La undécima edición de la bienal nórdica MOMENTUM, titulada House of Commons, inicialmente retrasada por una brecha irreparable en las relaciones entre la bienal y su comisario, Théo-Mario Coppola, se abrió a finales de junio.

Tras cruces de acusaciones, cartas abiertas, retirada de artistas —para ser honestos no muchos— y demás conflictos cruzadas, la bienal espera que el público le conceda indulgencia y una nueva oportunidad y visite la bienal hasta su clausura el 10 de octubre.

House of Commons, hace hincapié en la «unión» y la «horizontalidad», en la necesidad de un cambio de paradigma para modificar las estructuras de dominación —tanto históricas como contemporáneas— resultantes de todas las distopías de la sociedad moderna: capitalismo, colonialismo, racismo, patriarcado y normativa de género.

La selección de filmes, fotografías, esculturas, performances e instalaciones abarca un amplio abanico de contextos culturales a través de sus artistas-productores tanto locales como internacionales. Las obras se encuentran repartidas en la ciudad de Moss, en la Galleri F 15 de Alby gård, y en un circuito que conecta varias instalaciones artísticas temporales a lo largo de la isla de Jeløya, una reserva natural protegida.

Los artistas participantes son: Pia Arke, Augusto de Campos, Nina Canell, Chto Delat, Goutam Ghosh, Camilo Godoy, Renée Green, Siri Hermansen, Délio Jasse, Daisuke Kosugi, Kollektivnye Deystviya, Maria Nordman, Maria Noujaim, Uriel Orlow, Frida Orupabo, Hannah Ryggen, S-AR, Paul Mpagi Sepuya y Trinh T. Minh-ha. Se desinstalaron las obras de Karol Radziszewski y Marinella Senatore. Apparatus 22 tampoco participó, Paul B. Preciado se retiró por motivos de salud y la obra de Núria Güell no pudo realizarse debido a la pandemia.

Destacan los tres respetuosos pabellones de madera: Pabellón Plataforma, Pabellón Escalera y Pabellón Cilindro, del estudio de arquitectura mexicano  S-AR, diseñados para albergar proyectos y actuaciones, y Tree of Life in the state of decay and rebirth —en nuestra portada— del artista filipino Cian Dayrit, consistente en un bordado sobre textil que busca comunicar las raíces con los frutos de la opresión histórica sistémica.

Charlemagne Palestine también interpretó una pieza musical en el ferry de Moss a Jeløya a la que tuvimos el placer de asistir. Y Marianne Haske activa en este momento el Pabellón Cilindro con su obra homónima House of Commons, verdaderamente basada en las casas de la gente común… «common people» como la canción de Pulp.  En 2015, Heske (des)colocó una casa de clase trabajadora justo enfrente de la Stortingsbygningen, creando un diálogo entre los ciudadanos comunes que una vez ocuparon la casa y los que ocupan posiciones de poder en el Parlamento.

Sin querer echar leña al fuego, parece que la figura del comisario está cada vez más diluida, tiene cada vez menos impacto y, por si fuera poco, sirve de chivo expiatorio para cualquier problema que aparezca en el camino. Por otro lado, el concepto de la exposición, House of Commons, propuesta por el comisario destituido, colapsa frente a la actitud y el esnobismo de quien desmerece y acusa en lugar de integrar a quienes —y nos referimos absolutamente a todos— hacen posible una exposición.

(Imagen de portada: Cian Dayrit, Tree of Life in the state of decay and rebirth (2019). Foto: Eivind Lauritzen)