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Al principio estaba el texto. Y todavía está. Alguien debe crear algo. En el mundo de los periódicos se añaden fotos y diseño. Y quizás algunos anuncios. Este concepto de periódico ha existido desde los días de Gutenberg. Esto es, para ponerlo en simple, la ontología de un periódico. Esta ontología no va a cambiar, aunque las fotos puedan empezar a moverse.
Para entender el paisaje de los medios de comunicación hoy, tenemos que cambiar nuestro punto de vista. El mundo de los medios impresos está sufriendo cambios muy rápidos. De un modo u otro, todos estos cambios están relacionados con la digitalización e Internet. Antes que nada, debemos entender que estos cambios impactan en todo el sector de la imprenta. Esto implica diarios, periódicos, magazines, libros y cómics. Quedarán afectados tanto los grandes conglomerados mediáticos de todo el mundo, así como a los fanzines más pequeños. En palabras de Joseph Schumpeter, hay una “destrucción creativa masiva” en marcha. Algunos van a perder, y otros ganarán.
En los últimos años, el debate se ha centrado en culpar a los así llamados “piratas” por la destrucción de los “saludables” negocios mediáticos. El argumento se erige de la siguiente manera: “antes de los “Pirate Bays”, todo funcionaba bien, y si nos liberamos de esos gánsteres, el mundo de los medios de comunicación funcionará sin problemas otra vez”. Frases como esta se han oído en varios directivos de alto nivel del mundo de los negocios mediáticos, en relación con el proceso judicial celebrado en Estocolmo por el que los fundadores de “Pirate Bay” fueron condenados a prisión por “asistencia a la violación del copyright”. Para mí, una frase como esta indica que esa persona no ha entendido nada sobre lo que está pasando. Es más fundamental, y en muchas formas también más complicado que la piratería o la violación del copyright.
Estamos viviendo en tiempos de cambios muy rápidos que nos van a afectar a todos, pero sobretodo, a las grandes empresas de medios clásicos. Deben cambiar cómo actúan, porque tienden a sobredimensionar precios, a culpar las nuevas tecnologías y a amenazar posibles usuarios. La segunda lección del debate post-pirata es que se dan en la actualidad diferentes maneras de ganar dinero, en esta “nueva economía”. El gurú en este área es, una vez más, Chris Anderson, cuya secuela a “The long tail” se llama “Free”. En la nueva economía digital, tienes que hacerte amigo de tus posibles clientes, y hacer cada transacción tan simple como sea posible. Pero lo más importante es encontrar el precio que al cliente le vaya bien pagar. Cualquiera que no haga eso, grande o pequeño, estará probablemente en el lado de los perdedores.
Con un foco en la piratería, muchas otras cuestiones importantes se han discutido demasiado poco. La cuestión principal es el arte de la separación. Ha resultado demasiado sencillo, tanto para los grandes conglomerados mediáticos como para los legisladores, tener el debate centrado en sus asuntos. Están sucediendo varias cosas a la vez, pero deben poder separarse y ser discutidas en su propio contexto. En aras de la libertad artística y de la creatividad, algunos de estos cambios deben adoptarse, pero otros deben despreciarse. Para entender el futuro de los medios impresos, tenemos que discutirlos por separado. En mi opinión, cuatro elementos concurren en el tiempo: nuevas tecnologías, modelos de empresa que se están saliendo del modelo empresa, convergencia entre los medios y posibles cambios en hábitos de lectura.
Desde que el ordenador se ha convertido en portátil todo está en movimiento. Los transistores se hacen más y más pequeños a una velocidad que casi rompe la ley de Moore. En los últimos años hemos visto el boom de los Smartphones y las tabletas. Apple ha establecido los estándares del iPhone y el IPad. Con las tabletas y los nuevos lectores del eBook estamos ante una, si no la, tecnología disruptiva de la imprenta. Cuando el iPad fue lanzado, se le saludó como “LA COSA”.
Más aun, la cosa que iba a salvar el medio impreso. Pero no fue el caso. Se fabricó con el objetivo general de ayudar a las personas a interactuar con Internet de una forma más fácil; de una forma tan fácil y accesible, que ahora podrías usar el mismo dispositivo para juegos, video, televisión, calendarios, medios sociales y medios de imprenta tradicionales. Y muchas cosas más, aun no pensadas o inventadas. Con esta nueva tecnología, el medio impreso pasa a ser sólo uno entre varios. Manuel Castells dijo hace más de diez años que estamos encarando cambios tan grandes como la invención de los tipos móviles. Y está conectado con una evolución mayor de los medios, tanto sociales, como digitales e impresos.
