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“Una lista de verdades:
Que el baile sacude y despierta todo aquello que duerme.[…]
Que el cuerpo podría tener más memoria que la mente.
[…]”
Benji Hart, Dancer as Insurgent. (CA2M, 2017)
Reconvertir la identidad mediante el gesto. Elements of vogue. Un caso de estudio de performance radical ha convertido al CA2M en un ballroom, un espacio para la activación del deseo a partir del baile de los cuerpos. El vogue es, precisamente, la forma más popular de baile dentro de la escena ballroom, una escena cuyo florecimiento se encuentra en el Nueva York de 1980 como respuesta a la crisis del sida por parte de la comunidad transexual, gay, lesbiana, bisexual y queer afroamericana pero cuyas raíces se encuentran en la década de los veinte, durante el Renacimiento del Harlem.
D’relle Khan, Bam Bam Garçon y Jay Jay Revlon, bailarines de la escena vogue en Londres, bailando de manera improvisada en la calle en solidaridad con las víctimas del ataque terrorista de carácter homófobo en un Club de Orlando en 2016 es el registro que abre, de manera significativa, la exposición. Los cuerpos, los gestos, la pose y la comunidad generada a su alrededor son protagonistas desde el principio en una muestra en la que, gran parte de las obras de arte contemporáneo afroamericano pueden verse por primera vez en Europa. El conjunto de piezas, desde el registro de bailes travestis, pasando por el activismo de Sylvia Rivera y Martha P. Johnson hasta “históricos” de la performance afroamericana como Adrian Piper, traza una historia de los gestos disidentes de la comunidad LGTBQ afroamericana y visibiliza cómo, a través de su apropiación, pueden inventarse formas de belleza, subjetividad y deseo disidentes.
El desfile se presenta en todo momento como herramienta de empoderamiento a través del cual los géneros binarios dejan de existir para suceder exclusivamente dentro de unos gestos determinados que cualquiera puede agenciarse. Este hecho, más allá de las piezas, ha conseguido activarse de manera mucho más radical a través del conjunto de actividades que rodean a la muestra y que han conseguido atraer a la comunidad LGBTQ y racializada al CA2M. El vogue ocurre a través de las actividades que tienen lugar en la instalación King of Arms Ballrroom Installation de Rashaad Newsome, situada en un nuevo espacio del museo que parece casi ex profeso para la muestra y que responde a la intervención arquitectónica de Andrés Jaque. El programa de actividades, comisariado por Silvi ManneQueen, pionera del vogue en España, ha convocado diversos talleres en los que se podían aprender los elementos básicos de distintas formas de baile de la escena ballroom como Runway, Realness o Vogue Performance y ha traído a otros iconos del vogue procedentes de Nueva York, Moscú o París, la ciudad europea que cuenta con la escena más consolidada. En la clausura de la muestra, el próximo 6 de mayo, tendrá lugar The OVAH Ball, evento en el que podrán verse bailes de las distintas categorías de la escena ballroom con la presencia del commentator de París Matyouz LaDurée y de tres voguers fundamentales de la escena neoyorquina: Twiggy Pucci Garçon, Mother Leoimy Amazon, Archie Burnett y Javier Ninja.
Termino de escribir este texto la misma semana que el Centro de Arte Dos de Mayo cumple 10 años y pienso: no es casualidad que una exposición de este calibre, sin duda fundamental, rompedora y capaz de enriquecer miradas y sensibilizar cuerpos tenga lugar en este centro. El CA2M tiene ya una larga trayectoria en abordar la cultura popular desde el arte contemporáneo, Pop Politics: Activismo a 33 Revoluciones (2012-2013) o Punk. Sus rastros en la creación contemporánea (2015) son ejemplo de ello. La llegada a la dirección de Manuel Segade en 2016 ha supuesto una politización de la línea expositiva a partir de su interés por trabajar desde la interseccionalidad entre género, raza y clase social. En este sentido, desde su llegada al centro, hemos podido ver muestras como Borrador para una exposición sin título (Cap. II). Cabello/Carceller (2017) o Una exposición coreografiada (2017) –esta última comisariada por Mathieu Copeland– en las que ya se desplegaba este giro, por un lado, hacia los cuerpos y, por el otro, al trabajo desde la teoría feminista, queer y decolonial. Elements of Vogue pone en juego, así, esta intereseccionalidad presente en el proyecto de Segade y cuenta con un segundo comisario, Sabel Gavaldon, quien ya atendió a la necesidad de investigar la gestualidad como espacio de resistencia en Un museu del gest (2013), exposición que tuvo lugar en La Capella, Barcelona.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)