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Spotlight

21 octubre 2021

¿Qué nos hace humanos?

'Border Crossers' de Chico MacMurtrie en El Paso (Texas)

This is my home

this thin edge of

barbwire.

Gloria Anzaldúa, Borderlands/La Frontera

Un hogar construido con una fina línea de alambre de púa. Así definía la teórica Gloria Anzaldúa, pionera de los estudios sobre la subcultura chicana,  su herencia mestiza, atravesada por esa gran cicatriz incurable: la frontera entre Estados Unidos y México. Un espacio transcultural cuya frágil epidermis está marcada en el pasado por las huellas sangrientas de guerras de más de dos siglos. Una cicatriz que sigue abierta en el presente debido a la geolocalización transnacional de capital a través de la industria maquiladora, así como se ha convertido en un territorio disputado por los cárteles que gobiernan redes de narcotráfico y tráfico de personas, en continuo derrame de inmigrantes, víctimas de las mismas políticas de exclusión que los echaron de sus países de origen. 

Sobre estas cicatrices del pasado y el presente, las máquinas amórficas del artista Chico McMurtrie (Nuevo Mexico, 1961) apelan a la convergencia entre el arte y la tecnología en las comunidades transfronterizas de El Paso (Texas, USA) y Juárez (Chihuahua, México). Así es como  Border Crossers encarna una serie de performances y  “activaciones” públicas coordinadas en varios lugares de la zona, en colaboración con el Centro Rubin de Artes Visuales de la Universidad de Texas en El Paso.  Con una consolidada trayectoria en ese campo heterógeneo a medio camino entre el arte contemporáneo, la escultura y la ingenería, el artista continúa con este proyecto en su exploración de más de cuatro décadas preguntándose qué nos hace humanos a través de los efectos que produce en sus audiencias la interacción entre sus singulares esculturas robóticas. 

Performance view of Border Crossers. U.S.-Mexico border at Naco, Arizona / Naco, Sonora, 2021 © Chico MacMurtrie / ARW. Photo: Douglas Adesko

En este caso, cada acción implica la conexión entre de dos robots amórficos, instalados a ambos lados de la frontera. Una vez extendidos, estos Border Crossers pueden alcanzar una altura de diez metros. Y como si representaran una gigantesca columna vertebral de metal, una tela enrollada en la punta se despliega gradualmente hacia abajo, mientras  va formando múltiples arcos que la van vistiendo, convirtiéndola en una escultura hinchable. Con sus movimientos lentos y orgánicos,  los Border Crossers contrastan con el duro muro de metal y alambre de púa a través de esta interacción pacífica. Y de esta manera, la actuación coreografiada de estas esculturas hinchables,  originada a ambos lados de la frontera, escenifica una conexión simbólica. Un contacto armonioso y pacífico que presenta a las Borderlands como una condición física que puede ser transcendida temporalmente por dispositivos tecnológicos. 

Performance view of Border Crossers. U.S.-Mexico border at Naco, Arizona / Naco, Sonora, 2021 © Chico MacMurtrie / ARW. Photo: Luise Kaunert

En consecuencia, Border Crossers presenta una exploración  poética de los conceptos  de fronteras y límites, a la vez que ofrece  una suspensión metafórica de esas fronteras en forma de arcos temporales invitando a sus espectadores a cuestionarse la noción de frontera en un mundo globalizado. La tecnología tiene un valor que se define en función de su uso, y puede ser tanto una herramienta para superar barreras culturales y económicas, como puede ayudar a profundizarlas. Sin embargo, en Border Crossers, el gesto de comunicación de estas esculturas robóticas en un contexto geopolítico de tensiones y conflictos sobre la identidad nacional y cultural, quizás ofrezca alguna forma de reconciliación. Un abrazo posthumano en zona limítrofe que podría simbolizar una crítica a las fronteras geopolíticas militarizadas,  a la vez que un símbolo de un posible entendimiento. 

Performance view of Border Crossers. U.S.-Mexico border at Naco, Arizona / Naco, Sonora, 2021 © Chico MacMurtrie / ARW. Photo: Juan-Carlos Barrera Romero

El proyecto Border Crossers ha recibido apoyo financiero de la Colección BEEP de Arte Electrónico en 2017, de la Beca Guggenheim, The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, el MAP Fund y la Texas Commission for the Arts. La primera intervención de los Border Crossers tuvo lugar el 23 de mayo de 2021 en la frontera entre Estados Unidos y México en Naco, Arizona/Naco, Sonora. Esta fue sólo la primera de una serie de actividades públicas en colaboración con el Rubin Center for the Visual Arts de El Paso, Texas. Las próximas representaciones tendrán lugar en estos meses en la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez.

Performance view of Border Crossers. U.S.-Mexico border at Naco, Arizona / Naco, Sonora, 2021 © Chico MacMurtrie / ARW. Photo: Daniel Nunez Salinas

Todas las fotos gentileza del Rubin Center de El Paso, Texas


Border Crossers de Chico MacMurtrie

16 de septiembre-10 de diciembre 2021

Stanlee and Gerald Rubin Center for the Visual Arts

El Paso, Texas, USA

A Ana le fascina zambullirse, acercarse con precaución a esos tentáculos que yacen en las profundidades y volver para contar lo que ha visto. Ha publicado «Este es el momento exacto en que el tiempo empieza a correr» (Premio Antonio Colinas de Poesía Joven), las novelas «La puerta del cielo» y «Hemoderivadas», «Constelaciones familiares» (relatos, Premio Celsius Semana Negra de Gijón) y «Érase otra vez. Cuentos de hadas contemporáneos» (ensayos). En la actualidad vive y trabaja entre Berlín y El Paso, Texas, donde es becaria del MFA bilingüe en Escritura creativa en UTEP. Algunos de sus textos han sido traducidos al portugués, italiano, polaco, lituano, alemán e inglés.

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