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Dentro de una ciudad indivisa, todo es posible, se pueden hacer todo tipo de ajustes, se pueden considerar todo tipo de adaptaciones, se puede disfrutar todo tipo de autonomía, se pueden desarrollar todo tipo de relaciones positivas[1]Discurso de Teddy Kollek, fecha desconocida..
Teddy Kollek, judío nacido en Hungría, fue alcalde de Jerusalén entre 1965 a 1993 con el objetivo clave de convertir la ciudad en un centro de arte y cultura. Aunque los museos y la arquitectura moderna pretendían mostrar esta visión, tuvieron el efecto no deseado de perpetuar un punto de vista colonial de las culturas tribales. Estas culturas eran a menudo exotizadas y deshumanizadas, creando una jerarquía en la que eran consideradas «incivilizadas» por las potencias coloniales.
Kollek vió en el arte una forma de unir a la gente y decidió que la ciudad y el Estado de Israel necesitaban un museo de arte moderno. Pero impuso una idea modernista y occidental del arte y de la historia a un lugar que tenía una historia más rica de lo que él podía imaginar. El arte y las comisiones de obras siempre son utilizadas por el poder para contar una determinada historia de progreso e ilustración de valores inclusivos y progresistas. El arte no es más que una herramienta que pertenece a la gran caja de herramientas. Al Estado-nación que comisiona solo le hacen falta unas cuantas palabras del vocabulario de arte por para ser considerado como un Estado-nación civilizado, democrático, acorde con los valores morales occidentales, el progreso y el capitalismo: lo mejor del colonialismo.
Por su parte, los judíos asquenazíes se sentían influidos por su ascendencia europea, lo que les llevó a buscar el apoyo de las potencias coloniales del Norte para construir un Estado moderno.
Durante siglos, los museos han servido como centros culturales y educativos, pero también han contribuido a perpetuar los relatos coloniales.
El Museo de Israel pretendía ser un puente cultural entre Occidente y Oriente Próximo con su moderna arquitectura, similar a la de museos de Basilea, París y Nueva York.
Entre los que pronunciaron discursos para la ocasión se encontraban el Primer Ministro Levi Eshkol, el Presidente Zalman Shazar, Samuel Bronfman (en cuyo honor se bautizó la parte bíblica y arqueológica del museo), Billy Rose (cuyo Jardín de Arte observaremos más adelante como parte del complejo) y el alcalde Teddy Kollek. Rachel Shazar, esposa del Presidente Shazar, cortó solemnemente la cinta y invitó a los asistentes a entrar en el edificio. Vieron estas primeras exposiciones Golda Meir, David Ben Gurion, Shimon Peres, Abba Eban, Isamu Noguchi, Yigael Yadin y Moshe Dayan. Además de un breve avance de las piezas expuestas, los espacios de exposición y primeros planos de los nombres grabados en las piezas personalizadas del complejo, también se ofrecen algunas pinceladas sobre la rutina de manipulación y restauración.
Nueva York
15 de marzo de 1976
Para: MM
CC: Teddy KollekPareja joven – interés principal coleccionar arte de Nueva Guinea. También tienen esquimales, africanos, indios americanos y algunas antigüedades.
Conocieron a los Wright a través de un pariente hace siete años, se pusieron en contacto con ellos y les hablaron del Museo… estaban dispuestos a empezar a hacer algo por el Museo.
Los Wright quieren donar parte de su colección y también comprar arte de Nueva Guinea para el Museo. Están muy descontentos con la Colección Shipman y dudan en implicarse si el Museo no sube el nivel en su campo de interés[2]Extractos de una carta dirigida MM por EW, 15 de marzo de 1976, Nueva York..
Estados Unidos y Europa, grandes fuerzas filantrópicas, eran los mayores coleccionistas de arte tribal. No sólo aportaron una importante ayuda financiera al museo, sino que también donaron valiosos artefactos arqueológicos y objetos procedentes de Oceanía, África y Asia. De ahí la cuestión de por qué el arte centroafricano y oceánico llegó a Israel.
Aunque no todos los donantes buscaban el reconocimiento público, algunos optaron por poner su nombre a las galerías. Esto, asimismo, plantea la cuestión de si estas donaciones se pueden considerar actos de altruismo o si están motivadas por el ego o los beneficios fiscales.
Nueva York
11 de noviembre de 1976
Estimado MNosotros los Amigos Estadounidenses del Museo de Israel estamos muy ilusionados con su próxima donación para el Pabellón Maremont del Museo de Israel en Jerusalén.
También nos complace que haya aceptado unirse a la Organización Internacional de Mecenas de AFIM International Organization of Patrons. Este grupo se fundó hace varios años por iniciativa del alcalde Teddy Kollek y del barón francés Edmond de Rothschild, con el propósito de crear el equivalente a un fondo de dotación de mecenas que aportan 1.000 dólares anuales. Los mecenas son la savia del Museo de Israel y contribuyen a hacer posible el montaje de exposiciones anuales de pintura, escultura y objetos arqueológicos, así como conferencias, conciertos, películas de arte y visitas guiadas. Los Amigos Estadounidenses del Museo de Israel se comprometen a llevar a cabo este programa.