Pero las nuevas tecnologías no se tratan solo de dispositivos. A día de hoy, hay una estantería de espacio infinito en tu tienda de libros más local y accesible (tu ordenador). Las librerías online están teniendo mejor surtido y a un precio más bajo. Al mismo tiempo, Google está de camino de digitalizarlo prácticamente todo. Algunas cosas serán de uso gratuito, y otras no. La imprenta digital está evolucionando, y pronto será “una opción” más para todo, dejando de lado la “crème de la crème” de los libros de artista. La imprenta por encargo está ganando impulso. Epub se ha convertido en el estándar para los libros electrónicos. Una máquina de libros Espresso estará pronto disponible en cada ciudad. Htlm5 se está moviendo mientras hablamos.
La cuestión es que casi todo está viviendo un cambio tecnológico, simultáneamente. Esto incluye cómo producimos un texto, cómo lo leemos, cómo distribuimos un texto y cómo lo vendemos. Lo que va a pasar en los próximos años es, por lo tanto, un proceso muy complejo. Una invención o una “irrupción” en un final de esta cadena seguramente afectará todas las partes de la cadena. Así que es imposible hablar de lo uno sin hablar de lo otro. Este pensamiento nos lleva a la siguiente conclusión: la tecnología que viene tendrá, muy probablemente, tres elementos diferentes que confluirán en uno, a decir, hardware, software y modelo de negocio.
Para entender el futuro de la imprenta, tenemos que dar un rodeo por la industria musical. Absolutamente todas las conferencias sobre el futuro de la imprenta empiezan con la historia de los últimos años de la industria de la música. Las evoluciones pueden ser similares o no. Actualmente, no importa. Si todo el mundo cree que es cierto, se convertirá en cierto, da igual qué.
La industria de grabación entera se centró en una destellante pieza plateada dentro de una caja de plástico. Vender discos compactos fue como quitarles a los niños los caramelos de las manos. Siguió, en gran medida, la lógica del disco de vinilo. Sabías cómo grabar, promocionar y vender una banda. Era una lógica con grandes dinosaurios corporativos y pequeños entusiastas independientes. Estaban separados y tenían diferentes lugares en la cadena alimenticia, pero también estaban conectados por los acuerdos de licencias.
Se reconocían los roles de cada uno, y todos aceptaban la lógica de conjunto. Los increíbles números de ventas de los años del CD tuvieron dos partes. Una fue la de los discos nuevos. Pero la mayor parte de las ventas se encontraba, en gran medida, en los discos viejos, con mejor sonido. La industria musical ganó dinero, pero también, y por primera vez, también lo hicieron los artistas. Citando a Mick Jagger: “La gente solo sacaba dinero de los discos en muy contadas ocasiones. Cuando los Rolling Stones empezaron, no sacábamos dinero de los discos porque las compañías no te pagaban ¡No pagaban a nadie!” Luego, hubo un pequeño periodo de tiempo entre 1970 y 1997 en el que la gente era pagada, y generosamente, así que todo el mundo hizo dinero. Pero ese periodo de tiempo ahora se ha ido. Así que si miras a la historia de la música grabada, desde el 1900 hasta ahora, hubo 25 años en los que los artistas cobraron muy bien, pero el resto de tiempo, no”.
En el lenguaje de 2012: ambos, proveedores de contenido e industria hicieron dinero. Todo el mundo estaba feliz. Luego, en la mitad de los 90, apareció el mp3 y Napster. Apple lanzó el iPod y ups!, el modelo de negocio de los últimos 35 años quedó obsoleto. Les llevó algunos años a los dinosaurios entender esto. Mientras tanto, se enemistaron con la mayoría de sus consumidores negándoles que la pieza brillante plateada era tan solo una fase transitoria en el camino del vinilo al contenido digital. Las tiendas de discos casi desaparecieron cuando el ordenador se convirtió en un dispositivo para reproducir música y en el sitio para descargarla (pagando o gratis). El iTunes de Apple es hoy en día el mayor vendedor de música del mundo, seguido por la cadena Wal-Mart en el número dos. El siguiente paso son los programas de ordenador como Spotify donde “alquilas” música escuchando anuncios o subscribiéndote vía pago mensual.
Ahora el mundo de la imprenta está entrando en la era digital. Las grandes empresas de medios de comunicación tienen un libro de respuestas al que mirar, pero solo con los “no hagas” y no con los “haz”. La solución empresarial más común, hasta el momento, es la de conectar el dispositivo con la tienda, y viceversa. Este es el modelo de negocio que hizo iTunes tan exitoso. Los lectores digitales más comunes, Kindle y NOOK, siguen este concepto. En el caso de los diarios y periódicos, hay un ir y venir en zigzag entre contenido de pago/gratuito o bloqueado/desbloqueado. Muy probablemente, habrá un uso muy mezclado de modelos de negocio, dependiendo del contenido, el tamaño y la localización. El unicornio no se ha encontrado aún, si realmente existe.
