RAMA

Texto: Alexandra Laudo
Ejercicio de escritura: Alexandra Laudo y las alumnas del curso Rama, raíz, brote, tallo durante la estación de otoño

El otoño es un tiempo de caducidad, agotamiento y muerte temporal. La caída de las hojas y las flores evidencia que toda forma de vida y de deseo es fugaz. Dice, sin embargo, el poeta argentino Leopoldo Lugones que “aunque caiga la flor, queda la rama”, y el otoño es, por tanto, también, la posibilidad de entender ese agotamiento, esa intensidad marchita como un momento necesario de un ciclo vital. Las hojas que caen conforman un sustrato que enriquece la tierra y hace nacer hongos, setas y musgos, formas de vida que crecen en la sombra.

Durante la estación de otoño del curso Rama, raíz, brote, tallo, la asociada a la imagen y la idea de RAMA, tuvimos muy presente este imaginario de caída y vida y tomamos como motivo y elemento de trabajo la palabra impropia (porque ya se ha escrito, porque no es nuestra sino de alguien) y reapropiada (porque nos la hacemos nuestra al reutilizarla) e hicimos ejercicios de escritura individual y colectiva a partir de palabras encontradas en papeles, en rótulos de la calle, en hojas de sala, o en las portadas de libros ya escritos por otros. El ejercicio que compartimos en esta intervención en A*Desk empezó como una caza de palabras colectiva por los alrededores del Centro de Arte La Capella, durante la cual la cámara de nuestros teléfonos móviles nos sirvió para capturar palabras presentes en los rótulos de la Boqueria, graffiteados en las calles del Raval, impresos en banderolas publicitarias o en la señalética de algunos espacios institucionales. Después, durante días, siguió como una recolecta individual de palabras que cada una, por separado, fue encontrando en nomenclaturas callejeras, páginas web, anuncios, cartas de restaurante, objetos de consumo… La superficie del mundo está recubierta de palabras que desean ser leídas. Nosotros fotografiamos muchos sitios y procedencias diversas, y las usamos como materia prima para escribir colectivamente un texto poético a través de un canal de WhatsApp.

Yo empecé. Una noche de octubre envié al grupo las cuatro primeras imágenes, que funcionaban también como palabras, primeras frases. Teníamos un orden de intervención establecido, y un límite de cuarenta y ocho horas para que la siguiente persona a la que le tocaba continuar el texto enviara sus imágenes-palabra. Establecimos que a pesar de ser un texto colectivo, que debía tener cierta coherencia o continuidad, se aceptaban pausas, elipsis, puntos y aparte.

Éste es nuestro texto, escrito a partir de la captura y la reescritura, de la descontextualización y la reapropiación. Un texto rama, hecho de palabras-imagen, de palabras secas y duros encuentros en hojas, pantallas y paredes que, en una extraña forma de reescritura fotográfica, fuimos lanzando al fondo profundo e infinito de un hilo de grupo de WhatsApp.

Autoria: 1-4 Alexandra Laudo; 2 Rosa Llop; 5-9 Andrea Carrión; 10-14 Guilhem Berini; 15-18 Esther Solé Alarcon; 19-23 Germán Chocero; 24-28 Lorna Jordà; 29-31 Anxela Louzao; 32-26 Marta Fernández Jara; 37-43 Rebeca Tolosa Gilroy; 44-48 Anna Roura; 49-51 Àurea Estellé Alsina; 52-54 Sílvia Rossell; 55-58: Dani Colom; 59-63: Alba Garcia Llué; 64-68: Julia Coelho; 69-72 Elisabet Mabres; 73-75 Max Azemar; 76-79 Ada Fontecilla; 80-83 Lorena Ruiz; 84-88 Mercè Ortega; 89-91 Ruth Morata