Atentamente, LS[3]Extractos de una carta dirigida a M por LS, 11 de noviembre de 1976, Nueva York.
Nueva York
21 de diciembre de 1979
Querido MSé que no necesito decirle lo importante que es el Museo en la vida cultural de nuestro país. La incorporación del arte oceánico a las colecciones del Museo contribuirá a ampliar la visión de nuestro pueblo. Las hermosas piezas que ya han aportado nos han dado una idea de todo lo emocionante que está por venir.
Suyo, Teddy Kollek[4]Extractos de una carta dirigida a M por Teddy Kollek, 21 de diciembre de 1979, Nueva York.
La creación del museo dependió en gran medida del apoyo de los donantes, pero algunos tenían más influencia que otros, lo que provocó tensiones. Teddy Kollek pretendía establecer el museo como representación de civilización y prestigio entre los coleccionistas de arte adinerados, alineándolo con las potencias occidentales de la época colonial.
Lisboa
21 de abril de 1982
Estimado Sr. KollekAntes de mi contribución pecuniaria aporté artículos de mi colección (dioses egipcios, libros sobre casos de la inquisición, mapa del siglo XVII de Jerusalén etc; etc.) mediante entrega o al Sr. Meshorer o a otra persona que me fue indicada, pero nunca me han enviado un recibo de la remesa o una carta de agradecimiento. Mis cartas pidiendo el reconocimiento la donación nunca fueron contestadas o me dijeron que el Sr. M estaba en Nueva York.
Le cuento todo esto porque soy un verdadero amigo del museo.
Atentamente
Dr. P de BS[5]Extractos de una carta dirigida a Teddy Kollek por Dr. P de BS, 2 de abril de 1982, Lisboa.
El papel del Museo de Israel iba más allá de la cultura y las artes; también servía como instrumento para demostrar que Jerusalén podía ser un lugar de paz y coexistencia. Teddy Kollek se empeñó en destacar la importancia política de este museo no sólo para sus vecinos árabes, sino para todo Oriente Próximo.
Desde un punto de vista eurocéntrico, narrar las historias de los pueblos y tribus indígenas sin caer en estereotipos e ideas equivocadas es un reto actual. Sus visiones únicas del mundo no pueden entenderse plenamente a través de una lente europea que les es ajena.
El programa ofrece presenciar «el reto científico más insólito» aceptado por «el grupo de expertos más destacados».
Se invita a los telespectadores a unirse a la investigación que lleva a cabo el panel invitado, ante el que se presentan «extraños y misteriosos objetos de la prehistoria» recogidos de los almacenes de museos de todo el mundo.
En este episodio, Karl Coon, Jacques Lipchitz y Vincent Price deben identificar de que cultura se trata, de dónde es la pieza y a qué época pertenece.
Cada objeto se presenta al espectador apareciendo lentamente desde una nube de humo acompañada de misteriosos sonidos, mientras la voz en off proporciona toda la información necesaria para que los expertos lo adivinen.
El examen de la pieza tiene lugar en el centro del estudio, en una mesa redonda rodeada de participantes. Tras estudiar detenidamente el artefacto que tienen en sus manos y comentar su aspecto, finalidad, significado y representación, los caballeros comparten sus conjeturas para su confirmación por parte del moderador y los espectadores.
Estaban en el punto de mira:
Talla en forma de cocodrilo de Nueva Guinea.
Antigua figura de piedra caliza de un hipopótamo con dos cabezas de Egipto realizada durante la época romana.
Máscara del pueblo Baoule de Costa de Marfil, en África Occidental.
Punta de lanza de sílex procedente de Escandinavia.
Cabeza de ánima de piedra volcánica presumiblemente de Costa Rica.
Jarra con forma humana de Panamá.
Pipa de tabaco fabricada por los keniatas.
A la hora de presentar las culturas nativas e indígenas en los museos, el reto consiste en evitar la perpetuación de las narrativas coloniales en el prestigioso entorno del «cubo blanco». Y así tenemos el Museo de Israel, con una colección de obras maestras modernistas, y junto a ellas obras tribales expuestas orgullosamente, conseguidas gracias a preciosas conexiones con donantes occidentales y estadounidenses. Imagen que encaja perfectamente con el patrón establecido y ampliamente utilizado por las potencias coloniales que se precien.
Artículo de Adam Broomberg, Monika Orpik, Rebecca Routman y Mariia Vydrenko en nombre de Artists + Allies x Hebron (AAH). AAH son Issa Amro (Hebron) & Adam Broomberg (Berlín).
(Foto de portada: Retrato de Teddy Kollek, 27 Mayo 1911 – 2 Enero 2007, político israelí, alcalde de Jerusalén 1965-1993)
↑1 | Discurso de Teddy Kollek, fecha desconocida. |
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↑2 | Extractos de una carta dirigida MM por EW, 15 de marzo de 1976, Nueva York. |
↑3 | Extractos de una carta dirigida a M por LS, 11 de noviembre de 1976, Nueva York. |
↑4 | Extractos de una carta dirigida a M por Teddy Kollek, 21 de diciembre de 1979, Nueva York |
↑5 | Extractos de una carta dirigida a Teddy Kollek por Dr. P de BS, 2 de abril de 1982, Lisboa |
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