Uno de los libros más interesantes sobre el futuro de los medios es “La convergencia de la cultura”, de Henry Jenkins. La tesis principal es que nuestras formas de medios tradicionales están ahora mezclándose. En su forma más simplista, puedes echarle una ojeada a un Smartphone o una tableta. No se dedica a la TV, radio, video, juegos, periódicos, diarios, GPS, medios sociales, buscadores de web, mapas, fotografía o texto escrito. Es una mezcla de todas estas cosas, unidas. Alguno de estos programas se apoyan unos con otros de formas muy interesantes. Encontrar tu camino en las calles de Tokyo, con un libro de viajes offline, pero conectado a un GPS, hace el camino mucho más fácil que antes.
La convergencia entre GPS y la guía de viajes tradicional los mejora a los dos. En un par de años, si no meses, también convergirá con la cámara, en lo que llamamos “realidad aumentada”. Se han preguntado alguna vez, ¿cómo sonará cuando el perro de caza de los Baskervilles se les aproxime por detrás? No se preocupen, pronto estará disponible en Amazon. “Las aventuras de Sherlock Holmes: la aventura de la banda de lunares”, de Sir Arthur Conan Doyle justo se acaba de lanzar como un eBook mejorado. Seguramente, pronto sus eBooks empezarán a zarandearse, traquetear y dar volteretas. El legendario productor y pionero del “ambient” Brian Eno, ha desarrollado, junto con el diseñador de software Peter Chilvers, una aplicación llamada Bloom. Es una mezcla entre un instrumento, un juego y un intérprete de música. Björk lanzó su último álbum/proyecto/pieza de arte Biophilia como aplicación para iPhone y iPad.
Pero no debemos limitar la convergencia de los medios a tan sólo una mezcla diferente de los distintos dispositivos digitales y la nueva tecnología. También cambiará la forma con la que nos contamos historias los unos a los otros, y esperemos que incluso las historias mismas. En los últimos años, en el Frankfurt Buchmesse (el escenario más influente a nivel global para la industria de la imprenta), la palabra “proveedor de contenido” se ha usado extensamente. El escritor de un libro se ha convertido en un proveedor de contenido. En los puestos había muchas discusiones sobre si la historia x o y debía usarse primero como un libro, una película o un juego de ordenador.
Desde el punto de vista de las industrias de publicación, puede ser un asunto crucial, por ejemplo, cómo maximizar el valor de una historia como una commodity, un bien comerciable. Esta puede ser la pregunta correcta si limitas la idea de la convergencia de medios a una perspectiva monetaria. Pero el lado monetario de la convergencia mediática es sólo una cara de la moneda. En los próximos años, casi todo el arte interesante, los medios y la cultura será creado en un cruce de carreteras. La división tradicional del trabajo tiene que ser abandonada. Las compañías comerciales deben inaugurar nuevas ramas que les permitan a los periodistas, artistas y programadores trabajar juntos.
El fondo público para periodismo y arte que todavía exista debe comprender estos cambios. Deben ser flexibles para entender que muchos de los proyectos no serán fácilmente definibles como una sola cosa. Uno de los beneficios del libro de Jenkins son las muchas historias contadas de forma transversal a nivel de medios. La historia empieza como una película, se mueve hacia el libro de cómic, fluye hacia el juego de ordenadores y acaba como una película de nuevo. Para entender la complejidad entera de la historia, tienes que moverte entre los diferentes medios. Los retos creativos estarán en cómo trabajar entre campos y contextos, a nivel periodístico y artístico.
En cada artículo sobre el futuro de la imprenta hay una entrevista con alguien. Se le pregunta a Joe Cualquiera si ha leído un eBook. Si contesta “si”, el mundo de los libros, como lo conocemos, desaparecerá en un parpadeo. Si la respuesta es “no”, los eBooks son una mala idea en sí mismos. Esto, por supuesto, es el típico mal periodismo. Primero de todo, es una dicotomía irreal. Segundo, y lo que es más importante, la opinión de una persona no importa; lo importante es considerar la tendencia general. Hoy, la industria de la imprenta entera sabe que los hábitos de lectura cambiarán, pero nadie sabe en qué dirección. Epub es como el mp3 para los libros, pero no está claro si será la tecnología que hará que los lectores abandonen los libros tradicionales. Si es que los libros tradicionales van a ser algún día abandonados.
