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Sobre violencia y liberación en el legado crítico de Effy Beth

Magazine

09 diciembre 2024
Tema del Mes: Expiar la MetáforaEditor/a Residente: Gonzalo Pech
Una mujer con bigote simula el gesto de fumar

Sobre violencia y liberación en el legado crítico de Effy Beth

Es crucial subrayar que el legado de Effy Beth no se limita a la performance en sí; su influencia se expande hacia una nueva forma de entendimiento y acción crítica en el arte y en la vida cotidiana. Lo que su trabajo plantea es una cuestión fundamental: ¿cómo podemos no solo comunicar ideas de manera más efectiva, sino también incitar un cambio semántico y auténtico que motive a las personas hacia una mayor empatía y acción social en torno a las injusticias y desigualdades que persisten en nuestra sociedad? ¿Cómo podemos interpelar los prejuicios en torno al machismo y el transodio?

La obra de Effy Beth se caracterizó por una profunda exploración de estas temáticas, donde podemos pensar en la metáfora como un hilo conductor que entrelaza algunas de sus performances de forma significativa. La artista retomó las ideas de Nietzsche acerca de la creación de realidades a partir de las mismas, así como las exploraciones conceptuales de Lakoff y Johnson [1] Lakoff, G., & Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. University of Chicago Press. que abordan cómo también determina en gran medida nuestras experiencias sensoriales cotidianas y la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. Si nuestra comprensión de la realidad está determinada por las metáforas que atraviesan y estructuran el tejido social, entonces podemos utilizar la metáfora no sólo como un recurso lingüístico, sino como un sentido en sí mismo que puede ser interpelado por representaciones artísticas que habiliten una transgresión de esos sentidos establecidos en la sociedad.

Dos mujeres

Effy Beth. (2012). Effy ofrece sexo oral [Fotografía]. En https://effyofrece.blogspot.com/2012/09/effy-ofrece-sexo-oral.html

En “Effy ofrece sexo oral”, presentó una experiencia que trascendía la mera representación y expectativa, convirtiéndose en una interacción visceral y profunda que desafiaba los límites del cuerpo y la intimidad con el público presente.

La performance consistía en entrar en un espacio donde se le entregaba a cada individuo del público un vale que podía ser canjeado a cambio de “sexo oral”. Por lo tanto, se trataba de una participación totalmente voluntaria y consensuada. Aquellos que decidían utilizar ese vale eran conducidos a un lugar reservado y cuidadosamente preparado, en el cual había una silla y unos auriculares. Cada participante se sentaba en la silla y se colocaba los dispositivos de audición, mientras que Effy se acercaba y se ponía de rodillas a sus pies en un gesto cargado de simbolismo. En su boca tenía un pequeño reproductor, y al mismo tiempo que simulaba practicarle una felación al participante sin interrumpir en ningún momento el contacto visual, en el audio que el participante escuchaba durante toda la experiencia, se oían relatos desgarradores en primera persona de diferentes víctimas de abusos y violencia sexual. De esta forma, en una situación en la que aparentemente sólo habría lugar para el placer, Effy colocó un reclamo: el lugar de un mero objeto sexual es también un lugar de opresión y vulneración. La intención de la performance era mostrar cómo el placer brindado por una mujer a la cual se la  ubica como objeto es inseparable de los sufrimientos resultantes de la opresión del género. En una obra que pone en evidencia la opresión y la violencia, especialmente en la sexualidad de las mujeres, la voluntariedad de la participación resalta de manera irónica, ya que se presenta como una especie de «elección» dentro de un sistema socialmente condicionado. Así Effy resalta una realidad en la que el erotismo, muchas veces concebido como una categoría liberadora, está íntimamente ligado a los patrones de violencia de género, donde la metáfora se hace evidente en la dificultad de separar el placer del sufrimiento.

