Globalidad y sujeto

Desde A*DESK siempre hemos defendido una posición crítica, no sólo en relación al arte, sino al mundo. Esta semana escribimos una editorial (mensual) que dedicamos al sujeto global desde la patética posición del enojo. Un enojo torpe, meramente intelectual y superfluo que nos llevó a no dormir la noche del domingo, ni la del lunes (…) todavía estupefactas por el Brexit inglés (primer triunfo de lo absurdo en este junio histórico), pero totalmente noqueadas por los resultados de las elecciones generales españolas.

Queríamos dedicar este mes a hablar del sujeto global. Contamos para ello con una excelente revisión crítica de lo que implica la movilidad de los sujetos hoy en día, de las libertades desiguales según lugar de nacimiento, de los límites personales y de lo que estos significan. Anna Dot partía del proyecto “»The Artist and The Stone», de Matteo Guidi y Giulianna Racco para firmar el brillante “de la posibilidad de aparecer allá donde no se te espera”.

Paloma Checa, por su lado, escribía una reseña sobre el libro “Cultural Antropophagy…” de Lisette Lagnado (ed.) y otros autores. (London: Afterall, Exhibition Histories, 2016), que analiza la Bienal de Sao Paulo 1998, comisariada por el curador Paulo Herkenhoff, quien rescató el concepto de antropofagia del poeta Osvaldo de Andrade y lo tornó en eje articulador de su reescritura de las relaciones entre colonia y metrópolis; bienal considerada para muchos un hito en el discurso poscolonial.

Rosa Naharro ponía el acento del análisis sobre la respuesta institucional (artísticocultural) a un sujeto (supuestamente pensante) de carácter global. Revisando prácticas, proyectos y programas, pero también apuntando una clara opinión crítica en cuanto a la dosis de hipocresía que dichas programaciones podían contener.

Cerrábamos el mes con Paulina Zamora de Otero y un texto muy personal que precisamente va de, -¡bingo!- sujetos mediocres que se creen (a ellos o a su opinión) relevantes y trascendentes en cualquier juicio de valor. Paulina ubicaba su reflexión muy centrada en su contexto guatemalteco más cercano, pero se nos antoja un problema global: esos sujetos sin apenas noción de comunidad, insolidarios, de miras demasiado cortas.

Hemos dedicado este mes a acercarnos a lo que significa, o debería, ser o pensarse como sujeto global. Y nos resulta especialmente relevante en una Unión Europea sin Reino Unido, en una España donde la mediocridad venció, y vence, arrojada a cuatro años más de representantes casposos y ridículos, mientras en Estados Unidos cabe la posibilidad de que un energúmeno gane las presidenciales.

Por la estulticia generalizada y la responsabilidad política más cortoplacista e ignorante que nunca y porque seguimos creyendo en el margen y maniobra de cada sujeto, A de A*DESK es hoy A de acracia. A de A*DESK es hoy A de aspereza, porque no rebajaremos ni un ápice las críticas que podamos publicar, desde la cultura o más allá.