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En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.
En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.
La distribución de contenidos y conocimiento: hacia un nuevo paradigma cultural.
Uno de los hechos más destacados de los últimos veinticinco años ha sido el surgimiento de nuevas tecnologías que han afectado directamente a nuestras vidas, desde la aparición de Internet y de los teléfonos (primero móviles y luego inteligentes) hasta el primer corazón artificial y la nanotecnología. De repente, escenas que reflejaban la cotidianeidad del futuro en films como “Blade Runner” o “2001: una odisea del espacio” se han convertido en un espejo de nuestra cotidianeidad o incluso algunos de los gadgets que en ellos aparecen forman parte ya de nuestro pasado.
La tecnología digital ha cambiado la manera en que nos relacionamos, miramos, nos informamos, compramos, escribimos, leemos, pensamos o, simplemente, “estamos” (conectados, por supuesto). Navegamos, leemos en diagonal, cortamos y pegamos, establecemos y seguimos hipervínculos, nos perdemos por el camino, pero también encontramos “otros caminos”, relacionamos ideas y conceptos y rompemos jerarquías. El artista señala, inicia, navega y selecciona, relee, incorpora citas y referencias para generar nuevos relatos. La tecnología digital modifica también la manera en que se produce (los procesos de investigación, de gestión, de edición), permite una mayor autonomía (el DIY está a la orden del día) y, por supuesto, todo esto da lugar a cambios en la manera en que se comunica, se distribuye y se consume. Cuesta más hablar de categorías estancas en relación a las artes visuales, el cine, la literatura o la música. Se producen hibridaciones, seguramente porque se comparten determinados modos de hacer… ¡Se comparte!
¿No ha sido el compartir uno de los ideales de las prácticas culturales? Una creencia, marcada de utopismo, en la generación de conocimiento entre todos. Y sin embargo ese compartir fomentado por el nuevo paradigma de distribución abierta y globalizada que significa internet parece estar llevando a las prácticas culturales a un estado crítico. En efecto, internet no es un nuevo formato ni un nuevo lenguaje, como lo fueron la fotografía o el cine, es una nueva forma de distribución. Y esta (ya no tan) nueva forma de distribución parece que es la que está provocando crisis exasperadas en las industrias culturales ligadas a la edición, la música y el cine. Más allá de esa exasperación queremos pensar que significa este nuevo paradigma, como en tanto que creadores debemos movernos o que vías abre (que no sólo las cierra). Pero además, como en el dicho «cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar», si este proceso de cambio de paradigma en la distribución de contenidos parece haber afectado al cine, la música y la edición ¿cuánto falta para que afecte al arte? ¿hasta cuando aguantarán las copias únicas? ¿y las ediciones 1 de 3 o 1 de 10 o de 100 de vídeos que podemos consumir en canales de vídeo en internet? Y compartirlos, y generar un nuevo relato hecho de otros y hipertextos… ¿Qué papel podrán asumir ahí los diferentes agentes individuales y colectivos, institucionales, públicos o privados del arte?
En A*DESK no podemos dar respuesta a todas estas preguntas, pero si especular con ellas o al menos planteárnoslas. El impacto de lo digital en la concepción, la producción, la distribución y la comunicación de la cultura es un tema que en A*DESK nos preocupa desde el inicio del proyecto, al fin y al cabo nacimos on-line y seguimos ofreciendo contenidos de acceso libre on-line. Lo hemos abordado ya desde diferentes aproximaciones y formatos y ahora nos proponemos a hacerlo en profundidad en este nuevo número del renovado Magazine de A*DESK.
En este numero de la revista, Adrian Hiebra reflexiona sobre la distribución de contenidos inherentes a la lógica digital, a partir de casos de estudio que trabajan con nuevos medios, espacios y herramientas; Eduardo Pérez Soler se centra en la Web como hipermuseo y la manera en que modifica las relaciones entre museos y usuarios; Olav Fumarola Unsgaard en el futuro de los medios de información en la era digital; Jorge Carrión observa las hibridaciones de la literatura con otras disciplinas y las implicaciones de la digitalización de la literatura; y Raquel Herrera reflexiona sobre la distribución de publicaciones de y sobre artistas en el contexto digital. Completan el número las entrevistas a Felipe González Gil, de Zemos98, un ejemplo de grupo de gestión y creación colectiva que trabaja alrededor de la cultura libre; a Antoni Abad, un artista cuya evolución le ha llevado de la escultura a un trabajo desmaterializado que implica a comunidades de personas y la utilización de redes de datos móviles y a Mario García Torres, un artista que elabora “relatos” personales sobre las estructuras del arte, utilizando una amplia variedad de medios y formatos.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)