close

En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.

En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.

Informe de la región báltica

Magazine

23 julio 2018
Tema del Mes: Globalidad crítica

Informe de la región báltica

Si el año pasado fue considerado un Superkunstjahr con el solape de los eventos Bienal de Venecia, Documenta y Skulpturprojekte Münster, necesitaríamos una nueva palabra para designar la similar alineación planetaria que se da en la región báltica. Este año se celebra el centenario de la independencia de Estonia, Letonia y Lituania, para el que cada país ha producido su propia serie de investigaciones dando lugar a exposiciones nacionales. De forma simultánea, la treceava edición de la Trienal Báltica comisariada por Vincent Honoré abarca las tres capitales de la región por primera vez y la Bienal de Riga ha inaugurado su primera edición bajo el comisariado de Katerina Gregos.

Los ambiciosos proyectos comparten la invitación a comisarios extranjeros de dos de las capitales artísticas del oeste de Europa, Londres y Bruselas respectivamente. Contar con comisarios de esas regiones revela el persistente deseo báltico de afiliarse con la Europa occidental más que con la masa eurásica de Rusia y la influencia financiera y cultural del oeste sobre el antiguo este en la Unión Europea actual. Como estrategia de internacionalización de los dos eventos, invitar a comisarios de los centros artísticos de Europa occidental crea necesarias oportunidades para los artistas bálticos en el extranjero, pero también refuerza las relaciones de poder existentes entre el antiguo este y el oeste. Si la región báltica está volviéndose aún hacia los centros establecidos de Europa occidental como canon, la conflagración de las dos bienales durante el centenario es un reflejo de la posición de los artistas bálticos en una relación actual de poder geopolítico y centralización financiera, incapaces de auto-identificarse solos.

La Bienal de Riga, o RIBOCA 1, dura del 2 de junio hasta el 28 de octubre y reúne a 104 artistas internacionales. Centrada alrededor de la antigua Facultad de Biología de la Universidad de Riga, aborda el tema del cambio en las múltiples definiciones de la palabra. Mientras que las grandes exposiciones y las bienales de este año han tendido hacia textos curatoriales vagos, reticentes a toda claridad y exigencia, RIBOCA materializa el site-specific con éxito a través de un foco puesto en emparejar obras de arte con lugares significativos de Riga. El curso de la exposición crea su propia narrativa lógica a seguir en las diferentes sedes de la ciudad. Categorizada por temas como ecología, industria e historia local, la bienal presenta de forma convincente grupos de obras que dialogan entre sí sobre cambios específicos a los que nos enfrentamos. Como conjunto, la bienal expone la posición entrelazada de todas las disciplinas restringidas a una única realidad planetaria.

La bienal se divide entre diferentes sedes, con dos que destacan por su relevancia y cohesión: la Facultad de Biología y la residencia de Kristaps Morbergs. En la antigua Facultad de Biología de la Universidad de Riga se conservan las aulas, museos y almacenes a veces casi intactos que ofrecen el entorno apto para reflexiones contemporáneas sobre ecología en una desfasada instalación educacional. Kristaps Morbergs, patrón letón del siglo diecinueve, donó a la universidad su casa, en la que los interiores tradicionales de antes de la guerra han sido conservados. Con un foco en la historia letona y en la vida contemporánea, esta sede interactúa directamente con Riga y expone principalmente a artistas bálticos.

La Facultad de Biología incluye trabajos que, de forma general, tratan la condición ambiental catastrófica del planeta. La película de 45 minutos de Julian Rosefeldt In the Land of Drought muestra entornos ruinosos en los montes Atlas de Marruecos y en las antiguas zonas industriales del Valle del Ruhr en Alemania, donde los restos esqueléticos industriales crean un escenario inquietante para la interpretación futurista de una tierra postapocalíptica. Mirror Matter, de la artista lituana Emilija Škarnulytė, crea igualmente una visión no-humana de eventos con imágenes e información de observatorios neutrino y de aceleradores de partículas para des-centrar la humanidad en una tierra que sobreviva más allá de la civilización tal y como la conocemos. Las interpretaciones científicas de eventos sugieren que el cambio está sacando el futuro del planeta de nuestro control.

Emilija Škarnulytė, Mirror Matter (still: from the Super-Kamioka Neutrino Detection Experiment, Japan). 2018. Single-channel video, colour, sound 12′. Antigua Facultad de Biología de la Universidad de Letonia.

