Parasitar la realidad, el video como virus

Pensamiento y mundo son lenguaje, apuntaba Wittgenstein en sus primeras teorías, porque el lenguaje representa al mundo y es figura del pensamiento. Y si el virus es un parásito que destruye, que introduce el desorden, su codificación y decodificación, tal y como evidenciaría en varios de sus textos Derrida, ¿qué sucede cuando el lenguaje verbal y visual se viralizan?

«Concebimos nuestra obra como un parásito, es decir, como un afuera que se alimenta del adentro.» Carlos Hoyos, artista de Yucatán, presentaba así su vídeo Sinfonías Adolescentes codirigido con Marytere Narváez, como participante de la cuarta edición del International Video Art House Madrid, (IVAHM’15). «En este caso, lo que nosotros quisimos hacer es parasitar la memoria de nuestra ciudad, la memoria espacial de discursos y de actos que siguen en ella, y no solo parasitarla, sino infectarla. Lo que infectamos es la relación entre tiempo, espacio, actos y discursos.»

En la historiografía se identifican movimientos y giros, brotes, que arrancan con un objetivo agitador y que terminan siendo absorbidos por el sistema, es la derrotada esperanza advertida por George Orwell en su célebre 1984, o lo que más reciente Charlie Brooker, creador de la serie Black Mirror, ha retratado de un modo magistral en el segundo capítulo de la primera temporada. La historia guarda miles de ejemplos, como la protesta anticapitalista punk, la cual serviría de inspiración para grandes firmas de moda. Esas contradicciones pueden ser señaladas, pero el poder recae en su apropiación. Carlos Hoyos hace hincapié en ese potencial a través del lenguaje y de las técnicas audiovisuales para recordar lo que muchos ya dijeron de un modo u otro, «todo es político», a lo que él añade, «todo es poético», porque cualquier cosa puede estar sujeta a una dimensión subjetiva y transformadora. Una forma de dinamitar los convencionalismos asentados o las estructuras hegemónicas es introduciendo el parásito que modifique su contenido y por consiguiente su forma, que la contamine en el buen sentido de la palabra.

En el intento de aproximación a estas realidades, los videoartistas producen piezas que escapan del discurso y de lo “visualmente correcto” a través de nuevas narrativas y nuevas formas de visualizar. Francisco Brives y Néstor Prieto, directores de este encuentro video-gráfico, las han identificado bajo las etiquetas; paisajes humanos (cuerpo, sociedad, medioambiente y retrato), video experimental, video poemas, video danza y animación. Los codirectores apuestan por el videoarte como formato parasitario, centrándose en esta edición por visibilizar otras miradas, voces generalmente silenciadas o relegadas a su espacio local, o lo que es lo mismo, allende a los límites de la cultura mainstream. Consideran que el video tiene un potencial subversivo, y aunque sea una tarea compleja en un Estado en el que el ruido solo parece tener resonancia afuera, ellos siguen trazando vías y multiplicando conexiones dentro y fuera del país. Acogen anualmente críticas e implicadas extracciones de la realidad customizada; experimentaciones ilimitadas materializadas como texturas híbridas; sensaciones sinestésicas; compendios virtuales; ultra-superposiciones; glitchs y giffs, en una marcada apuesta por ofrecer contenidos a rebosar.

El videoarte es en sí mismo una ruptura con la linealidad, un espacio de liberación creativa y conceptual armado por la poética. Como un botón para la descodificación de los códigos establecidos se presentó, en esta semana de celebración videográfica, el manifiesto político del colectivo feminidades fluidas, centrado en torno a la sexualidad y las identidades (trans)femeninas. El colectivo, formado por Eva Luque, Adriana Luque y Rebeca Sas, comisarió dentro del festival, una muestra de videoarte como ventana a nuevas mutaciones pro-estéticas, nuevos imaginarios sexuales o lo que ellas denominan “feminidades fluidas”.
En una de sus últimas investigaciones, Wittgenstein reconocía la falta de profundidad de su primera teoría, asumiendo que el lenguaje no podía ser medida lógica de las realidades: su uso está gobernado por reglas y no por el pensamiento, o dicho de otra forma, este forma parte de una construcción de convencionalismos sociales. El trabajo de Abertura Vaginal trata de apropiarse de los convencionalismos sociales y así, descodificarlos, evidenciando cómo con la paradoja de apropiarse desde el feminismo radical y las posiciones post-identitarias del input “mujer” que nos viene dado, se re-significa su representación y su identidad.

Estas intervenciones infectan positivamente el lenguaje y por consiguiente la mirada con el que se percibe el orden, mostrando la contradicción e interviniendo en el discurso heredado por generaciones. Se rompe el pacto que recorre la realidad, o al menos se intenta. Pero sin público, es como parasitar un nido vacío, un cuerpo inerte. Propuestas como las del colectivo invitado Videoartistas Asociados, actúan como fuerza de apoyo e interconexión entre todos aquellos videoartistas o agentes interesados para dilucidar dudas técnicas, logísticas y burocráticas, además de prestarse como plataforma de difusión y disfrute.

Así las cosas, el festival IVAHM’15 se ha presentado como una celebración de un medio que va tomando protagonismo en el circuito artístico, y adeptos in crescendo, solo hay que echar un vistazo a este mes de Mayo, en el que se tiene citas videográficas para elegir. Además, ha ejemplificado la percepción apuntada por Hito Steyerl en su libro Los Condenados de la pantalla, donde explica que la perspectiva lineal que ha dominado nuestra visión durante largo tiempo, se está fragmentando en múltiples perspectivas. Esa ruptura ha sido materializada en el centro de arte la Neomudejéar con prolíferas pantallas repartidas bajo un orden aparentemente caótico; reproducciones simultáneas, discursos disociados, discrepantes, trasnacionales y parasitarios conviviendo en el mismo nido hospedador que es la realidad.