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En tiempos de crisis financiera, la cultura es una de las primeras áreas que sufre los llamados «recortes». Lo hemos visto en España, con varios museos y artistas que luchan para ganarse la vida. Grecia no es la excepción. Para uno de los países más duramente afectados económicamente, la cultura no puede situarse en primera línea de la agenda del gobierno. Afortunadamente, sin embargo, los organizadores de ReMap 4 pensaron diferente. La edición de este año, que es la cuarta, parecía estar teniendo lugar no a pesar de la crisis, sino a causa de ella. Los organizadores sintieron la necesidad de abordar el tema a través del arte presentado, y su decisión debería inspirarnos a todos para darnos cuenta de que el arte puede muchas veces ser un refugio, un diálogo, un manifiesto, una protesta o incluso una solución.
La crisis actual también se ha convertido en una cuestión política, una crisis social y sin duda una existencial. Bajo estas circunstancias, una gran parte de la sociedad griega ha llegado a cuestionar y tratar de (re)definir su identidad. Por lo menos debería. Remap 4, una plataforma de arte contemporáneo que reúne a la mayoría de los galerías artistas y curadores emergentes internacionalmente, se hizo cargo de la esfera pública de Atenas del 8 al 30 de septiembre y transformó, comentó y complementó el paisaje urbano de los barrios de Kerameikos y Metaxourgio.
En el contexto socio-político actual ReMap 4 revisitó los problemas a los que se enfrenta el país y los re-presentó en algunos casos a través de una lente artística y en otros, de una manera bastante cruda y sin disfraz. Tal es el caso de las obras de Stelios Karamanolis, cuyos retratos de su abuelo, un héroe de la Segunda Guerra Mundial, actúan como recuerdo de una figura conocida por él sólo a través de historias y fotografías, retratos, que al mismo tiempo, según el propio artista, son la manifestación material de la metafísica de la vida. Este intento revela un anhelo o la búsqueda de una identidad perdida o tal vez una cierta nostalgia por alguien a quien el artista nunca conoció, pero que de alguna manera ha idolatrado. Otras obras como las de Bill Balaskas, Ley Iam o Hanna Liden reflejan la situación socio-política volátil y actuan como un mapa del estado psicológico y material en descomposición.
Paralelamente a la crítica social que ejerció, ReMap 4 también se acercó a las cuestiones de carácter más artístico. Tal es el caso de la exposición-en-la-exposición “In the studio”, que fue presentada en la Kunsthalle Athena, donde 41 artistas y sus obras retornaron a uno de los momentos fundamentales en todo proceso: la génesis de las obras de arte. “In the studio” observa los factores y etapas de una obra, desde el momento de su concepción, la dinámica del taller del artista y hasta su santificación. Mirando los modelos, maquetas y obras de arte inacabadas los visitantes podían sentir la dimensión oportuna de este proceso, mientras se visualizaba el objeto material en proceso de ser (re)formado, un estado de cambio que la sociedad griega está experimentando también en este momento.
En general, podríamos ver ReMap 4 como una metáfora de la condición física y psicológica de toda una sociedad, un esbozo de los restos materiales de los barrios atenienses, pero también de la ética y la resistencia emocional de los griegos, cuya rutina se ha transformado en una lucha diaria para la supervivencia. Al identificar los temas recurrentes de la vida y la muerte, la decadencia y la resurrección a lo largo de la exposición, uno no podía dejar de preguntarse si estos temas son la respuesta al destino del país. Puede que al final, en este contexto particular, todo se reduzca a una cuestión de identidad. ¿Qué está pasando con la sociedad griega? ¿Quién es el griego moderno? Al igual que las pinturas de Wesley Martin Berg, el ciudadano de hoy (una cuestión internacional, al fin y al cabo) es un vagabundo itinerante, una amalgama mezcla del antiguo “hobo” (jornalero migratorio) – aunque sin el aire bohemio y el carácter seductor de antaño- y de la contemporánea condena a la esclavitud ante sus propios deseos y las conspiraciones políticas y financieras. No es de extrañar que sea el momento de plantear la pregunta: «¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo?» Puede resultar casi imposible definir exactamente qué es el arte, pero en este caso el arte sí puede al menos ayudar a redefinir qué es nuestra identidad.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)