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El mundo es redondo, pero la gente se encuentra en las esquinas: Eli Cortiñas, artista española de origen cubano, nacida en Las Palmas de Gran Canaria, España. Ella vive y trabaja en Berlín, Alemania. Yo nací en Almería, España, pero conocí a Eli en Berlín, Alemania. Eli celebra su primera exposición individual institucional de esta envergadura en Alemania, en la Kunstverein Braunschweig. El nombre de la exposición es The Body is The House, The House is But Haunted (El cuerpo es la casa. Pero la casa está encantada). El título se ha tomado y girado de la obra de 1968 A casa é o corpo (La casa es el cuerpo) de Lygia Clark, artista nacida en Belo Horizonte, Brasil.
Estos cruces de caminos son habituales en la práctica artística de Eli. Para crear sus instalaciones tanto de vídeo como espaciales, por un lado, cruza culturas visuales contemporáneas e históricas; por otro, utilizando el montaje y el collage, entrelaza y disecciona imágenes y narrativas de fuentes diversas y heterogéneas: Internet, películas analógicas, programas de televisión, publicidad o propaganda.
Hoy en día, ¡los discursos serán interseccionales o no serán! Feminismo, poscolonialismo, poder, teoría decolonial, identidad femenina, memoria histórica, extractivismo y el lenguaje de la economía están presentes en las obras de Cortiñas. Así, las apropiaciones artísticas, las grabaciones y la criollización aparecen con más fuerza que nunca para contrarrestar los códigos establecidos por la sociedad a través de trabajos poéticos y sensuales en diversos formatos. La artista propicia un encuentro dinámico, donde prevalece la apertura a las diferencias, garantizando la diversidad, y revelando los contextos de producción y consumo inscritos en las imágenes, así como los patrones de percepción con los que operan.
Pero volvamos a la redondez, los cruces y las narraciones. En la Kunstverein Braunschweig, una villa del primer clasicismo —construida en 1808—, la entrada está enmarcada por dos columnas jónicas coronadas por un friso con la inscripción SALVE HOSPES (en latín, «Sé bienvenido, invitado»). En el interior, un vestíbulo circular de dos pisos distribuye las habitaciones que lo rodean. Esta villa fue muchas cosas antes que un museo, y fue, por supuesto, una casa. En la exposición de Eli Cortiñas, la casa se muestra como un organismo circular en el que el cuerpo-casa-organismo está encantado. Toda la muestra en sí funciona como un gigantesco collage multisensorial que evoluciona orgánicamente. Y el collage, como dijimos, es una de las prácticas más utilizadas por la artista. Tras entrar en la rotonda, «da la bienvenida» a los visitantes la nueva pieza cuyo nombre no puede ser más apropiado para los tiempos que vivimos, Destined to be Forever A work In Progress, una videoinstalación de dos canales realizada a partir de imágenes apropiadas que trata de cambiar el punto de vista del espectador para enfocarse en el cuerpo que supone la casa.
Bajo el nombre homónimo de la exposición, sigue la sala metacollage que consta de 4 collages analógicos sobre papel, sobre un gigantesco collage digital en forma de wallpaper. Las salas interconectadas permiten ver las obras de una habitación a otra y vuelta a comenzar. Como una danza envolvente, cada espacio es una composición de imágenes en movimiento, imágenes estáticas encerradas en papel pintado, sonidos, textos colgantes y elementos arquitectónicos.
El mundo que nos rodea cada vez está más moldeado por algoritmos y scripts: el conocimiento se negocia a partir de fórmulas algorítmicas compuestas por unos y ceros. Y estos ceros y unos pueden iniciar acciones. Entre los desarrollos tecnológicos más celebrados están la capacidad de las máquinas para «aprender», y por ende, la aparición de nuevas formas de interacción entre humanos y máquinas. Entonces, «¿Quién es el dueño de la narrativa?» se pregunta Cortiñas en su vídeo Not Gone With The Wind. Presentando a Sofía, una IA en conversación con otra IA, Bina 48 y un chat bot, la obra aborda la feminización y el histórico sesgo racial y de género endémico en la tecnología. La potente conversación entre las tres IA se ha realizado de forma magistral a través del montaje en modo plano/contraplano. Roles femeninos, maternidad y qué es la felicidad si no es la imagen de un pequeño y alegre Bambi saltando en la playa. El vídeo de Bambi se hizo viral durante la pandemia, cuando la gente estaba en encierros severos en todo el mundo. La primera Covid-19 hizo que las imágenes del mundo «natural» se apoderaran de nuestras ciudades y paisajes; afloraban como una —lamentablemente corta— reflexión romántica, sobre cómo los humanos impactamos negativamente al planeta y descuidamos a nuestras especies compañeras.
Entre el capitalismo acelerado, los bitcoins, los animales, los hongos, el agotamiento sistémico, los humanos y los no humanos, el final de este impresionante circuito llega a la fastuosa sala de los espejos, donde seguro que las paredes no solo hablan sino que «tienen sentimientos», como la pieza homónima de Eli Wall Have Feelings. Arquitectura e ideología, una asociación tan antigua como la humanidad, aquí la artísta explora cómo el entramado urbano, el ecosistema de edificios y objetos que nos rodean cuentan al detalle una historia sin fin de ideologías, sistemas, gobiernos y políticas que se solapan e intercalan en una narrativa que es de todo menos lineal.
Si toda (in)justicia proviene de la (in)discriminación en todas sus combinaciones, ¿cómo puede el arte ser efectivo sin ser (a)doctrinante? Esperamos muy mucho, que el arte siga siendo ese nicho de libertad para cuestionar los sistemas universales que, en su empeño por representar la vida y el conocimiento, nos conducen a un pensamiento homogeneizado, exaltado, radicalizado, heteropatriarcal y limitado. Las obras de arte de Eli Cortiñas son rizomas que sacudirán tu cerebro para que se ramifique, se reencauce, se expanda y se extienda. ¡Un ejercicio necesario para mantener el músculo cerebral activo!
Todas las imágenes: Cortesía Kunstverein Braunschweig. Fotos © Joe Clark
[Foto de portada: Your Bitcoin Will Not Save You, wallpaper, 2022]
The Body is The House, The House is But Haunted
Comisarios: Nuno de Brito Rocha y Benedikt Johannes Seerieder. En display hasta el 2 de octobre
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)