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Estimado Alban,
Vengo del reino de España – un país que se niega a reconocer el tuyo. Tengo un sentimiento de culpa; al fin y al cabo, soy la razón por la cual no se reconoce tu país: soy catalana.
Alban Muja aparece en una famosa fotografía en un campo de refugiados junto con su padre y el expresidente del gobierno José María Aznar. A los dieciocho años, él y su familia huyeron de su ciudad natal, Mitrovica, durante la guerra de Kosovo y deambularon durante ocho días hasta que encontraron un campo de refugiados financiado por el gobierno español. El padre de Muja acababa de reunirse con su familia en el campo cuando llegaron las noticias que el presidente español vendría de visita. La fotografía de Muja con el expresidente ahora forma parte de su álbum de fotos familiar, que sirve como punto de partida para el Pabellón de Kosovo.[1]
Alban Muja fue seleccionado para representar el cuarto pabellón de Kosovo, comisariado por Vincent Honoré y Anya Harrison y ubicado en el Arsenale. Family Album es un retrato íntimo de cuatro jóvenes kosovares que fueron protagonistas del periodismo fotográfico sobre la guerra reciente. Las películas son un retrato sensible de cada uno de ellos, Besa, Besim y Jehona, y Agim, relacionándolas con el momento en que se hicieron las fotografías. La estructura de las tres entrevistas cambia el deseo mediático sensacionalista por las imágenes mudas y sobrecogedoras. A pesar de ser una exposición titulada Family album, la fotografía es notablemente ausente. En vez de esto, el tiempo de la película calma al espectador y crea espacio con una quietud en la que se desarrolla una narrativa compleja en múltiples puntos de vista.
El proyecto de Muja incluye personas que fueron, inconscientemente, protagonistas de famosos documentos fotográficos durante la guerra, y las entrevista sobre las circunstancias de estas fotografías y como éstas les afectaron en los siguientes años de sus vidas. A menudo, los sujetos eran niños y aquellos años constituyen sus primeros recuerdos o son la base de sus vidas actuales, vidas urbanas y normales. La instalación de tres pantallas se despliega como un documento o archivo de este tiempo mientras que da presencia formal a los entrevistados. A diferencia del gesto de la pantalla única, la presencia constante de los cuatro personajes llena la cámara.
Alban Muja, Family Album, 2019, video-instalación con 3 canales, color, sonido, duración variable. Vista de la instalación en el Pabellón de la República de Kosovo, La Biennale di Venezia 2019. Cortesía del artista y del Pabellón de la República de Kosovo. Fotografía: Arben Llapashtica
La juventud de los entrevistados es impactante porque recuerda como de reciente es este conflicto. La película muestra como el país más joven de Europa todavía se está construyendo con la acción de una generación que experimentó los efectos de la guerra de primera mano. Dentro del contexto de la Bienal de Venecia, el concepto de un pabellón nacional es objeto de escrutinio. No obstante, mientras muchos prueban de reconstruir una idea de identidad que rompa con las ideas adscritas tradicionalmente, para un país joven como Kosovo, que todavía pugna por el reconocimiento internacional, el hecho de ser considerado un igual entre compañeros sitúa el concepto de un pabellón nacional como una reafirmación del valor de la voz: esta narrativa importa.
La película describe un fenómeno local con implicaciones más amplias. Ahora que Kosovo ya no es objeto de atención, la sed de conflicto hace que la atención de los medios se desplace a otros lugares y otros campos de refugiados. Las oportunidades de fotografía política sirven en un momento pasajero, influencian unas elecciones lejanas, pero permanecen en un álbum de fotos familiar y en la memoria colectiva de un país. La exposición es una muestra de humanismo, del microcosmo que crea mundos individuales y de las historias que con frecuencia se borran a favor de lecturas sensacionalistas.
Muja declara que el film se apolítico. Lo que sugieren las historias personales, junto con la fotografía agridulce con José María Aznar, es la consecuencia de la borrado de estas historias: la furia del estado, la locura de la nación. A pesar de haber visitado los campos de refugiados kosovares, el gobierno español rechazó la posibilidad de reconocer Kosovoc omo nación a causa de un paralelismo absurdo por miedo a perder la propia integridad territorial. Aliado de Serbia, Rusia y Venezuela, el Partido Popular ignoró las vidas impactadas por el conflicto para ganar votos y crear mayorías conservadoras y nacionalistas en casa. Es, en la estructura sensible de las entrevistas de Muja y su falta de sensacionalismo donde encontramos una agenda humanista. Distanciándose de los trabajos que utilizan gestos efectistas basados en la miseria, el pabellón de Kosovo enseña que es posible crear arte sensible y respetuoso que trate conflictos recientes. Todo esto lo hace insistiendo en qué si escucháramos a la gente en situación de crisis en todo el mundo en vez de vender y politizar estas crisis, quizás tendríamos un mundo mejor.
[1]Vincent Honoré, Anya Harrison, Alban Muja, Family Album, Mousse Publishing, Milan. 2019.
Imagen destacada: Family Album, 1999. Fotografía, 70 x 100 cm. Foto de Skender Muja en el campo de refugiados de Hamallaj, Albania. Cortesía del artista
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