close

En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.

En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.

Las muchas vidas de Jimmie Durham (Jimmie Durham en el M HKA de Amberes)

Magazine

01 noviembre 2012
tumblr_m6lhkrHVXp1qbitreo2_500.jpg

Las muchas vidas de Jimmie Durham (Jimmie Durham en el M HKA de Amberes)


Podrías sentir que estás recorriendo una muestra centrada en un nuevo tipo de folclore, o visitando una exhibición histórica sobre escultura y militancia cultural en el siglo XX, o enredado en un proyecto grupal gigantesco de artistas jóvenes que girara sobre las epistemologías de lo poético, en sus emergencias más radicales y hospitalarias. En todos estos casos, en realidad podrías encontrarte deambulando entre las salas de la retrospectiva de Jimmie Durham en el Museo de Arte Contemporáneo de Amberes (M HKA), A Matter of Life and Death and Singing, un recorrido cautivante y muy documentado por la obra de Durham curado por Bart de Baere y Anders Kreuger , acompañado de un catálogo, un archivo web y un próximo libro recopilando textos del artista que, en conjunto, pueden volver a situar a Durham en el horizonte de los artistas clave del presente.

La muestra reconoce el status intratable de su objeto de estudio: artista de culto a la vez que protagonista exigido del circuito de bienales, investigador y poeta, artífice prolífico de objetos simples imbuidos de espiritualidad y de grandes instalaciones en contextos específicos bajo la forma de pequeños relatos, Durham no aparece como el autor de una carrera portentosa sino como el pariente más cercano de un repertorio de personajes relacionados solamente por la magnitud de su alboroto, que se lanzaran a modelar la materia y el significado en tiempos y lugares muy alejados entre sí. Estadounidense y cosmopolita, Durham sabe componer ideas sobre los problemas del momento y el lugar en el que se encuentra—ya sean los Estados Unidos, Bélgica o Brasil—y al mismo tiempo dar cuenta de la historia universal a partir de una mirada artificiosamente inocente sobre la realidad circundante y un emplazamiento material y físico siempre muy contundente.

El diseño elegido por los curadores propone simultáneamente un orden cronológico y taxonómico disperso—o como diría Durham, dotado de una cierta incoherencia: las salas del M HKA excavan en exhibiciones legendarias de las que Durham formó parte—como Approach in Love and Fear, su participación para Documenta 9 (1992), bajo la curaduría del mismo Bart de Baere—al tiempo que forman nuevos grupos entre subconjuntos de piezas que recorren arcos de interés específicos, como la arquitectura, la piedra como herramienta, la plomería (“y otras conexiones”), etc.

De las primeras esculturas de comienzos de los años sesenta del siglo pasado a sus trabajos más recientes, Durham desarrolló una mirada sobre la civilización humana en su conjunto (desde su condición de amerindio y, luego, euroasiático por adopción) y supo convertir esa perspectiva omniabarcadora en un repositorio inagotable de problemas plásticos con un fuerte enclave en materiales específicos—la madera, la piedra—a ser abordado con la actitud bromista y personal que le resulta característica. Ya sea como escultor, como coleccionista de hongos silvestres o como poeta, Durham es sobre todo un conversador lleno de digresiones, matices e interrogantes, que sabe acercar al espectador hasta una distancia mínima, casi íntima: la distancia que requieren el susurro y la madera tallada a cuchillo. Su preocupación por los procesos de pensamiento colectivos que dan forma a la vida humana y su presencia en el mundo se extiende desde la edad de piedra hasta el silicio que formó la base material de las tecnologías de la información de la actualidad, pasando por el Renacimiento, la conquista y la segunda guerra mundial. Pero esta amplitud histórica y geográfica se desenvuelve en la forma de pequeñas anécdotas y acciones simples como reunir palabras en un recorrido por una ciudad o apedrear una nevera: pequeños cúmulos de significado cargados de afectividad y potencia plástica. A través de ellos, Durham construyó universos con una retórica sencilla, pero muy rica en recursos y actitudes—Durham, o todos los artistas que Jimmie Durham fue en cada momento, en cada una de sus encarnaciones, siempre sorpresivas y dotadas de una curiosidad franca, parecida a la de los niños.

Claudio Iglesias es un crítico radicado en Buenos Aires. Sus últimos libros son Corazón y realidad (Consonni, Bilbao, 2018) y Genios pobres (Mansalva, Buenos Aires, 2018).

Media Partners:

close
close
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)