Bajar a pasear el perro y parar a pedir fuego

No me he podido quedar al opening de Dr. Fourquet, pero estuve allí cuando todo estaba manga por hombro. Pep Vidal (Barcelona, 1980) dudaba en la acera de Louis 21 entre pintar el cristal de su ventana o simplemente taparlo con un plástico negro. Lo ha pintado, eso me comentan por mensaje y lo celebro, porque aunque lo veré en unos días, estoy seguro de que gana mucho. Ahí reside la diferencia entre hacerlo bien o hacerlo mal.

Fran Meana (Avilés, 1982) se peleaba con sus baldas y sus pesadas placas de cemento que han dado como resultado Pensar bien y dibujar mal. La duda parece que nos lleva por el buen camino, sin sabernos nunca con la solución en las manos, teniendo que observar con detenimiento y distancia para saber si hemos acertado o si directamente nos hemos estrellado.

Cristina Garrido (Madrid, 1986) es la tercera esquina de este triángulo. A la más joven de todos, con una individual en la sede de Louis 21 en Palma de Mallorca, le ha tocado desembarcar de las islas y batirse en duelo con el espacio de Fourquet. Pintar el mural, disponer el resto de piezas de mil maneras diferentes hasta que logren contar algo y que además sea una exposición de pintura, porque eso es lo que es.

Suelo asistir a montajes, pero me gusta cuando bajas fresco, recién duchado y sin estar ya harto de la exposición días antes de que se inaugure. Aparecer con el paraguas en la mano, charlar con los artistas, aportar tu granito de arena y desaparecer. Es sin duda la mezcla perfecta entre ser espectador y sentirte inmerso en el proceso.

Sea como sea, la experiencia con los tres ha sido enriquecedora y la cosa pintaba bien. Creo que podría, sin haberlo visto todo terminado, recomendar un paseo y pasarse a ver las tres propuestas. Además, Daniel Jacoby en Maisterravalbuena, Francisco Sierra en Bacelos, Elena Bajo en García Galería, Txomin Badiola en Moisés Pérez de Albeniz, Joaquín Segura en Espacio Mínimo o Bleda y Rosa en Fúcares.