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La semana pasada nos encerramos muchos de los que participan del proyecto de A*DESK, más algunos simpatizantes y gente interesada en la crítica para hablar sólo de crítica de arte. El contexto lo ofreció el Centre d’Art de Vic en un taller de la la QUAM’13 (con retraso por los, a su vez, retrasos presupuestarios de la administración).
No se trató exactamente de un taller, sino de un contexto en el que discutir sobre crítica de arte, como si se tratase de un encuentro, un congreso o una cumbre, eso sí abierta. De hecho, la estrategia ya era crítica, situacionista: usar los elementos de la sociedad capitalista (la cumbre, el congreso) y cambiarlos de significado: un espacio para discutir en horizontalidad. Hablamos sobre el rol de la crítica en internet; sobre si aun queda espacio para el papel -y sobre cuál sería este; sobre cómo escribir desde la hipertextualidad. Nos preguntamos dónde queda la opinión e incluso hubo lugar para pensar en una crítica «creativa» en la que introducir el humor o la ficción.
En algo parecía que podíamos ponernos de acuerdo: en que cuestiones como la descripción o el gusto personal no entraban ni en discusión; sí, en cambio, considerar la crítica como un espacio de reflexión, como un lugar excusa que sirva como disparadero para otros temas. O que al hablar de crítica se puede hablar sobre todo.
Quizás por ello, por tanta discusión, por lo del humor o porque hablamos de todo hablando crítica, ya en el regreso Sonia e Irina se acordaron de Hennessy Youngman: crítica de la crítica institucional, crítica y compromiso político, humor sobre arte contemporáneo que no sólo es para iniciados… Os dejamos con uno de sus vídeos, el dedicado a la crítica institucional, justamente.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)