A un nivel más humano, la relación biológica entre el cuerpo y la naturaleza emerge en el proyecto Dziedināšanas Remedies de Sasha Huber & Petri Saarikko, con la intención de compilar el saber medicinal tradicional en volúmenes compactos. Relacionado directamente con la cultura letona, el libro registra los métodos de purificación de mente y cuerpo que han sobrevivido a través de las generaciones gracias a la tradición oral. La inevitable conexión del cuerpo a la naturaleza aparece también en la instalación fílmica de dos canales Pickled Long Cucumbers de Katrīna Neiburga. Refiriéndose al deseo de una vida simple al confrontarse con el ritmo frenético de la vida urbana, los dos personajes de la película vuelven a un simbólico Jardín del Edén. La libertad de la naturaleza es cuestionada cuando los personajes se adaptan con dificultad al escenario boscoso.

The Most Given of Givens, de Eli Cortiñas, no se refiere directamente al contexto báltico, pero interpretado en el contexto de la facultad de biología en Riga incorpora un nuevo significado que le conecta políticamente a la realidad exterior. Trabajando con interpretaciones occidentales de África y con tropos cinematográficos como el mito de Tarzán, la película de Cortiñas, puesta en el contexto estrictamente académico de un aula de biología, refleja la categorización continua de seres humanos y la situación migratoria en Europa. Letonia y los otros países bálticos cuentan con niveles extremadamente bajos de inmigración y los demandantes de asilo declaran dificultades de integración y se marchan al conseguir papeles[1]. Esto enfatiza la incomodidad de mostrar la película en un contexto abiertamente blanco.

La facultad de biología es en sí misma una localización visualmente seductora, llena de viejos materiales pedagógicos y con un aire retro-científico. Contrastar formas de conocimiento del pasado con trabajos contemporáneos establece una relación entre pasado, presente y futuro. Early Polishness de Katarzyna Przezwańska señala lo absurdo de una identidad natural conectada al territorio en el periodo triásico y la Encyclopedia de Johannes Heldén & Håkan Jonson crea un ficticio archivo de tarjetas del futuro que cataloga las fechas de extinción de animales eliminados por la humanidad. Esta relación retro-futura se extiende a otras sedes históricas de la bienal enfatizando el papel del tiempo en el proceso de cambio global.

La residencia de Kristaps Morbergs pone este colapso del tiempo en directa relación con el contexto báltico. En una casa letona de estilo antiguo, sobre todo artistas bálticos presentan trabajos directamente relacionados con las cicatrices históricas de la ciudad y los intensos periodos de cambio que han afectado la región incluso en el transcurso de un ciclo de vida. La película de Jonas Mekas Lithuania and the Collapse of the USSR sitúa esta sede en el contexto post-soviético desde la experiencia del exilio lituano. Hecha casi veinte años después del colapso de la URSS, la película incluye metraje grabado de las noticias, directamente de la pantalla de la televisión, con la cámara de video Sony de Mekas. Estos momentos históricos monumentales reverberan en escultura y arquitectura en dos trabajos de Indre Serpytyte. Pedestal usa monumentos a los líderes soviéticos Lenin y Stalin y su significado cambiante a través del tiempo en unos ensamblajes fotográficos que cuestionan la linealidad de la historia. En 1944-1991 Former NKVD-MVD-MGB-KGB Buildings crea modelos de edificios antiguamente usados por operadores del KGB que hoy han vuelto a funciones privadas o domésticas. En el contexto de estos cambios drásticos, la sociedad letona contemporánea es presentada por el círculo de poetas rusos Orbita, cuyos Video Poems reúnen trabajos de los años noventa y dos mil. Los trabajos son colaboraciones entre poetas, animadores y músicos que dieron vitalidad a la comunidad artística rusohablante contra el arranque de la cultura de consumo de los noventa y de MTV.

