Buscar
Para buscar una concordancia exacta, escribe la palabra o la frase que quieras entre comillas.
En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.
En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.
A pesar de las huidas hacia adelante; bueno no, las huidas hacia algún lugar que realizamos de forma aparentemente desordenada o impulsiva, hay ciertos ámbitos de la vida en sociedad en los que no debe permitirse el verlas pasar y no decir nada.
El pasado 30 de mayo un comunicado de la regidora de cultura del ayuntamiento de Tarragona, la señora Carme Crespo, anunciaba finalmente lo que algunos habían oído y todos se resistían a creer posible: la propuesta consistorial para el Centro de Arte de Tarragona (CA) se saltaba todos los puentes de diálogo e interlocución ofrecidos desde su dirección y el sector y se orientaba hacia una alternativa cuando menos, sorprendente.
Podemos compartir la situación de fragilidad a la que ha llevado la retirada de apoyo económico –y político- de la Generalitat de Catalunya a la “Xarxa pública de centres i espais d’arts visuals de Catalunya” (red pública de centros y espacios de artes visuales de Catalunya), entendida por muchos como una interesante garantía de contrapeso territorial en cuanto a difusión y pedagogía de prácticas artísticas contemporáneas. El desestimar presupuestariamente el valor cultural y simbólico de esta red, ha llevado algunos centros a situaciones un tanto dramáticas: Bòlit-Centre d’Art Contemporani de Girona ha pasado a gestión técnica por el propio Ayuntamiento; ACVic. Centre d’Arts Contemporànies (modelo de gestión participado); Centre d’Art La Panera de Lleida (el único referente con apoyo municipal evidente); Can Xalant-Centre de Creació i Pensament Contemporani de Mataró (cambio de rumbo técnico); Centre d’Art de Tarragona (reciente anunciado cambio de gestión); Centre d’Art de les Terres de l’Ebre – Lo Pati (activo); Tecla Sala-Centre d’Art de l’Hospitalet (activo), y Canòdrom-Centre d’Art Contemporani de Barcelona (en stand-by).
En una carta abierta dirigida al Alcalde de la ciudad, firmada por varias entidades locales, nacionales y estatales, se establecían cuatro requisitos básicos a respetar por parte del ayuntamiento, ante el olor a incertidumbre que pesaba sobre el CA desde hacía unos meses. Se pedía asegurar la continuidad del proyecto del CA, peleado por un Comité Impulsor desde el año 2003; que el ayuntamiento velara para que el centro siga formando parte de la Red de Centros de Arte de Catalunya; el respeto por el proyecto de centro recogido en el ‘Documento 0’, de enero de 2008, elaborado por el Comité Impulsor del CA; y garantizar, por último, que los posibles cambios en el modelo de gestión se efectuaran siguiendo los códigos de buenas prácticas establecidos (es decir, concurso público por la dirección del centro en caso de no renovación del contrato actual).
Como respuesta a estos requisitos por parte de instituciones que bien podrían considerarse representativas, el comunicado de Crespo roza los límites del insulto. En él, la responsable de cultura indica que ante la necesidad de cambio de gestión, “el Ayuntamiento hará un encargo a la ‘Fundació Forvm para la fotografía’ para que haga una propuesta para la continuidad del Centro de Arte”, o dicho de otro modo: asignación sin concurso público a un proyecto que no tiene nada que ver con el Plan Director ni con la línea del CA, y que tira por el suelo más de diez años de trabajo para que el territorio disponga de un equipamiento de calidad para el arte contemporáneo.
De momento no ha habido respuesta oficial a esta propuesta por parte de la Fundación (su directora, Chantal Grande, que fue miembro fundador del CONCA y estuvo presente como jurado en la elección de proyecto para iniciar el CA) afirma que han recibido la propuesta y que está en trámites de valoración por parte de su patronato.
¿A qué se debe que el Ayuntamiento no haya llevado a cabo ni una sola sesión de evaluación de las actividades del CA con el actual equipo? ¿Por qué estas evasivas para aceptar diálogo y reuniones tanto con la dirección actual como con el sector? ¿Por qué no se respeta un proyecto que viene de tan lejos y está consensuado con el sector, además de estar de acuerdo con las líneas de política cultural del PSC –partido de la alcaldía-?
La perplejidad con la que nos quedamos es tremenda, y ya no desde un punto de vista artístico, si no de calidad política. Y si bien esta deficiencia puede extrapolarse a muchos niveles de este país, quizá la cercanía de la desfachatez lo haga todo más cutre todavía.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)