De lo que está hablando la empresa hoy en día es sobre el porcentaje de eBooks vendidos relacionado con el stock de libros entero. Las ventas en Estados Unidos son de 10, 15, 20 y de hasta 40% dependiendo del mes. Los dispositivos más usados son Kindle, Nook y iPad. El Reino Unido está como un año “por detrás” de los EEUU y el resto de Europa, casi dos. Pero nadie lo sabe del todo. En Suecia, el mercado del eBook “pasó a existir” cuando un bestseller se agotó en formato impreso. El libro era, por supuesto “Jag Zlatan” (Soy Zlatan), del futbolista Zlatan Ibrahimovic. Tiene el porcentaje de casi el 10% de todas las ventas
“Soy Zlatan” también forzó, debido a su éxito, a las librerías suecas a preguntarse muchas cuestiones complicadas. Algunas son de carácter económico, otras técnicas y otras ontológicas. Primero, el sistema de reembolso del eBook toma prestado de las librerías para los editores, y los escritores ya no trabajan. El sistema actual casi se viene abajo por la pura cantidad de copias prestadas. La siguiente pregunta es la ontológica. Debería un eBook ser considerado como un documento, o como un libro? Un documento se puede copiar muy fácilmente y ser distribuido entre aquellos que lo quieren “tomar prestado” de la librería, pero los libros están limitados a la cantidad de copias físicas vendidas en la librería.
Cómo va a ser el resultado, en este caso, es todavía una cuestión abierta, pero una respuesta es cada vez más urgente. La cuestión técnica fue la más sencilla, porque hay muchas empresas que quieren una parte del mercado. Adobe, entre otros, ha creado un sistema que hace “desaparecer” el eBook cuando el tiempo de préstamo ha terminado. La cuestión técnica, mezclada con la ontológica y la económica. En el caso de “Soy Zlatan”, se ha demostrado que no se puede esperar. Los hábitos de lectura están a punto de cambiar y debemos preguntarnos un par de cuestiones cruciales. De lo contrario, algunas de las cosas que queremos apoyar, como las librerías, posiblemente se perderán en la transición.
Una increíble cantidad de dinero se va a gastar en basura. Nadie quiere leer un eBook o un periódico en un dispositivo feo, con tinta líquida que no funcione bien. Nadie quiere leer un eBook con malas cubiertas o con saltos de línea inconsistentes.
Estamos viviendo una época de transición. Sabemos qué aspecto tiene un libro, pero el futuro está lleno de desconocidos no conocidos (para citar a Donald Rumsfeld). Si surfeas por internet, atiendes conferencias o haces investigación propia sobre el futuro de la imprenta, te adentras en una zona inexplorada llena de excavadoras de oro. Las excavadoras de oro tendrán una mirada ardiente, cuasi religiosa en sus ojos. Hablan una lengua que muy pocos entienden. Pero el mensaje seguramente se reconoce: esto es el futuro.
Una conclusión es evidente. Lo que antes eran artefactos separados, el libro y el periódico, se está desvaneciendo y surge una fusión de ambos. Como lector, en Internet es muy difícil distinguir hoy en día si la página de internet WordPress tiene un origen con número ISSN o ISBN. Los lectores se preocupan por la calidad del contenido, no por lo que realmente es. Las cuestiones ontológicas sobre qué “es” algo en realidad, es algo por lo que las personas que están detrás de los editores WYSIWYG ya no se preocupan. Pero esto no lo convierte en una cuestión menos importante, al contrario. Cómo financiar texto de alta calidad, periodismo de investigación, poesía y experimentos de vanguardia será un reto todavía mayor. Esto significa que todavía son necesarias las políticas culturales, pero debe ser capaz de distinguir la calidad en una variedad de plataformas mayor.
El eslogan más común es que el libro necesita estar disponible para la lectura en distintos dispositivos. El libro escrito en papel no desaparecerá. Aquí hay una diferencia fundamental que distingue la industria musical de la impresa. El libro es un dispositivo increíblemente bueno para consumir texto. El CD no era la mejor herramienta para consumir música. Pero más allá del libro nadie sabe realmente. Una apuesta cualificada es la de que el libro será complementado por el eBook y algún tipo de aplicación móvil basada en el xml para Smartphones y tabletas. El Kindle de Amazon y el cercano Kindle Fire serán seguramente muy buenos dispositivos de lectura, pero no son el nuevo iPod. El iPod fue un dispositivo disruptivo que cambió la industria de la música. Escuchar música digital se convirtió en algo fácil y sencillo. La calidad del sonido mejoró y era muy fácil ordenar la música, crear listas de reproducción, etc. Hasta que no aparezca el dispositivo disruptivo para leer libros en el mercado, tendremos que hacer experimentos.
Y experimentos hay que hacer.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)