¿Quién representa el presente?

Cierto aburrimiento se apodera del arte contemporáneo. Todo está bien, todo está fantástico, nos vemos por el mundo y siempre con algún cotilleo para contar. El sistema sigue siendo el mismo, los lugares también. ¿Y los contenidos? ¿Y la opinión? ¿y las posiciones frente a lo que nos rodea? ¿Y las posibilidades?

En un mundo en crisis es difícil no plantearse hacia dónde vamos ni qué es lo que ha pasado; y, aún menos, que pasa hoy. Pero, de algún modo, las estructuras del arte son suficientemente potentes para seguir hablando de ellas mismas, sin necesidad de salir de los márgenes de unas estrategias que siguen funcionando. Hoy. En la corrección existe la seguridad.

Una de las salidas es mirar hacia los lados para volver otra vez donde estábamos. La experimentación sonora, las actitudes bajo el graffitti o la cultura popular son tres de esas cosas que, de vez en cuando, sirven para preguntarse hacia dónde vamos, qué es lo que queremos y, también, para aproximarse -sin saber muy bien cómo- a otros posibles públicos.

En este número de A*DESK Claudio Iglesias escribe sobre la crisis filosófica en el arte, Clara Paolini sobre la película de Banksy y Antón Padrón sobre la propuesta sobre graffitti en la Fundación Caixa Galícia en A Coruña, Rosa Naharro sobre la exposición con arte sonoro en Casa Encendida en Madrid y David G. Torres sobre la exposición a partir de Las Ramblas en La Virreina de Barcelona.