccional: llegamos a este lugar, mientras tejíamos pensamientos sobre agua, jardines y arquitectura.
Fui el único que llegó físicamente allá. Pero llevaba metafísicamente las miradas de los otros dos. Se convirtieron en mis compañeros secretos y vi, pensé y viví cosas con ellos. Me convertí en un colectivo, cosa sorprendente cuando lo pienso ahora, porque en nuestro colectivo siempre buscamos maneras de romper una única manera de leer y escribir, en busca de nueva interpretación y comprensión. Las estructures capitalistas en las cuales vivimos nos empujan hacia el individualismo. De hecho, el problema más grande en Irán, durante el levantamiento de Jina, fue que era muy difícil para la gente reunirse en grupos grandes. Una multitud es lo que el gobierno impide con todo su poder. Lo que parece imposible es organizar a un grupo de personas para que hagan algo juntos. Creo que aquí también existe una fuerza similar. Simplemente, no está operando de manera obvia como las fuerzas policiales antidisturbios en Irán. Más bien opera en nuestras mentes.
Solo añadiré una frase más:
El pensamiento colectivo es una resistencia.
Continuemos esta conversación.
Cordialmente,
Arefeh
De Martín La Roche
Estimados Constanza, Arefeh y Maartje,
‘Nada está perdido’
Tengo que pensar en el momento en que Arefeh perdió su parte del archivo. Me siento similar, desgarrándolo todo. También me recuerda a Rod Summers, de quién escribimos en Remote Archivist, y como el 1978 destrozó todo un año de actividades en el sistema internacional de mail art como parte de una performance en de Appel.
Recuerdo de nuestra especial conversación/entrevista sin registrar, que también hablamos de como estos círculos se han vuelto más íntimos y personales. Empezamos con una voz fusionada que estaba muy preocupada por temas públicos, sociales y artísticos, una voz que intentaba tener una visión general del archivo y sus mecanismos, y acabó con una multiplicidad de voces. En nuestros preparativos para el viaje en Irán, como grupo, nuestros cuerpos se enfrentaban a ciertos límites, lo cual giró nuestra escritura hacia una escritura más íntima, personal y situada. Mientras tanto, el movimiento ز ، ن ز ندگی ، آز اد ی (en Farsi), Zan Zendegui Azadi, Woman Life Freedom, lo cambió todo, incluyendo a nosotros. Quizás debido a esto, se ha puesto énfasis en una dimensión política en nuestra narración, una visión que viene de dentro del jardín, mirando dentro de la casa, pensando en sus particiones. Esto no es sin decir que nuestra búsqueda es siempre poética y tiene diferentes escalas. Como los residuos de la mina que conectan la práctica de Maartje contigo, Constanza. Las cosmologías que se dirigen a la cosmopoética pasan siempre por la cosmopolítica.
Welterusten
Slaap lekker
Martin
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Elegimos la forma epistolar que resultó del hecho que a causa de un error técnico nuestra conversación inicial no fue registrada. A través del «tú» personal evocamos este «error» que llevó a un afecto y un intercambio más profundo sobre la relación colectiva de «To See The Inability To See”.
↑1 | The go-to, How To Book of Anarchiving. Edited by Andrew Murphie. Montreal, Diciembre 2016. Librado por Thea Patterson. |
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"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)