La segunda performance de Effy sobre la cual me interesa detenerme presenta una diferencia con la primera: se realizó en el espacio público, con lo cual era difícil que les espectadores no participaran, al menos desde la observación. Esto hace que los límites entre lo privado y lo público se desdibujen, mostrando cómo el arte de Effy Beth no solo se limita a un espacio íntimo, sino que se desborda hacia la esfera pública, donde las personas no pueden evitar ser interpeladas por el acto. Además, en un contexto donde su práctica artística se entrelaza profundamente con su activismo, el acto no puede ser visto de manera separada de su identidad y su vida personal. Por lo tanto, esta performance, a diferencia de la anterior, carece de un título claro, ya que no se trata simplemente de una obra artística, sino de una intervención política que desestabiliza el concepto de «arte» al trascender las fronteras entre lo personal, lo político y lo artístico.

La performance en cuestión se trató de una adaptación trans de la artista austríaca Valie Export, titulada “Genital Panic”. En aquella, Export se mostraba sentada en una silla, sosteniendo una ametralladora en sus manos, mientras que su pantalón se encontraba abierto en la ingle, de manera tal que su vulva permanecía expuesta a la mirada del público. La versión de Effy, en lugar de mostrar genitales “femeninos”, mostró sus genitales de mujer trans, y en lugar de un arma, portaba unas tijeras grandes de jardinero. A pesar de que dicho gesto introduce una diferencia fundamental ya que los tipos de violencia representados son distintos: Mientras que en la obra de Valie Export el arma se presenta como una herramienta de protección, sugiriendo que la violencia se puede emplear como defensa, en el caso de Effy, las tijeras se presentan como una amenaza, una acción de automutilación. Cambiando la retórica de la violencia, enfocándola no en la defensa sino mostrando lo amenazador de no deshacerse de lo que se considera «innecesario» o «no conforme» a las expectativas sociales de la feminidad. El acto de portarlas no es solo un gesto simbólico de poder, sino una declaración en contra de las normas que imponen las expectativas sobre el cuerpo trans. Las tijeras representan la posibilidad de transformación sin retorno, y a su vez una forma de resistir la violencia estructural mediante la redefinición de la propia identidad.

Mujer sentada con las piernas abiertas

Export, Valie. Aktionshose: Genital Panik (1969), photograph by Peter Hassmann. The Museum of Modern Art, New York. © 2024 VALIE EXPORT / Artists Rights Society (ARS), New York / VBK, Austria.

No es casual que esta performance haya tenido lugar el mismo año que se sancionó la Ley Nacional de Identidad de Género 26.743, la cual fue un paso importante para el colectivo travesti-trans, ya que permitió contribuir a despatologizar las identidades disidentes y promover derechos para este colectivo.

Es crucial subrayar que el legado de Effy Beth no se limita a la performance en sí; su influencia se expande hacia una nueva forma de entendimiento y acción crítica en el arte y en la vida cotidiana. La metáfora fue un recurso fundamental en su expresión artística y social, al ser una herramienta poderosa que provoca una conmoción de sentidos establecidos que, en muchas ocasiones, pueden haber quedado atrapados en narrativas convencionales. Effy Beth, artista de performances argentina-israelí, fue consciente de estas capacidades y las aplicó de una manera provocadora y visceral con el objetivo de interpelar los sentidos establecidos en torno al lugar de las feminidades en un sistema patriarcal. A lo largo de su trayectoria, Effy empleó la metáfora no sólo como una herramienta estética, sino también como un medio efectivo para incitar reflexiones críticas y profundas sobre temas fundamentales como la violencia, la misoginia y las complejas relaciones de poder que influyen en la sociedad contemporánea.

 

[Imagen destacada: Nora Lezano, Effy Beth para Revista Anfibia. en https://www.revistaanfibia.com]

References
1 Lakoff, G., & Johnson, M. (1980). Metaphors we live by. University of Chicago Press.

Narella Catania es Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires, ejerce el psicoanálisis y se dedica a la investigación del entrecruzamiento entre política, ciencia y clínica. Es creadora de la página de instagram @psicoanalistasrancios y co-credora de @divanesendevenir

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