Buscar
Para buscar una concordancia exacta, escribe la palabra o la frase que quieras entre comillas.
En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.
En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.
El Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela exhibe una magnífica colección de la obra de un grupo de fotógrafos de Nueva Inglaterra que, de un modo u otro, entrecruzaron sus vidas, sus miradas y sus objetivos en el Boston de los años 70 y 80 para retratar con la autoridad moral que dan la exclusión y el riesgo la privacidad instantánea de aquellos que transitaron el lado más bestia de la vida y se dejaron alcanzar.
‘Familiar Feelings’ es un conmovedor recorrido por una intimidad perturbadora de bellezas robadas, un catálogo de estampas nada bucólicas que definen la realidad de un tiempo que comenzó punk y terminó siniestro, y ante el cual se ejerció la resistencia desde un hedonismo no necesariamente placentero. Una muestra de retratos que son muchas veces autorretratos del deseo de sus autores, mapas de los lindes que delimitan sus propios mapas y el reflejo de un futuro tan incierto como el de sus modelos.
Fotografías de Diane Arbus, Larry Clark, Nan Goldin, David Armstrong, Philip-Lorca DiCorcia o Mark Morrisroe que no solo se exhiben, sino que establecen lazos y vínculos familiares, descubren espacios compartidos, amigos comunes y una nueva idea de hogar que se va construyendo a lo largo del hilo de la exposición que también nos acoge y de algún modo nos devuelve a una nostalgia de un futuro que demostró no ser mejor; de un presente cuyas instantáneas han abandonado el compromiso moral de aquellas para mutarse en flashes de paparazzi y obscenos cortes televisivos que han dejado de revelar rostros que reflejen almas para tornarse opacos.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)