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Tere Badia en Hangar Y Moritz Küng en Canòdrom. El mundo del arte está compuesto por nombres propios y lugares. Si los primeros funcionan, los segundos tienen un buen porvenir delante suyo. Si los primeros funcionan y no se les presiona políticamente, no se les carga con trucos burocráticos para limitarles, no se lucha contra ellos para que se cansen, no se les demuestra que tienen alguien arriba con quien pasar cuentas y que se la juegan si no siguen sus gustos, entonces los segundos tienen un buen porvenir.
Pensando en nombres propios y en lugares, este número de a-desk se acerca a algunos de los primeros y a uno de los segundos. Una artista enormemente consagrada y que sigue siendo la imagen de un momento como es Nan Goldin, un cineasta como Fati Akin capaz de mezclar imagen y sonido de la misma forma que tradiciones y culturas, así como el joven duo de artistas Goldin + Senneby que escapan de los límites sin olvidar donde están. Y un lugar: San Francisco, la tradicional cuna norteamericana de las estructuras y funcionamientos más allá de lo institucional.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)