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Uno espera que el arte le conmueva. Eulàlia Grau en el Macba

Magazine

22 marzo 2013
Misses. Eulàlia Grau

Uno espera que el arte le conmueva. Eulàlia Grau en el Macba

Entre el arte y el activismo. Este es el rasgo común de los trabajos de Eulàlia Grau (Terrassa, 1946), a quien el MACBA dedica su primera exposición monográfica. Corrupción, explotación laboral, especulación inmobiliaria, los estereotipos de género y, en general, la capacidad que tienen los medios de comunicación de masas para influir en la imagen que tenemos del mundo, son sus principales temas de interés.

Eulàlia Grau enuncia y denuncia la realidad, tomando imágenes procedentes de la prensa, que recompone y utiliza como elementos de análisis por contraposición. Su estética bascula entre un pop colorista y efectivo, y elementos más próximos a la deriva conceptual o a la onda fluxus. Ella escribe «busco abrir la posibilidad a una nueva lectura de la realidad. Por esto no creo que mis obras sean para contemplar, sino que son como notas, anotaciones, comentarios, observaciones sobre el estado etnográfico, sociológico, moral, cultural del mundo que me rodea».

Uno espera que el arte le conmueva. La exposición de Eulàlia lo hizo. Para ser más concretos, una de las piezas de la exposición me dejó boquiabierto. Se trata de dos secuencias de imágenes en las que la artista reconstruye un conjunto de hechos alrededor de dos personas concretas. La primera es Diego Navarro, obrero andaluz y padre de familia numerosa que el 23 de julio de 1973, resultó herido de bala durante la concentración en el puente de Hierro en l’Arboç, en la que participaron obreros del Baix Llobregat con sus familiares, con el objeto de adherirse al congreso de la Cultura Catalana. Poco después ingresó en la prisión de Tarragona en la que se acabó suicidando. La otra es la historia de Juan Vilá Reyes, conocido y mediático empresario catalán implicado en el fraude Matesa, caso por el cual fue encarcelado e indultado posteriormente.

Las dos narraciones corren en paralelo y evidencian la escasez de información y de imágenes relativas al primer caso, que contrasta con la abundancia de datos y documentación sobre el segundo. La obra reflexiona en última instancia sobre el trato diferencial que la justicia tuvo con cada uno de ellos. La secuencia de las imágenes y la crudeza y el contraste de los relatos vitales que atestigua generan en el espectador una especie de rabia y tristeza contenida de la cual es difícil escapar, más todavía si se tiene cuento vigencia de esta crítica social. Knockout.

A partir de esta pieza me aventuro a hacer un desplazamiento temporal: transportando este ejercicio de reflexión cruda y pertinente de la realidad de los 70’s a la sociedad de hoy en día. Iñaqui Urdangarín y J.L. Bárcenas son personajes públicos sobradament conocidos. Su presencia en los medios a causa de los respectivos casos de corrupción son elementos de la más rabiosa actualidad. Las otras dos personas son Amaya Eganya, 53 años vecina de Barakaldo y Jose Miguel Domingo, 53 años vecino del barrio de la Chana, Granada. Ambos optaron por el suicidio cuando iban a ser desahuciados de sus respectivos domicilios.

Todavía podría, para acabar este artículo, ensalzar la valentía, perspicacia y el compromiso de la artista y la institución implicadas. También podría añadir una coda pomposa y añadir más sustancia emocional al texto, poner el dedo en la llaga y dejar que sangren las heridas. Otra opción sería la tímida denuncia de la carencia de posicionamiento que la comunidad artística está protagonizando en esta crisis profunda. Pero lo que me parece más pertinente es el silencio mayúsculo, desde donde poder revisar estos cuatro rostros.
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Blai hace años que duda entre la vena punk y la socialdemócrata. Cree que las buenas ideas y las buenas maneras son los puntales de la civilización, pero demasiado a menudo la actualidad subalterna le demuestra que la vulgaridad y la banalidad son dominantes. Dice que ahora que estamos en la segunda transición democrática y en un contexto global de crisis sistémica, quizás va siendo hora de perfilarse la cresta.

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