Baltic Triennial 13 GIVE UP THE GHOST Vilnius chapter. Daiga Grantina. All works courtesy the artist and Galerie Joseph Tang, Paris. Photo: CAC /Andrej Vasilenko

La Trienal Báltica bajo la dirección de Vincent Honoré también aborda la relación del cuerpo con el inevitable y apocalíptico colapso planetario. Sorprendentemente diferente de la solemnidad del retrato futurista de la tierra de Rosefeldt o del personaje solitario y melancólico de A Sense of Warmth de Sven Johne, la visión de Honoré es un rollizo carnaval poético imbuido de elementos camp. La principal exposición, en el CAC de Vilnius, abrió el 11 de mayo y durará hasta el 12 de agosto. La edición de Tallinn seguirá hasta el 2 de septiembre y el tercer capítulo de la trienal abrirá en Riga el 21 de septiembre.

La exposición en Vilnius incluye highlights como A Way to Leak, Lick, Leek de Laure Prouvost, un encuentro ballardiano entre adolescentes lamedores de contaminación en el fin del mundo. Situado en LA, el grupo fabula deseos surreales de confundir naturaleza y máquina, llevando a la eventual fusión del cuerpo humano con el entorno tóxico. La continuación de la history in a room filled with people with funny names de Korakrit Arunanondchai toma forma en su cuarta entrega siguiendo la narrativa surrealista de unas ratas gigantes en un contexto de capitalismo global y espiritualidad. Mientras que la exposición es caótica y laberíntica, el fuerte del trabajo de Honoré ha sido el programa de performances organizado para la apertura de cada edición.

Las potentes actuaciones de Liv Wynter y Adam Christensen animaron el hall de entrada con un público bien nutrido. Elementos identitarios de las subculturas punk y antisistema surgen del elocuente vestido DIY y el canto gutural de Christensen y de las poderosas letras de Wynter. Las performances explotaron en el espacio secuestrando la narrativa de los objetos. Al día siguiente, una impresionante y alocada performance del artista lituano Žygimantas Kudirka empezó con un golpe a la trienal con la pieza Welcome to Lithuania, que usa slogans de marketing y declaraciones mágicas absurdas que juegan con estereotipos del país romantizados por los visitantes y con referencias a momentos oscuros de la literatura local. En Tallinn, las performances de danza radical del Young Boy Dancing Group incluyeron bailes no convencionales con laser emitido desde los genitales. Comparada con la exposición, la fuerza de estas performances está en las referencias directas a conflictos sociales contemporáneos en la sociedad báltica, particularmente con la persistente homofobia presente en los tres países. El programa de performances de la apertura funciona como resistencia política contra los restos conservadores de una sociedad enfangada en su pasado y tradición.

Ambas exposiciones han generado oportunidades para activar la escena artística báltica. Traer nuevos públicos a un contexto de la periferia de la Unión Europea con una historia sorprendente es importante para entender la diversidad que existe dentro mismo de Europa y para descentralizar el foco cultural. La decisión de ambos eventos de ir sobre seguro con la elección del comisario, seleccionando voces establecidas de Londres y Bruselas, deja sin embargo huecos en la representación de muchos rincones del mundo y refuerza la influencia de las capitales culturales. El Sur de Europa queda virtualmente invisible y, aunque muchos artistas bálticos participan en las exposiciones, se mantiene la perspectiva de la Europa occidental para con ellos. Otros grandes eventos en Europa han empezado a girar hacia voces y narrativas alternativas (la Bienal de Berlín, Manifesta, Documenta), pero esta posición todavía no ha llegado a la región báltica.

[1] https://www.bbc.com/news/world-europe-40479224

*Imagen de portada: Katarzyna Przezwańska, Early Polishness (detalle), 2017. Diorama hecho de papel, madera, ramas de árbol, cuerda, pegamento Mod Podge, pintura acrílica, coco, esmalte de uñas, 130 × 159 × 318 cm. Antigua Facultad de Biología de la Universidad de Letonia (RIBOCA).

Àngels Miralda es escritora y comisaria residente en Ámsterdam y Barcelona. Su trabajo independiente se enfoca en la materialidad de la producción artística como una metáfora de trabajo para la producción contemporánea a escala industrial, la artesanía folclórica histórica, el cambio climático, el paisaje y las mitologías naturales. Ha organizado exposiciones en el Institut d’Estudis Baleàrics (Palma de Mallorca), Tallinn Art Hall (Estonia), Galerija Miroslav Kraljevic (Zagreb), De Appel (Amsterdam), y el Museo de Arte Contemporáneo (Santiago de Chile) entre otros. . Es editora en Collecteurs y escritora colaboradora de Artforum.
Fotografía de Lin Chun Yao, 2022.

Media Partners:

close
close
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)