In Memoriam – Àngel Pomerol en el MAMT

«In memoriam» Representaciones sistémicas en la era del feudalismo financiero

El 04/11/2011 Nicolas Sarkozy declara en la cumbre del G20 en Cannes: «No queremos más paraísos fiscales, y los países que sigan siendo paraísos fiscales con disimulo serán puestos al margen de la comunidad internacional». El 27/09/2011 Alessio Rastani, broker de la City de Londres, en unas polémicas declaraciones afirmó: «Voy a la cama cada noche soñando con otra recesión», aludiendo a que la crisis es una coyuntura ideal para hacer dinero en el mercado financiero. El 01/05/2012 Ignacio Ramonet denunció en el programa Singulares que el señor Mario Draghi, antiguo dirigente del Banco MundiaI y actual Presidente del Banco Central Europeo, está poniendo en marcha una política explicita para desmantelar el estado del bienestar. El 07/12/2012 Laurent Fabius, Ministro Francés de Asuntos Exteriores, decía en la Cumbre de Doha sobre el cambio climático: «Si la tierra pudiera hablar, su mensaje de hoy sería: Auxilio, auxilio, auxilio». El 30/01/2013 José Luis Bárcenas hace pública una libreta de cuentas donde queda reflejada una supuesta contabilidad B con pagos en metálico a miembros de la cúpula del PP, provenientes de donativos anónimos al partido. El 15/12/2012, Àngel Pomerol presenta su obra “In Memoriam”, ganadora del 36 Premio Julio Antonio de escultura de la Bienal de Arte de la Diputación de Tarragona, en el Museo de Arte Moderno de Tarragona.

La noción de sistema vislumbra un conjunto de elementos interconectados con funciones dinámicas y procesos en constante indeterminación. Contrapuesto a la visión destartalada de un universo regido por el orden y la aritmética de las esferas, la representación del mundo físico y simbólico que nos rodea tiende cada vez más a nociones contagiadas por el caos, la complejidad y la ambivalencia.

A pesar de esto, parece que la rémora de la pulsión apolínea, del deseo de comprender y atribuir un orden razonable en el mundo, sigue empañando nuestra percepción de la realidad: seguimos atribuyendo poderes omnipotentes a mecanismos que permiten la cuadratura del círculo y devuelven al orden lo que por circunstancias desconocidas parece inoportunamente desaforado. La idea de una maquinaria de relojería magnánima persiste en nuestro background cultural. Miles de engranajes que encajan a la perfección giran y giran en una armonía que maravilla y fascina nuestra capacidad de abstracción. El sistema parece funcionar; exceptuando algunas incidencias, externalidades o daños colaterales, los elementos: agentes, instituciones, organizaciones, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores se confabulan para conducirnos por la vía del progreso y la emancipación. El mundo, aparentemente, es un lugar habitable y gobernado.

Desde la teoría crítica; marxista, nihilista, apocalíptica, post-estructuralista o ecologista, se ha intentado poner fin a esta visión naif del mundo y del universo. Tenemos argumentos de peso, amplias y barrocas retóricas, hechos históricos y testimonios de rigor que certifican este discurso, a menudo tildado de anti-moderno, donde el conflicto y el desequilibrio son ejes del sistema. Sin embargo, tengo la sensación de que raramente nos permitimos librarnos a la idea de que el colapso sistémico se puede encontrar a dos o tres generaciones vista. Necesitamos pensar que un día la crisis pasará y podremos de nuevo llegar a fin de mes. El progreso, la tecnología, los expertos, las autoridades competentes, la inteligencia humana, el gratificante café con leche de las 10:30, … son tantos los argumentos de peso para acomodarnos. Es cuestión de darle cuerda al reloj, quitar el polvo, un poco de aceite y todo, todo volverá a su sitio. Habremos vivido, y el engranaje seguirá girando sin nosotros.

«In memoriam», son tres peonzas, cuerpos geométricos de revolución como los llama Pomerol, que no giran. Paradas, inertes, tumbadas en el suelo. No giran, pero parece que en su momento lo hicieron. También parece que más que peonzas, son elementos motores. Quizás elementos de un sistema? A su alrededor ratas que las devoran. Las comen y les perforan los bordes dando la impresión de que son los dientes del engranaje. Las ratas giran sobre el espacio mostrando ostentosas los pedazos de su botín. El análisis se sirve con todo el riesgo y la desmesura de la contundencia con la que la pieza me atrapó desde el primer momento de contemplarla. La sensación fue unívoca, alguien había entendido cómo se puede representar de manera inteligente una revisión contemporánea de la lógica sistémica en la era del feudalismo financiero.